La mayonesa es la salsa por antonomasia que más gusta a los españoles. Lo mismo la podemos utilizar para una ensaladilla que para unos huevos rellenos, que para las hamburguesas... Junto con el ketchup no hay nada igual para los que les guste acompañar cualquier plato con algo líquido. Si eres vegetariano o una persona vegana puedes tener un problema para encontrar una que se adapte a ello, por lo que aquí vamos a mostrar una opción ideal para ellos. Sí, sin ningún ingrediente de origen animal, para que puedan condimentar cualquier plato con una rica y sencilla mayonesa.
Qué persona se considera vegana
Se puede decir que ser una persona vegana va mucho más allá de ser vegetariano, ya que sólo consume productos vegetales de forma estricta. No comen nada que proceda de un animal, como por ejemplo, huevos, lácteos o miel. Cualquier alimento que tenga origen animal se rechaza en la dieta vegana. La inmensa mayoría de los productos alimenticios elaborados contiene, aunque sea en mínima proporción, lactosa procedente de leche de vaca, huevo, proteínas de leche… con lo que el abanico de alimentos disponibles para este tipo de personas se reduce considerablemente.
Ventajas de ser vegana
Los beneficios de ser una persona vegana o vegetariana de la manera más estricta repercuten, en gran medida, en el medioambiente ya que disminuye enormemente la contaminación derivada de la ganadería, hay un menor aporte de gases responsables del cambio climático y se mitiga la sobreexplotación pesquera, siendo además un regalo para el bienestar animal. Está completamente demostrado que un vegano «responsable» y «consecuente», sale ganando a nivel de salud, aunque desde el punto de vista nutricional y dietético, aunque en cualquier etapa de la vida se puede ser vegano y sano a la vez, con esta dieta se corre un riesgo mayor en niños y adolescentes, embarazadas y lactantes (tanto para la madre como el bebé).
Ingredientes de la receta
Para elaborar esta mayonesa vegana hay que partir de la base de que puedes elaborarla y conservarla en el frigorífico en envases con cierre hermético, puesto que si se envasa de forma adecuada puede durar bastante gracias a los ingredientes que la componen. En hacerla no vamos a tardar más de 15 minutos y, para un comensal, vas a necesitar como ingredientes 60 gramos de anacardos, 60 gramos de piñones, 120 mililitros de agua (½ taza), 3 cucharadas soperas de aceite de girasol, una cucharadita de vinagre de frutas, una cucharada sopera de zumo de limó, un diente de ajo y una pizca de sal.
Cómo hacer la receta
El primer paso para realizar la receta de mayonesa vegana es alistar los ingredientes y llevar el agua y los frutos secos a un procesador o licuadora, mezclando muy bien todos hasta que se integren. A continuación tendrás que adiccionar el vinagre de frutas, la sal, y el zumo de limón y procesarlo todo nuevamente. Tanto el zumo de limón como el vinagre son los ingredientes que permitirán que la mayonesa vegana pueda conservarse por más tiempo. Por último, hay que añadir el ajo y el aceite de girasol y se procesa nuevamente hasta que observes que la mayonesa vegana obtiene una consistencia espesa. Si se prefiere, se puede reemplazar el aceite de girasol por aceite de oliva.
Dónde aplicarla
Una vez que tengas lista tu mayonesa vegana, la podrás utilizar para todo lo que desees, como por ejemplo para condimentar una ensalada de remolacha o incluso una hamburguesa vegana de tofu. Como ha quedado demostrado, esta mayonesa libre de ingredientes de origen animal es un aderezo muy simple de realizar y rápido, por lo que, aunque ya existen en el mercado unas envasadas, lo ideal es poder hacerla tú. Además se puede conservar en la nevera o refrigerador en un frasco con cierre hermético, pues su vida útil es prolongada ya que no contiene ingredientes con fecha de vencimiento próxima, como puede ocurrir con las que venden en los supermercados.
Lista de la compra vegana
Si eres vegana y puedes hacer una mayonesa como esta solo encontrarás ventajas en ello. Hay que tener en cuenta que la lista de la compra de un vegano debe contener gran variedad de frutas frescas y hortalizas, cereales como la quinoa, pan, pasta, legumbres (incluida la soja), arroz, germinados y semillas, frutos secos, miso, tofu, tempeh, setas (contienen vitamina D), así como alimentos fortificados en vitamina B12 y algas. La OMS (Organización Mundial de la Salud), recomienda que no más de un 25% de las proteínas de la dieta provengan de animales y el resto, han de ser de origen vegetal.
