Marisol es una de las caras conocidas del cine español de la época de los años 70. Cuando solo era una niña fue descubierta por uno de los productores del momento, Manuel Goyanes. Con 11 años dejaría su niñez para centrarse en una dilatada carrera profesional que desde luego, como tantos otros, no supo gestionar
Esta semana ha vuelto a ser noticia, Marisol no volverá a los escenarios. La artista con 70 años ha intentado tener la vida que en su día no pudo tener. Alejada de las cámaras y apartada del foco mediático, es noticia no por las obras que estrena, sino por todo lo contrario. Descubrimos a Marisol la niña que nunca quiso ser artista.
La figura de Pepa Flores
El nombre de Pepa Flores nos lleva directamente a visualizar a aquella niña rubia de ojos azules que marcó toda una época. Un total de 22 películas, dos miniseries, un documental y muchos discos la preceden. Marisol fue una de las artistas más reconocidas y admiradas de su tiempo, una mujer que triunfó.
Muñecas, posters y libros, la convirtieron en todo un icono. Marisol no fue célebre únicamente por su voz y sus películas, se convirtió en el símbolo de una época. Con una muñeca ‘Famosa’ dedicada a ella, las niñas de este país crecieron con la esperanza de parecerse a ella algún día. Marisol, no era una muñeca, era un juguete roto que deseaba cambiar de vida.
Unos inicios duros
Marisol creció en un pequeño pueblo de Málaga hasta que fue descubierta. Como solo era una niña de 11 años que nadie conocía, el primer contrato que firmó era algo totalmente surrealista. Con una entrega al trabajo brutal que le reportaba unos beneficios mínimos. Se aprovecharon de ella con la ley en la mano.
A los 15 años se quedó sin voz. Marisol había llegado al límite de su capacidad, no podía seguir en la misa línea. Estaba sobreexplotada. Ahora ya no era la niña que todos querían, iba camino de convertirse en una mujer. La adolescente Marisol pedía en silencio un cambio, su cuerpo ya no podía más.
Goyanes, su amor financiero
Marisol fue contratada por Manuel Goyanes. Él fue el responsable de que sus primeros beneficios fueran casi de risa. Su primera película le supuso una nómina de 125.000 pesetas. Para le época no estaba mal, pero quedaba lejos de lo que cobraban las grandes artistas de su tiempo. Por su segunda ya fue algo más 300.000 pesetas.
No todo fue negativo, con Goyanes, Marisol conoció al amor. Su hijo Carlos se convertiría en su gran amor. Se casaron en 1969 y se juraron devoción eterna. Estaban siempre juntos, él la seguía allí donde fuera. Era normal esa entrega, tenía en un régimen de ganancias del 50%, lo que cobraba Marisol, la mitad era para su marido.
La reina del destape accidental
Las películas extranjeras pedían a Marisol una exigencia mayor. No era ninguna niña, se había convertido en una mujer que deseaba triunfar como actriz. Al lado de su marido que le exigía una y otra vez tener más éxito. Conseguir un contrato serio pasaba por tener que hacer algunos extras inesperados.
Para poder rodar una película con Alain Delon, las exigencias eran tener un book al desnudo. Marisol tenía que enseñar su mejor cara al productor. Se contrató a un fotógrafo, para poder lograr unos resultados extraordinarios. 75.000 pesetas fue lo que se pagó por esa sesión de fotos, la primera de Marisol al descubierto.
Antonio Gades cambió a Marisol
Después de tres años de matrimonio, Marisol descubrió que en el amor no puede haber negocios por medio. Conoció a Antonio Gades, un hombre que la cambiaría por completo. La que hasta entonces se había mantenido como un ejemplo de la buena moral del momento se transformó en una rebelde.
Adoptó las ideas más de izquierdas y dejó a un lado ese afán por realizar películas. No le importaba tanto sus beneficios, había encontrado algo mucho más rentable: El amor de su vida. Con Gades aprendió una nueva filosofía de vida y descubrió que el mal puede aparecer en cualquier momento.
La portada de Marisol en ‘Interviú’
‘Interviu’ publicaría en el año 1976 las fotos que Marisol había realizado para la sesión de fotos de Alain Delon. Lo que en su día se quedaba archivado y su uso era solo para la industria del cine, llegaría a manos de todo el país. La portada supuso unas ventas de casi un millón de ejemplares, todo un récord.
La Fiscalía fue la encargada de iniciar el proceso contra la revista. Marisol no quería hacer daño a personas que era inocentes, pero se trataba de un grave atentado contra su moral. En aquellos tiempos fuer una revolución. Una de las portadas más rentables de la revista, de los beneficios Marisol no vio ni una peseta.
Esposa y madre
La boda con Gades fue totalmente distinta de su primer matrimonio. El maestro de ceremonias fue el mismo Fidel Castro. En aquellos días, fue un desafío que el máximo representante del comunismo les oficiase la boda. En 1986 siguió con películas mucho más profundas como ‘Mariana Pineda’ o ‘Caso cerrado’.
Es la etapa final de su carrera, a partir de entonces Marisol, lo dejaría todo. Volvería a ser la niña de pueblo dispuesta a dar una infancia feliz a sus tres hijas. El matrimonio dio por finalizada su aventura y volvió a sus orígenes. Con sus ideas de izquierda y la caja llena para vivir como querían.
Separada y libre
En 1988 se separaría definitivamente de Gades. Marisol compra una casa en Málaga, desde allí ve el mar y disfruta de una vida tranquila. Atrás queda ese ajetreo que tuvo en sus días de más trabajo. Conoció a un italiano que le cambiaría la vida, su tercera pareja importante, 11 años más joven que ella.
La pareja tiene una finca en Moclinejo. Allí tienen una vivienda unifamiliar con piscina y el espacio suficiente para tener un huerto con gallinas. Marisol disfruta de su jubilación a lo grande. Ha rehusado volver a la televisión y se dedica en cuerpo en alma a lo que más quiere: Ella misma.