Por mucho que posiblemente tengan origen francés, las magdalenas o madalenas, como prefiera cada cual llamarlas, son algo con lo que prácticamente todos los españoles hemos crecido en nuestros hogares. Con su forma de una pequeña concha, que se obtiene cociéndolas al horno en una placa metálica que tiene hoyos con dicha forma, son uno de los postres más conocidos del mundo, sobre todo porque rara puede ser la existencia de un mortal si alguna vez no se le ha antojado tomarse una en un momento dado. Aunque tradicionalmente suelen ser elaboradas con harina floja, huevos, aceite, azúcar, levadura y poco más, en esta receta de magdalenas de yogur se han cambiado algunas cosas para darle una textura más esponjosa y jugosa a estos cupcakes, aunque eso conlleve el encanto que define a las caseras de toda la vida.
Ingredientes de las magdalenas de yogur

Lo bueno de esta receta de magdalenas de yogur es que es igual de sencilla que económica. Aunque la dificultad es baja sí hay que partir que, como la mayoría de los postres, se tarda algo más en hacer que otros platos. En concreto bastaría con una hora y media, mientras que los ingredientes para hacerlas para unas cinco personas serían 2 huevos L, un yogur natural o yogur griego sin azúcar, 120 mililitros de aceite de girasol, 200 gramos de azúcar blanca o fructosa, tres vasos de harina de repostería o para bizcochos (medido con el vaso de yogur), dos cucharaditas de mermelada de naranja o raspadura de la piel de la naranja y 5 moldes grandes para magdalenas. Lo mismo está recomendada para niños que para vegetarianos. Lo ideal es acompañarla con zumo natural.
Empezar a preparar las magdalenas

El primer paso de estas magdalenas de yogur sería verter los dos huevos en un recipiente hondo, con el fin de que puedan batirse fácilmente sin derramarse ningún ingrediente. Hay que partir de que para elaborarlas se debe seguir un orden para cada ingrediente y, así, formar una masa esponjosa y correcta sin incomodidades ni equivocaciones. Luego abría que añadir el azúcar y comenzar a batir con aspas eléctricas o manuales hasta que quede espumoso y con un tono más claro. Este paso hace que el huevo tome aire y espume para que la masa sea más esponjosa.
Pasos intermedios

Para seguir con las magdalenas habría que añadir la mermelada o la ralladura de naranja, esta elección es opcional, puesto que también podrás decidir si añadir un ingrediente u otro. Incluso se puede usar también ralladura de limón si el chef lo prefiere. Después hay que tamizar la harina para que quede más suelta, y si no se cuenta con la harina para bizcochos, se puede utilizar harina de trigo normal y se añade un sobre de levadura química o polvo de hornear. Hecho esto se agregaría al resto de ingredientes, se bate durante unos minutos hasta que la masa quede perfectamente mezclada, se tapa el recipiente después y se deja reposando a temperatura ambiente unos 30 minutos. Para ahorrar algo de tiempo es bueno precalentar el horno mientras tanto a 200 °C con calor arriba y abajo.
Cómo acabarlas

Pasado este tiempo, hay que rellenar los moldes para magdalenas solo hasta un poco más de la mitad para que, al subir la masa, ésta no se desborde. Sólo quedaría poner sobre cada magdalena un copete de azúcar y colocarlas en una bandeja de horno, que se introducirá a media altura en el mismo, donde se dejarán cocinar por 20 o 30 minutos a 180 °C, y en la modalidad arriba y abajo. Pasado el tiempo, bastaría con comprobar si están hechas por dentro pinchando en el centro de cada una de ellas con un palillo. Si aún les falta, se las deja unos minutos más y se va chequeando. Un detalle que puede resultar muy importante es que el molde de papel debe de ser consistente para que la masa no lo deforme, aunque se puede poner varios papeles a la vez para reforzar el molde. Con estos pasos seguro que estarán muy jugosas, exquisitas y con ese sabor de siempre tan casero, e ideales tanto para degustarlas en el desayuno como a cualquier hora del día.
Diferencias significativas

Si para unos el origen de las magdalenas es francés y para otros español, lo que está claro es que las de ambos países no deben confundirse entre sí ni con los muffins ni con los cupcakes. Las del país galo, por ejemplo, adoptan formas diversas, mientras que las españolas son de forma similar a los muffins. Tienen un gusto similar al bizcocho aromatizado con limón.