Las conservas caseras son ideales para aprovechar los productos naturales y las recetas caseras durante mucho más tiempo, así nos ayudan a mantener una dieta saludable y elaborar unos platos con sabores de lo más auténtico. Prepararlas bien es todo un arte, ya que una conserva con una técnica mal efectuada puede estropear el producto e incluso ser peligrosa para la salud. Si quieres aprender a hacerlas de la forma correcta hoy te explicamos cómo.
Empieza por la higiene

A la hora de elaborar conservas caseras se debe dar mucha importancia a la higiene, ya que los descuidos en este sentido son las fuentes de contaminación de los alimentos más comunes. Para ello es crucial que laves tus manos con jabón y no solo al principio, hazlo para manipular los diferentes alimentos con los que vayas a trabajar.
También es necesario que limpies bien los platos, cubiertos, ollas, etc. con un jabón específico, y que los aclares bien con mucha agua, para eliminar todos los residuo y que no exista ningún problema posterior. Los trapos y paños de cocina también son una fuente de microorganismos, así que intenta cambiarlos y mantenerlos desinfectados de forma regular.
Escoge productos de calidad

La elección de los ingredientes puede ser muy importante a la hora de elaborar tus recetas de conservas caseras, ya que uno de los puntos favorables de hacerlas en tu propia cocina es que puedes crear elaboraciones con los alimentos más naturales y huir de los procesados.
Para mantener intactos los sabores y los aromas de frutas y verduras una buena idea es escoger productos de temporada, y si son de producción local de la zona en la que resides muchísimo mejor. Este tipo de alimentos ofrecen más nutrientes y vitaminas para mantener a raya la salud ¡y son más sabrosos!
Limpia bien los alimentos

En este punto de la receta volvemos a la importancia de la higiene, que también se debe dar a la hora de limpiar los ingredientes. Para eliminar los residuos y la tierra, debes lavar la fruta y la verdura debajo del chorro de agua corriente. Además, si dejas en remojo los alimentos por media hora en agua con bicarbonato de sodio, conseguirás reducir los rastros de pesticidas que puedan quedar impregnados superficie.
Aunque tomes todas estas medidas de limpieza e higiene, procura manipular la fruta y la verdura con cuidado para evitar que se deteriore durante el proceso. Elimina las partes dañadas, podridas u oscuras cuando termines todo el proceso de limpieza y no antes.
Utiliza los utensilios adecuados

Las ollas más apropiadas para la cocción de las conservas caseras son las de acero inoxidable. Las herramientas de cocina de aluminio o cobre no deben usarse, ya que la acidez podría provocar el desprendimiento de sustancias metálicas y contaminar los alimentos. Los botes destinados a las conservas son también son importantes, y el cristal es el mejor material, aunque también pueden usarse recipientes de metal.
El cristal no absorbe los olores, y es muy fácil de esterilizar. Para ello debes lavar muy bien los botes y sus tapas con agua corriente; luego forrar una olla grande y alta con un paño de cocina, y poner dentro los botes con la abertura hacia arriba. A continuación, rellenar los espacios entre los botes con otros paños de cocina para que no se toquen durante ni se rompan, y llenar la olla de agua, hasta cubrir los botes. Se pone al fuego y cuando el agua hierva, se baja la temperatura y se deja hervir por 30 minutos. 10 minutos antes de terminar con los botes, se sumergen también las tapas. Se apagamos el fuego y se deja enfriar.
Hierve los botes

Con tus botes esterilizados y todo el material a punto, debes hervir los botes ya cerrados con la conserva en su interior de esta forma se evita la caducidad prematura de las conservas caseras. Esto se hace para pasteurizar los alimentos y se debe proceder a hacer hervir los botes siguiendo los mismos pasos que para esterilizarlos, con la olla tapada.
Una vez que el agua hierva, se baja el fuego manteniendo el agua en hervor. El tiempo necesario varía según el tipo de alimento, así que es conveniente consultar las especificaciones en cada caso. Después de la pasteurización los botes quedarán un poco más vacíos porque habrás retirado el aire. Comprueba que estén herméticamente cerrados en las siguientes horas. Esto lo reconocerás cuando veas las tapas un poco encorvadas hacia el interior del bote de cristal.
Cuando optas por congelar

Algunas conservas caseras se mantienen muy bien en una despensa o en la propia nevera y no es necesario hacer ningún paso más al finalizar la receta. Otras, como las salsas o las que tienen carne, conviene congelarlas. Aún así, cualquier tipo de conserva puede ir al congelador para aguantar más tiempo en buen estado.
El proceso de congelamiento bloquea la actividad de los microbios e impide su reproducción, así que esta es una fórmula perfecta para guardar de forma segura el alimento. Si congelas las salsas en pequeñas porciones, podrás descongelar solamente la que vas a consumir en el momento y esto también puede ser de gran utilidad.