No es novedad en ‘MasterChef‘, ya que ya ocurrió en la primera edición de este talent culinario, cuando Efrén no ganó pero sí pudo ir a trabajar con posterioridad al restaurante ABaC, pero no deja de sorprender que el juez que se presupone más duro de este concurso, como es Jordi Cruz, siga ofreciendo su establecimiento a alguno de los participantes del espacio de La 1 de TVE que se tienen que marchar antes de tiempo y que sin embargo, por su forma de ser y por los condicionantes de sus vidas particulares, se ganan el cariño no solo del público sino también de quienes les han tenido que expulsar. En casi todas las ediciones ha pasado algo así, tanto con Jordi como con Pepe Rodríguez o incluso con Samanta Vallejo Nágera, y en esta ocasión no iba a ser menos.
La última expulsión de ‘MasterChef’

La undécima gala de ‘MasterChef‘ empezó con siete concursantes y acabó con seis tras la lacrimógena expulsión de Jokin en una tercera prueba que era una de las más complicadas para todos ellos, la de los duelos. Pese a ser el que más oportunidades tuvo, gracias a que su amigo David así lo quiso, llegando a luchar por la salvación hasta en tres oportunidades, el vasco, pese a que lo dio todo en todos y cada uno de los duelos, intentando emular en cada uno de ellos nada menos que los platos de Dabiz Muñoz, y a pesar de haber logrado elaboraciones de alto nivel, no logró superar a ninguno de compañeros.
Tres opciones en ‘MasterChef’

Jokin tuvo hasta tres opciones para seguir en ‘MasterChef‘, contra Claudia, Verónica y María Lo, los otros delantales negros de la noche. La prueba «épica» a la que se enfrentaron, según Samantha, y primero escogió medirse en duelo con Claudia. Ambos tenían que hacer unas gyozas y una ensalada vasca, y del plato de ella dijeron que era «espectacular», aunque también los jueces y Dabid felicitaron a Jokin. Después tenía que enfrentarse a Verónica y ésta, aunque cocinó, al no estar muy segura decidió entregar el pin de la inmunidad y ganar así ese enfrentamiento. El último reto, un pulpo a la gallega-thaiandés en 45 minutos, era ante quizás la gran favorita, María Lo, y aunque a ella se le olvidó la salsa, tuvo un resultado casi perfecto, mientras Jokin entregaba un plato con una masa «chiclosa, pero buen sabor». Y adiós.
El gesto de Jordi Cruz

Fue ahí cuando uno de los jueces de ‘MasterChef‘, Jordi Cruz, sacó su lado más humano y quiso echarle un cable a Jokin. Después de que los duelistas se abrazaran y Verónica corriese al balcón, el vasco se derrumbó y no pudo reprimir las lágrimas, al tiempo que decía que «es un orgullo irme con el trabajo que he hecho». Mientras confirmaban eso los otros jueces, Jordi no quiso dejarle marchar sin ofrecerle otra oportunidad: «Sabiendo el sacrificio y preocupación que tienes por su familia, si tu sueño es ser cocinero y quieres, te juro que si te puedo ayudar serás un gran cocinero. Te espero en la que quieras de mis casas y me ocuparé de que brilles y los tuyos estén contentos».
Otras ayudas similares

Lo cierto es que a lo largo de estas diez ediciones de ‘MasterChef‘ los tres miembros del jurado han intentado ayudar, siempre que han podido, a alguno de los concursantes que han ido pasando por esas cocinas. Y lo han hecho tanto con vencedores del programa, como ocurrió con Vicky, que se impuso en la segunda edición (trabajaba de carnicera y también iba a limpiar casas porque el sueldo, dice, no le llegaba, y Pepe Rodríguez se la llevó a hacer prácticas a El Bohío), como con otros que no tuvieron tanta fortuna y fueron expulsados antes, como el citado Efrén, de la primera edición, al que reclutó Jordi Cruz para uno de sus restaurantes.
Quién es Jokin

El hasta ahora último expulsado de ‘MasterChef‘ es un chico de 30 años que vive en Zumaia, un pequeño pueblo de Gipuzkoa, con sus ocho apellidos vascos, como indican desde RTVE. Alegre, emocional y divertido, Jokin es gestor financiero. Como dijo en su presentación, cuando entró al programa, en su tiempo libre tiene dos hobbies bien definidos: la pelota mano y pasar los días en su barco, aunque también le gusta mucho cocinar, sobre todo, algunas de sus recetas estrella, como el cordero al horno. Dejó todo, la empresa de su familia y a ésta y siempre trabajó bajo la presión de que tenía que ganar o, al menos, hacerlo tan bien que el dejar todo lo que dejaba atrás tenía que valer la pena. También se lleva a Eva de novia tras su paso por el espacio.