Se puede decir que la fideuá, que procede precisamente del vocablo valenciano fideuada, que significa «conjunto de fideos«, es la hermana menos conocida de la paella a nivel internacional. Aquí en España sí es un plato muy socorrido, sobre todo porque la gran diferencia con aquella es que se usan pequeños fideos reemplazando al arroz. Una vez que ha quedado claro su origen en las orillas del Mediterráneo valenciano, hay que partir que, al igual que en el caso de la paella, también tiene varias versiones, aunque la más usada por tradición es la de pescado y mariscos. El resto de procesos e ingredientes son muy similares a los de su «hermana mayor», hasta el punto de que también se cocina en una paellera. Su compañero inseparable es el alioli, salsa mediterránea que llega a las mesas junto con la fideuá como si de un mismo plato se tratase. Tampoco deben faltar los gajos de limón, como queda reflejado en la receta que vamos a desarrollar a continuación, que no es nada complicada.
Ingredientes de la fideuá

A la hora de hacer una buena fideuá de sepia y langostinos hay que valorar que los dos ingredientes principales son algo más caros que otros productos. Así, para esta receta habría que conseguir de antemano 600 gramos de sepia en dados, 8 langostinos enteros, 500 gramos de coquillettes (Fideuá), 2 tomates rallados, 1 cucharada sopera de ajo picado, 2 cucharadas soperas de perejil fresco picado fino, un poco de pimentón ahumado, media taza de aceite de oliva suave, medio colorante alimenticio amarillo en polvo (opcional) y sal fina. Como se ve, todo muy fácil de conseguir, si no se tiene ya en la cocina.
Pasos para preparar fideuá

Como en tantas otras recetas, en esta de fideuá de sepia y langostinos el primer paso que hay que dar es calentar el aceite y freír la sepia. Una vez retirada la misma, se fríe en la misma sartén unos segundos los langostinos, y también se retiran. El siguiente paso sería hacer el sofrito con la cebolla y los ajos, que hay que dorar pero no quemar porque luego este olor se impregnará en todo el plato y no será tan grato de degustar. A esos dos elementos se añade el tomate rallado y también se sofreímos un minuto. Algo similar es lo que hay que hacer después al agregar el pimentón y el colorante o azafrán, sofreírlo.
Cómo terminar el plato

Una vez que se tiene el sofrito de esta fideuá de sepia y langostinos ya quedaría muy poco para poder terminarla como es debido. El siguiente paso sería volver a poner la sepia y removerla bien hasta que coja color. En ese instante se le añade el caldo y se echa la pasta y se sala todo, dejando que cueza a fuego fuerte durante cinco minutos. A partir de ese momento se baja el fuego y se deja cocer unos 10-15 minutos más, añadiendo los langostinos y rociando el perejil por encima 5 minutos antes de apagar el fuego. Una vez apagado éste se deja reposar 10 minutos, tapando con un paño de cocina la paellera, y se sirve en platos con gajos de limón y acompañando con salsa alioli.
Trucos adicionales

Como en toda receta, en esta de fideuá de sepia y langostinos también hay algunos trucos o recomendaciones en caso de que alguno de los ingredientes bien nos falte o bien no nos guste lo suficiente. Así, si uno no tiene los coquillettes, se puede usar también un tipo de cabello de ángel, el más grueso posible. Además, la cebolla en este plato es opcional, incluso se puede decir que tradicionalmente no se suele usar, aunque aquí sí la hemos puesto porque suele irle muy bien. Otro producto de la receta que puede tener su alternativa sería el del colorante alimenticio, que se podría sustituir por azafrán, aunque, eso sí, con las diferencias que eso conlleva.
La versión más conocida

La versión más conocida del origen de la fideuá narra que surgió a raíz de que Gabriel Rodríguez Pastor, cocinero de una embarcación pesquera del puerto de Gandía, cambiase su receta del arroz a banda y, en vez de hacerla con arroz, añadiese fideos a su caldo de pescado. Este cambio se debió a que el patrón de la embarcación en la que trabajaba era un aficionado del arroz y muchas veces dejaba a sus marineros sin su ración correspondiente. Por este motivo, el cocinero decidió cambiar el arroz por fideos. Este invento culinario gustó mucho y se expandió por los restaurantes de la ciudad de Gandía, popularizándose así la fideuá.