Las patatas son para muchos uno de los mayores descubrimientos de la historia. Son baratas y pueden prepararse de muchas formas diferentes, ya sean cocidas, asadas al horno con especias, el tartiflette, unas deliciosas patatas duquesa o unas sencillas patatas rellenas. De lo que no cabe duda es que una guarnición a base de las mismas es una de las mejores maneras de acompañar a un plato principal y de paso aportar hidratos de carbono a nuestras comidas. En este caso vamos a mostrar cómo hacerlas al estilo mayordomo, que seguro que a partir de ahora será una de tus favoritas.
Origen de las patatas
Las patatas fueron cultivadas por primera vez entre los años 8001 y 5000 a. C. en una región que comprendería lo que hoy es el sur de Perú y el noroeste del Altiplano boliviano. Desde entonces se han extendido por todo el mundo y se han convertido en un alimento básico en la gran mayoría de países del globo. Los primeros exploradores españoles le dedicaron una especial atención dado que junto con el maíz formaba parte del principal alimento de la población indígena, por lo que fueron ellos los que la introducirían posteriormente en Europa.
Propiedades de las patatas
No sólo hay muchas variedades de patatas sino también son numerosos los beneficios que conlleva su ingesta para nuestro organismo. Por un lado se trata de un alimento rico en carbohidratos, por lo que nos aporta mucha energía. Además, un 75 por ciento de su contenido es agua y es una gran fuente de potasio. Asimismo, es rica en vitamina C, vitamina B, ácido fólico y minerales como el magnesio y el hierro. Las únicas personas que deben consumirlas con cuidado son las diabéticas, ya que contienen un muy alto contenido de carbohidratos, en especial del tipo que se digiere rápido, lo que causa una oleada de insulina y azúcar en sangre.
Ingredientes de la receta
De lo económico que es comer patatas nos puede dar fe esta receta, ya que apenas nos va a costar 1,4 euros por cada comensal. Los ingredientes que vamos a necesitar para hacer estas estilo «mayordomo» van a ser 750 gramos de patatas, 250 ml de leche entera, una cebolla grande, 75 gramos de mantequilla, sal y pimienta negra recién molida (al gusto de cada uno) y perejil fresco. Como se ve todos muy sencillos de conseguir por todos los solemos tener en nuestras cocinas. Lo máximo que nos va a llevar la elaboración del plato serán 60 minutos.
Primeros pasos
Siempre es buena idea incorporar las patatas a nuestra dieta, y de ahí que con esta receta estilo «mayordomo» podemos encontrar formas diferentes de llevarla a la mesa. Lo primero que tendremos que hacer será pelarlas y lavarlas. Hay que cortarlas en rodajas de menos de un centímetro de espesor. Después tendremos que pelar y cortar la cebolla en juliana, bien fina para que se haga antes. Una vez tengamos estos dos elementos preparados, se calienta la mantequilla en una cazuela los más amplia posible y se añade a la misma la cebolla y dejamos que se dore. Cuando comience a tomar color se le añade un puñado de perejil picado y el vaso de leche y se remueve bien.
Cómo finalizar la receta
Una vez hechos esos pasos, le llega el turno a las patatas. Hay que incorporarlas a la cazuela y añadir sal y pimienta negra recién molida. En la misma se tendrán que cocer durante 35-40 minutos a fuego bajo (3 sobre 10) dando la vuelta a las patatas de tanto en tanto. Así se harán por los dos lados. Cuando ya estén tiernas (algo que se puede comprobar pinchándolas con un tenedor o un palillo), se sube el fuego durante 2 o 3 minutos para dorarlas (6 o 7 sobre 10). A la hora de servir, se colocan las patatas como base y se añade por encima la cebolla caramelizada. Por último se riegan con unas cucharadas de la salsa que estará estupenda.
Plato principal o acompañante
Lo bueno de estas patatas mayordomo es que ahora en verano, si uno no tiene mucho hambre por el calor, se pueden tomar como plato principal, aunque lo cierto es que funcionan fantásticamente como guarnición de una carne o un pescado. Además su preparación lleva el tiempo justo para hacerse mientras horneamos o guisamos el plato al que acompañan sin robarnos ni un minuto más.