Ya es la nueva reina de las campanadas de fin de año, con permiso de Anne Igartiburu y Ana Obregón (por mucho que las barriera en audiencias la última vez), y sigue siendo tan admirada por su belleza como por ser el gran amor de Dabid Muñoz, el chef que ha decidido apostar por ser más rico a partir de 2022, al subir el menú de su Diverxo de 250 a 360 euros, pero Cristina Pedroche cae mal a mucha gente por comentarios suyos en televisión como en las redes sociales.
Comentarios televisivos

Por mucho que ella misma asegurara, tras una de sus últimas polémicas, que «cada día intento ser mejor», lo cierto es que parece que lo único que logra es caer peor a más gente. Una de las últimas personas que se unió al club de enemigos de Cristina Pedroche fue la creadora de contenido Mara Jiménez, conocida en Instagram como Croquetamente, a la que sentó mal que la colaboradora de ‘Zapeando‘ afirmara en el espacio de La Sexta que «ahora puedes alquilar gordos a 15 euros la hora. Están arrasando porque en Japón es raro ver gente obesa ¿y para qué iba alguien a contratar a una persona con sobrepeso? La empresa además te da las ideas. Entre otras es, cuidado con esto, para ponerte a su lado y sentirte mejor contigo mismo. Te ves mejor». El vídeo de denuncia de Mara, «Gordofobia en Zapeando«, tuvo un millón de reproducciones en poco más de 24 horas.
Los ‘perdones’ de Cristina Pedroche

La vallecana es noble de corazón y por ello pidió perdón en una extensa publicación en Instagram. En esa misiva, Cristina Pedroche indicó que «cada día intento ser mejor persona, más respetuosa, más tolerante, más feminista«, pero señaló que se ha dado cuenta de que le queda «muchísimo camino por recorrer» y que, en ocasiones, dice «cosas que pienso que no tienen importancia y después hay gente que me demuestra que sí que la tiene». Por eso lo de «pido perdón a cualquier persona que se haya podido sentir ofendida, dañada, dolida por mis actos, mis palabras o mi falta de ellas».
Provocar por posar

Lo peor para Cristina Pedroche es que a veces una simple foto que suba a sus redes ya hace que la lluevan las críticas. Eso pasó en verano de 2020, cuando compartió en Instagram una instantánea en la que se la veía posando en el patio de su casa en bañador, luciendo unos abdominales bastante marcados. Pues eso bastó para que muchos denunciaran su «extremada delgadez«. Curioso cuando menos cuando en otras ocasiones otros la hayan tachado de gorda.
Ni desnuda gusta Cristina Pedroche

Cristina Pedroche a veces demuestra que no está ni flaca ni gorda con fotografías como la que se hizo en enero del presente año, con motivo de la tormenta Filomena. Verla desnuda en la nieve en el jardín de su casa hizo que muchos la acusaran de aprovechar cualquier oportunidad para mostrar su cuerpo y de que eso no tenía nada de feminista. También se le reprochó su actitud, cuando había personas que estaban atrapadas por la nieve o que directamente no tenían hogar y habían tenido que vivir el temporal en la calle.
Las uvas más polémicas

Y por supuesto siempre es motivo de polémica el modelito con el que aparece en las campanadas de Antena 3, que gracias a ella pelean cada vez más la audiencia a las de La 1 de TVE. Cristina Pedroche, quizás para intentar que esas mediciones fueran aún más estrechas, se hizo una sesión de fotos unos días antes de Nochevieja, con un atuendo que se especulaba que podía tener algo que ver con el que llevaría el 31 de diciembre. En la foto vestía una falda de plumas, mientras que en la parte de arriba no llevaba nada y eran sus manos las que cubrían sus pechos. A partes iguales tuvo por un lado muchos «likes» y por otro comentarios que la acusaron de contribuir a la sexualización del cuerpo de la mujer.
La regla de Cristina Pedroche

Un tema como la menstruación no sólo le crea problemas cada mes a Cristina Pedroche, como al resto de mujeres, sino que, por hablar de ella, le ha supuesto multitud de críticas. En 2019, primero publicó una fotografía de una copa menstrual y contó su experiencia con ella, haciendo al mismo tiempo un alegato feminista. Ella misma lo contó así:»Subí una ‘story’ de Instagram una mañana y recibí bastantes comentarios, muchos muy positivos, diciéndome que qué guay que hablase de ‘un tema tabú’, pero otros del tipo: ‘¿y a mí qué me importa que tengas la regla, guarra?». Un mes después afirmaba que «si los hombres tuvieran la regla, cada vez que les bajase sería una fiesta. Se lo contarían a todo el mundo y se mancharían la cara de sangre en plan: ‘¡Heeeey! ¡Ya soy un macho!’. Y las mujeres no, nos tenemos que esconder», y terminaba recordando una vivencia personal, «cuando una amiga me prestaba un tampón me lo tenía que pasar por debajo de la mesa, como si fuese droga«. Mientras que por el comentario de los hombres Twitter respondía con frases como «¿qué pasaría si la Pedroche tuviera cerebro», por la de la ‘droga’ se podían leer cosas como «qué chica más antigua, no conozco a nadie que se esconda por la regla». Genio y figura.