Esta semana ha sido una de las importantes de nuestro país, y eso es algo que ha sabido muy bien Letizia. Nuestra monarca ha sido una de las protagonistas de la 32º cumbre de la OTAN. Un acontecimiento histórico que ha reunido a cuarenta mandatarios de varios países y ha convertido a Madrid en el epicentro del mundo.
Por eso mismo, y como os hemos contado en Cotilleo.es, la reina ha estado al frente de una agenda cultural y artística para las acompañantes de los líderes mundiales que han conocido algunos de los enclaves más representativos de España. Estamos hablando de sitios como el Museo Reina Sofía, el Teatro Real o el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso.
Letizia es la mejor embajadora

>Nuestra monarca ha superado con nota este reto, y nos ha confirmado que se es la mejor embajadora posible de la marca España. Una cumbre en la que además de ejercer de anfitriona de las consortes, ha enamorado a la crítica internacional con cinco looks espectaculares, tan elegantes para la ocasión como elegantes.
Un acierto que ha terminado eclipsando a la mismísima primera dama de los Estados Unidos, Jill Biden, o a la mujer del presidente de Francia, Brigitte Macron, y que ha hecho que termine proclamándose en una de las más envidiadas de las jornadas.
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Claro sabor español y un toque flamenco

>La semana empezó fuerte para Letizia, que el mismo lunes se tenía que reunir en el Palacio de La Zarzuela con la mujer del presidente de los Estados Unidos, Jill Biden, antes de visitar juntas las instalaciones de la Asociación Española contra el Cáncer.
Un primer encuentro en el que ambas conectaron a la perfección y en el que la reina maravilló con un estreno de clara inspiración flamenca. Un vestido del diseñador andaluz José Hidalgo en color negro con lunares blancos en diferentes tamaños, con silueta lápiz, largo midi y manga corta, realzando la espectacular silueta de la monarca. Un sobresaliente en estilo.
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Letizia y su look más working

>Con la templanza que la caracteriza, Letizia protagonizaba el martes su segundo acto de la semana, y de nuevo al lado de una Jill Biden con la que se mostró de lo más cercana y cómplice. El escenario fue el Centro de Desplazados de Ucraniano de Pozuelo de Alarcón, en el que la reina ya estuvo el pasado mes de abril con el Rey Felipe y sus hijas Leonor y Sofía.
Un acto que se organizó para mostrar su apoyo al pueblo ucraniano tras la invasión rusa y en la que la monarca apostó por la sobriedad con uno de sus outfits más usados, un traje de chaqueta en clave work. Doña Letizia fue una de las más envidiadas con un conjunto blanco de Carolina Herrera que estrenó en 2018, con pantalón acampanado de talle alto y blazer.
Además, lo acompañó con un top de seda drapeado en color rosa empolvado, salones a juego y una coleta alta despejando su rostro y resaltando sus facciones. Adecuada para un acto de estas características y, por supuesto, impecable como siempre.
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Uno de sus estrenos más espectaculares

>Unas horas más tarde de estar en el Centro de Desplazados de Ucrania, nuestra Letizia reaparecía haciendo de anfitriona junto a su esposo, Felipe VI, en la cena ofrecida en el Palacio Real a los mandatarios políticos participantes en la cumbre de la OTAN y a sus parejas.
Una ocasión en la que la monarca aprovechó para derrochar glamour con uno de sus estrenos más impactantes. Estamos hablando del vestido Magna Magnolia de 2nd Skin Co. que ya había estrenado en la pasada edición de los Premios Princesa de Asturias. Confeccionado en tafetán de color negro, este diseño tiene un cuello a la caja y falda midi con volumen rematada en lazos.
Como complementos, sus impresionantes pendientes de chatones, que tan solo abandonan el joyero real en las ocasiones más importantes. Un look con el que acaparó todas las miradas. Sencillamente espectacular.
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El vestido más cómodo

>Sin apenas tiempo para descansar un minuto, la reina y las primeras damas ponían rumbo en AVE a Segovia el miércoles por la mañana para visitar el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso y la Real Fábrica de Cristales de la Granja. Una jornada especial que continuaban disfrutando con una visita privada al Museo Reina Sofía y un almuerzo en la pinacoteca a base de algunos de los productos más típicos de nuestra gastronomía.
Para este acto Letizia estrenó un vestido de la diseñadora Laura Bernal en color gris con topos en blanco, sin mangas, con el cuerpo cruzado, cuello solapa y cinturón a juego. Una prenda hiperfavorecedora con claro sabor español que combinó con unas alpargatas de cuña en color beige, su calzado fetiche en ocasiones en las que toca recorrer andando grandes trechos.
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Broche de oro

>Ayer terminaba la Cumbre de la OTAN en Ifema y con ella la agenda de nuestra monarca, pero antes, una despedida muy especial. Esta visita al Teatro Real, que incluyó un completo recorrido entre bambalinas, en el que disfrutaron de un ensayo de la ópera Nabucco, de Gioseppe Verdi, antes de realizar una cata de aceites para poner el broche de oro a unos días de lo más completos.
Para esta ocasión, Letizia se puso un diseño de Carolina Herrera, que no se ponía desde hace tres años y que destaca por su factura impecable y por ajustarse a su silueta, pero también por su vibrante rosa fucsia, un color que sienta especialmente bien a Doña Letizia. Un vestido midi, con cintura marcada, botonadura frontal y falda en línea corola.
La guinda a una semana que la monarca ha finalizado con una matrícula de honor en estilo, consagrándose como una de las mujeres más envidiadas del mundo.