La miel siempre ha tenido fama de ser muy saludable, pero en realidad está compuesta por un 80% azúcar, por eso, te voy a contar las tres razones por las que tienes que quitar la miel de tu dieta. Al tener tanto porcentaje de azúcar no es un buen sustitutivo para este alimento, por lo que la miel es mejor consumirla con moderación.
Sí quieres conocer cuáles son las tres razones por las que tienes que eliminar la miel de tu dieta no dudes en seguir leyendo este artículo, donde te voy a desvelar todos los trucos y detalles de la miel.
¿De dónde procede la miel?

La miel acompañaba a los faraones al otro lado tras el juicio de Osiris, así que este oro líquido ha tenido fascinada a toda la humanidad desde su existencia. La fecha más antigua de la recolección de la miel se descubrió en Turquía, en un yacimiento neolítico en Anatolia que data de hace 9.000 años.
En España, la primera vez que se notificó que se recogía la miel fue en Valencia, en las cuevas de Araña. En estas cuevas hay unas pinturas de hace 8.000 años que representa a una persona subiendo a recolectar miel a un panal ayudada de lianas.
¿Por qué era un alimento tan deseado la miel?

La pasión de la humanidad por la miel ha causado furor desde siempre, en primer lugar, porque es uno de los alimentos más dulces que existían entonces después de los dátiles.
Además, una de las características de la miel es que es capaz de sobrevivir al paso del tiempo sin que haya que realizar algún procesamiento. Por eso era un alimento tan deseado y codiciado en la época faraónica o en la Edad Antigua.
Los distintos tratamientos de la miel

Además, la miel no solo era consumida como alimentos, sino que también se ha utilizado para ungir a los muertos, como hicieron con Alejandro Magno. Se utilizaba para algunos baños en diferentes rituales e incluso para tratar dolencias y heridas. En el Valle de Éufrates se encontró una tablita de arcilla donde se describía cómo elaborar un ungüento a base de miel y aceites para tratar cortes y laceraciones en la piel. Este descubrimiento está fechado con una antigüedad de 2.000 años antes de Cristo.
Otro ejemplo del uso de la miel se da en el Antiguo Testamento, donde hay multitud de referencias con este producto, desde la dieta a base de miel de Juan Bautista hasta la descripción de cómo en la tierra de Israel brotaban la leche y la miel.
Por qué hay que reducir el consumo de azúcar

La mayor parte de la composición de la miel es azúcar y el azúcar en exceso puede provocar enfermedades como la obesidad o enfermedades cardiovasculares. Por eso hay que reducir su consumo en la medida de lo posible ya que muchas veces consumimos más de lo necesario y no somos conscientes de ello.
Una manera de reducir el consumo de azúcar es mirar las etiquetas de los productos que se compran en el supermercado. De esta forma se puede ver cuántos azúcares añadidos tiene el alimento. Por eso, la miel no es un sustitutivo del azúcar porque la composición de ésta es básicamente azúcar, agua y un pequeño porcentaje de nutrientes.
Primera razón: nutrientes en poca cantidad

La miel está compuesta de sustancias como el zinc, el hierro, la vitamina B o la vitamina C, pero con un contenido nutricional que ronda entre el 0,5% y el 1%. Por lo tanto, la cantidad de porcentaje en nutrientes de la miel es muy bajo y no podría indicarse en el envase ya que tiene que ser mínimo 15%.
La creencia es que al ser un producto natural se piensa que es saludable, pero los nutrientes que aporta el azúcar son ínfimos como para compensar la sobreingesta de este.
Segunda razón: azúcar puro

Como ya había mencionado antes, la miel está compuesta por más de un 80% de azúcar y dicho azúcares son higroscópicos. Esto quiere decir que contienen muy poca agua son capaces de absorber la humedad ambiental.
Así, en una cucharada de miel, donde hay al menos 30 gramos, son en total seis terrones de azúcar. La Organización Mundial de la Salud recomienda reducir el consumo de miel porque los considera ‘azúcar libre’ y lo máximo diario recomendado son, justamente, seis terrones de azúcar.
Tercera razón: no cura catarros ni enfermedades

Las propiedades curativas que se achacaban a la miel han creado que hoy en día haya muchos mitos, leyendas e historias que hacen a la miel un alimento mágico que todo lo cura. Muchos dicen que un vaso de leche con miel cura catarros, afonías, tos e incluso la gripe.
Sin embargo, esto está muy alejado de la realidad y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria declaró que no hay ninguna evidencia de que la miel cure catarros y/o dolencias. Además, varios estudios han demostrado también que no hay pruebas científicas ni sólidas que vinculen el tomar miel a la curación o mejora de dolencias como la tos o la afonía.
Aunque la miel no parezca del mismo tipo de azúcar que el que tomas en el café o utilizas para los postres, la verdad es que es la miel tiene el mismo compuesto que el azúcar, pero de forma natural.