Las patatas son quizás el alimento estrella de cualquier cocina. Pueden servir tanto como plato principal, en cualquiera de los mil y un guisos que admiten, como de acompañante para el resto, ya sean fritas o cocidas. Aquí vamos a ver una receta de las muchas que se pueden hacer con este tubérculo que nos podría sacar de más de un apuro en uno de esos días en los que se nos ha echado el tiempo encima y no tenemos nada que echarnos a la boca. Y es que aunque la cocción de las patatas a la suiza es larga, teniendo en cuenta que sólo hay que meterlas en el horno y éste se encarga de hacerlas, no se puede decir que haya que echar mucho tiempo en preparar este plato.
Origen de las patatas

De nombre común papa o patatas, son conocidas también como solanum tuberosum, y son una especie herbácea perteneciente al género Solanum de la familia de las solanáceas, originaria de la región que comprende el altiplano sur del Perú. Fue domesticada en el altiplano andino y en las cercanías del lago Titicaca por los habitantes de esta región desde hace unos ocho mil años. En el siglo XVI comenzó a ser trasladada a Europa por los conquistadores españoles, quienes la consideraban una curiosidad botánica y no una planta alimenticia. Pese a ello, su consumo fue creciendo, aunque al principio como planta forrajera y de jardín por sus flores. Su uso gastronómico se expandió a todo el mundo desde el siglo XVIII gracias a los escritos agronómicos del francés Antoine Parmentier y del irlandés afincado en España Enrique Doyle, hasta convertirse en uno de los principales alimentos del ser humano.
Beneficios de las patatas

Así pues, las patatas se encuentran en nuestra dieta desde hace más de 10.000 años y suponen un suplemento nutricional fantástico por su composición por sus altos contenidos de carbohidratos. Entre sus múltiples beneficios para nuestro organismo destacan el que contienen vitaminas beneficiosas para nuestra salud, como la C, que fortalece nuestro sistema inmune, beneficia nuestro crecimiento, a la vez que retrasa y minimiza el envejecimiento de cada ser. también contiene la B6, que es responsable de facilitar la absorción de la Vitamina B12 y del magnesio por parte del cuerpo, que la utiliza para generar adecuadamente glóbulos rojos y anticuerpos. Además, este tubérculo fortalece el sistema inmunitario, tienen un contenido rico en fibra, ayudan a controlar el azúcar, no tienen colesterol y contienen minerales esenciales para la salud, porque tienen potasio, magnesio y hierro.
Ingredientes de la receta

Para esta receta de patatas a la suiza, tampoco tendremos que rompernos la cabeza en adquirir muchos productos, y además tampoco vamos a tener que gastar mucho en ellos. Así, por ejemplo si queremos cocinar para un total de cuatro comensales, los ingredientes que necesitaríamos serían 600 gramos de patatas, 500 ml de nata para cocinar, 250 gramos de queso gruyere o emmental, 15 gramos de mantequilla, 10 gramos de sal y otros 10 gramos de pimienta negra molida.
Preparación de la receta

Partiendo de que hay más de 15 maneras de cortar las patatas, para esta receta a la suiza vamos a partir de hacerlo en rodajas finas (si tenemos un robot o mandolina en casa no podrá ser más sencillo este paso), y las lavamos. Por otro lado, se ralla el queso que hayamos decidido adquirir y se reserva. El siguiente paso sería untar la fuente que vamos a utilizar con la mantequilla, y en ella se van colocando capas de patata. Todo ello se salpimienta y se napa con nata y se cubre con queso rallado. A continuación otra capa de patata y así sucesivamente, reservando un poco de queso rallado.
Los últimos pasos

Para finalizar nuestras patatas a la suiza, sólo nos quedaría tapar la fuente con papel de aluminio y llevarla al horno una hora a una temperatura de 170° C. Transcurrido ese tiempo se retira el papel, se cubre con el queso rallado que habíamos reservado y se hornea media hora más, tiempo por supuesto que nosotros no tenemos que pasar en la cocina si no queremos y que se puede utilizar para cualquier otro menester, como podría ser para preparar la mesa ya que cuando finalice ese periodo ya tendremos el plato listo para ser degustado. Hay que puntualizar que, como en la mayoría de las ocasiones, siempre se le puede dar mil vueltas a este plato añadiendo, por ejemplo, ajo, cebolla, bacon o hierbas aromáticas, sobre todo si los comensales son exigentes o si ya las han probado así y se quiere innovar.