El agua oxigenada es un compuesto químico que prácticamente todos tenemos en nuestro botiquín para curar las heridas y hacer esos pequeños arreglos en el momento en el que hay un accidente doméstico. Pero, ¿sabías que también es un producto excepcional para combatir el acné? Este y otros productos que tenemos en nuestra propia casa o al alcance de nuestra mano son ideales para la piel aunque estemos acostumbradas a utilizarlos para otras cosas completamente diferentes. A continuación, te contamos cuáles son y cómo utilizarlos.
El agua oxigenada

El peróxido de hidrógeno o el agua oxigenada, como la conocemos coloquialmente, se encuentra en prácticamente todas las casas porque presenta diferentes usos cotidianos; especialmente a la hora de curar pequeñas heridas. Pero este producto también es ideal para combatir el acné ya que logra matar las bacterias y hacer que se active el sistema inmunológico y protege de virus, hongos y bacterias.
Si quieres utilizarlo como solución para tus granitos debes aplicarlo durante la noche, después de lavar tu rostro con un jabón facial. Tendrás que coger un algodón con unas gotas de agua oxigenada para aplicarlo sobre la piel insistiendo con un suave masaje en las zonas donde tengas brotes, y posteriormente, extiende el producto por todo tu rostro.
La fresa y el limón

Estos dos ingredientes que probablemente tendrás en tu cocina son ideales para tu piel por separado, y juntos crean una mascarilla para exfoliar y limpiar la piel de impurezas. Puedes aplicar esta solución una vez por semana o dos veces si vives en una zona con mucha polución en el ambiente, como es una mascarilla natural no tiene contraindicaciones en la piel ¡todo lo contrario!
Para elaborarla necesitarás 50 gramos de fresas, 1 limón y 10 gramos de avena molida. Debes macerar las fresas hasta formar un puré, agregar el jugo de medio limón y la avena molida. Después mezclar todo para crear una pasta consistente. Esta crema resultante la aplicarás en el rostro durante media hora y después podrás aclarar con agua fría. Tu rostro quedará impoluto.
El Aloe Vera

Tal vez tengas una planta de Aloe Vera en tu casa o en tu jardín y probablemente habrás oído que tiene muy buenas propiedades cicatrizantes y que se usa como ingrediente para muchos cosméticos. Si tienes la posibilidad de utilizarlo directamente desde la planta, debes conocer que sus beneficios para la piel van mucho más allá del milagro de las cicatrices, y puede convertirse en un gran aliado de belleza.
El Aloe Vera llega hasta la dermis, la capa más profunda de la piel, y es por ello que ofrece muchos beneficios como la capacidad de reparar las quemaduras gracias a sus propiedades antiinflamatorias. Su uso diario hidrata y suaviza la piel actuando como un excelente regenerador celular. Elimina las células muertas de la piel y favorece la salud de los tejidos, también la protege del daño generado por los radicales libres. Combate las irritaciones y la dermatitis, estimulando y fortaleciendo las fibras de colágeno y elastina mejor que las cremas más caras del mercado.
El aceite de coco

El aceite de coco contiene ácido láurico, vitamina E y K, una combinación de ingredientes ideales para el cutis ya que humectan los tejidos de la piel del rostro en profundidad, favorecen la regeneración celular y le proporcionan suavidad. Este producto preserva el colágeno y elastina en la piel, lo que lo convierte en un ingrediente magnífico para prevenir el envejecimiento, la formación de líneas de expresión y las arrugas. Es un alimento que podrás encontrar en cualquier supermercado a precios económicos, habitualmente en el estante del resto de los aceites o en la zona de postres.
El aceite de coco también es un excelente hidratante y puede ser el complemento ideal cuando tus labios se parten y tu piel se reseca, tiene un efecto emoliente que ha demostrado ser eficaz incluso en casos extremos de descamación de la piel. En ocasiones buscamos pociones milagrosas y muy caras de marcas de prestigio, cuando en nuestra propia despensa tenemos la solución más efectiva ¡no dudes en añadirlo a tu lista de la compra!
El aceite de árbol de té

Este aceite no es un producto de consumo alimenticio como es el caso del aceite de coco, y tendrás que adquirirlo en una herboristería o en supermercados de gran tamaño. Una de las propiedades más conocidas de este producto es su capacidad para combatir las espinillas o las inflamaciones de la piel, y de la forma más natural posible.
El aceite del árbol de té es antimicrobiano, es decir, elimina y reduce el crecimiento de bacterias y microorganismos en nuestra piel. Esto se suma a que ayuda a reducir las inflamaciones y todo ello lo convierte en el aliado perfecto contra el acné o aquellos granitos ocasionales tan molestos.
El huevo

Este es otro elemento que todo el mundo tiene en su nevera y cuya misión no tiene porqué ceñirse al universo gastronómico. Este alimento está compuesto por mucha agua y mucha proteína e incluso los expertos aseguran que tiene todas las vitaminas que las personas necesitan salvo la vitamina C, y además en proporciones relevantes.
Por su contenido de aminoácidos, vitaminas y minerales, la clara del huevo es un ingrediente natural que sirve perfectamente para cuidar, regenerar y embellecer la piel. Para aplicarlo basta con extenderlo sobre la piel y dejarlo actuar unos minutos hasta que quede tirante, aunque también podrás encontrar cientos de mascarillas caseras que podrás elaborar con otros ingredientes.