El pasado sábado 9 de julio, en plena manifestación del Orgullo LGBTIQ+ 2022 de Madrid, se desataba una oleada de fanáticos de la cantante colombiana Karol G, que puso en serio riesgo el protocolo de seguridad desplegado para el ‘MADO’. Lo cierto es que, con la expectación que generó la artista entre su público más fiel, no entiendo como no hubo algún que otro infarto de miocardio. Pareciera que a las fans les hubiera poseído el espíritu de la niña del exorcista, enloquecidas y con los ojos fuera de órbita. ¡Hermanas, un poquito de cordura!, que la Bichota no es que sea el mismísimo Dalái Lama. Pero, sin duda, los que se llevaron la peor parte fueron nuestros compañeros periodistas, porque ni en Parque Jurásico hubiéramos corrido tanto peligro. Pongan mucha atención, porque Cotilleo.es os trae un vídeo que no tiene desperdicio.
Karol G saca a pasear a su Bichota más hortera

>Que me perdone mi amiguísima Karol G, pero yo preferiría encerrarme en casa, antes que sacar a pasear a mi Bichota más hortera. Por favor, que alguien me explique lo que le ocurrió a la cantante aquella tarde, para recorrerse el centro de la capital madrileña al mando de una carroza recubierta de terciopelo fucsia. Ni el felpudo de mi casa fue escogido con tan mal gusto.
Pero a decir verdad, no me sorprende tanto el mal criterio de la colombiana. A juzgar por sus looks estrafalarios, la artista debería cambiar de peluquero como quien cambia de chaqueta. Y es que, en ocasiones, no sé si se lo han decolorado o se ha rociado con agua oxigenada en su casa. Querida amiga, no me lo tomes a mal, pero debo confesarte que tu melena tiene menos vida que el pelo de Karmele Marchante.
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Karol G al borde de morir aplastada por sus fans

>Yo no sé quién contrató al chofer de la Karol, pero lo cierto es que el hombre estaba más perdido que un elefante en una cacharrería. Si no sabéis de lo que os hablo, tranquilos, porque os cuento todo, todito, todo enseguida. Pues resulta que, fuentes próximas a la organización del Orgullo LGBTIQ+ de Madrid, me aseguran que cuando la cantante se disponía a hacer acto de presencia en el Pride, a su querido conductor no se le ocurría nada mejor que estacionar el vehículo en el lado contrario al del acceso al bus. Ya se podrán imaginar lo que sucedió… Una marabunta de seguidores de la artista se abalanzaba sobre ella, que estuvo a muy poco de desencadenar una tragedia.
Pero afortunadamente nada de esto ocurrió, y la colombiana acabó por entregarse a la gente, que coreaba sus canciones. ¡Menudos temazos se marcó la Karol! Y si no que se lo digan a los allí asistentes, que perrearon como divas hasta el suelo. No quiero ni imaginarme cómo habrán tenido que encaminar esta semana… Ni las sentadillas te dejan tan cascada. Desde luego que no era para menos, porque a ver quién se resistía a gozar hits como Tusa y Provenza, entre muchos otros de la artista.
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La tusa que Karol G le dedica a Anuel AA

>Todo apunta a que Karol G tiene suficientes motivos para dedicarle Tusa a su ex pareja, el también cantante, Anuel AA. Y es que parece ser que el puertorriqueño no es capaz de sacarse de su cabeza a la colombiana. Un hecho cuanto menos sorprendente, después de enterarnos de que el artista ha contraído matrimonio con la rapera Yalin ‘La más viral’, nada más y nada menos que en República Dominicana.
Ya le ha debido afectar mucho la ruptura con su ex, la cantante Karol G, porque hasta es capaz de parar en mitad de un concierto para arremeter duramente contra una fan. Y es que el chiquillo tiene a la Bichota hasta en la sopa, su obsesión le está jugando una mala pasada. Resulta que una seguidora le lanza una botella al escenario, y el artista suelta sin ton ni son: «Pana el que me está tirando esa botella tiene que ser la tonta esta con la peluca azul que quiere llamar la atención (…) No seas tan tonta gata infeliz. Me cago en tu vida mil veces».
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La Karol se echa la manta a la cabeza
>Lo que nos faltaba por ver de nuestra amiguísima Karol G, desde la redacción de Cotilleo.es os confirmamos que lo tenemos calentito, como recién salidito del horno. Y es que la vida es impredecible y no deja de sorprendernos. Resulta que una va paseando tranquilamente por la capital madrileña y, de repente, se entrecruza en tu camino un sequito de extraterrestres que sale de «extranjis» de un restaurante sin apenas llamar la atención. O eso, al menos, es lo que le hubiera gustado a la intérprete colombiana. Pero nos tememos, que le salió el tiro por la culata.