Los remedios caseros nos ayudan en muchas situaciones de la vida y nos sacan de un apuro cuando no encontramos algo con lo que combatir el problema. Tener unas manos suaves y que no envejezcan con los años es algo que se puede conseguir con una serie de ingredientes que deberías empezar a utilizar, si es que no los has usado aún. Con ellos vas a conseguir que sigan tan tersas como cuando eras joven y que no muestren ningún tipo de grietas o deterioro, causado por un mal cuidado.
Remedios caseros contra el covid

Estos remedios caseros que te vamos a proponer te van a servir contra el deterioro que han sufrido nuestras extremidades por culpa de las medidas adoptadas en época de pandemia. Y es que el habernos lavado las manos tantas veces, y el haber usado para ellas geles hidroalcohólicos cada vez que entrábamos en casa o incluso tocábamos algo fuera, las ha perjudicado sobre manera. Por mucha medida de prevención que fuera para evitar el contagio, lo que ha hecho ha sido resecarlas y por eso hay que hidratarlas con remedios naturales y caseros.
Jugo de tomate con limón

Entre los remedios caseros que podríamos utilizar para hidratar las manos resecas que, por ejemplo, nos han podido causar esos geles hidroalcohólicos, podría estar uno tan sencillo de preparar como un jugo de tomate con limón. Para hacerlo solo se necesitará una cucharada de limón y otras dos cucharadas de jugo de tomate natural. Lo tendrás que aplicar sobre tus manos durante unos 15 o 20 minutos y después enjuagar sin más. Si quieres conseguir resultados más rápidos lo mejor es que uses esta fórmula de dos a tres veces por semana.
Azúcar y aceite de ricino

Uno de los remedios caseros más eficaces es mezclar el azúcar con el aceite de ricino. De esta mezcla sale una de las mejores recetas naturales, y con ella te podrás olvidar de tener más tiempo las manos manos ásperas. Para ponerla en práctica debes empezar humedeciendo una cucharada de azúcar con aceite de ricino y frotarla sobre tus manos durante un par de minutos, enjuagando a continuación con agua fría. Si no tienes a mano aceite de ricino, que ya no se usa en las casas, no hay que preocuparse porque éste se puede sustituir por aceite de oliva.
La miel

Otro de los remedios caseros más naturales que podemos encontrar para hidratar nuestra piel es usar miel, que va a ser tan hidratante como lo pueda ser el aloe vera. Y es que además de equilibrar tu pH, te va a ayudar a eliminar las células muertas y otras impurezas que impiden su humectación natural. Lo que tienes que hacer es cubrir completamente tus manos con 3 o 4 cucharadas de miel y dejar que ésta actué durante diez minutos antes de enjuagar. Tendrás que hacer este proceso un mínimo de tres veces por semana y así te olvidarás de las cremas hidratantes.
Aceite de coco

No podía faltar entre estos remedios caseros el aceite de coco, ya que tiene muchos beneficios para la piel, y en especial para tratar manos agrietadas que necesitan hidratarse. Lo ideal es tomar solo unas cuantas gotas de aceite y frotar durante un par de minutos. Con ese simple proceso conseguirás hidratar tus manos y además eliminar piel y células muertas que haya en las mismas. Eso sí, una vez hayas aplicado esas gotas hay que dejar que se absorba un poco y luego enjuagar con agua tibia y repetir el proceso unas tres veces por semana.
Aceite de almendras

Uno de los remedios caseros mejores para intentar cuidar nuestras manos resecas es el del aceite de almendras, sobre todo porque puede reemplazar las cremas hidratantes. Sus ingredientes naturales son muy ricos en vitamina E, lo que hará que pases a tener unas manos súper suaves. A diferencia de otros, este remedio lo puedes aplicar todos los días. Basta con ponerse un par de gotas y frotarlas durante cuatro minutos con un ligero masaje, lavándote luego con agua para quitar la sensación aceitosa.
Yema de huevo

Y para finalizar nuestros remedios caseros qué mejor que usar la yema de huevo, que también te dejará sus manos muy suaves. Para aplicarla tienes que usar solo una y dejarla actuar sobre tus manos durante unos 15 o 20 minutos, y enjuagar con agua tibia. Puedes alegar que el olor no es muy agradable, pero te compensará saber que con ello removerás tus células muertas.