Luego de que esta joven británica alcanzara la fama por su participación en la franquicia de Harry Potter, Emma Watson (30), se ha vuelto un icono para muchos jóvenes; desde su interpretación de Hermione Granger – que resultó ser de las mejores interpretaciones de la saga – logró salir de esa casilla.
En la actualidad, la actriz es admirada dentro y fuera de las pantallas por el increíble rumbo que le ha dado a su vida; destacando no sólo en el arte al que se dedica, sino también por las buenas acciones que hace en el mundo.
Más allá de celebrar importantes premios, posee un anaquel lleno de importantes reconocimientos

Emma Watson, activista humanitaria y licenciada en Literatura Inglesa de la Universidad de Brown, dedica sus esfuerzos a favor del empoderamiento de las jóvenes. En 2014, fue nombrada embajadora de buena voluntad de ONU Mujeres y colabora como defensora de la campaña HeForShe, que fomenta la igualdad de género. También tuvo un papel protagonista en el movimiento TIME’S UP, que empezó en 2018, con el que se exigía el fin del acoso sexual en Hollywood.
Watson trabaja también en la promoción de la educación de las niñas durante varios años, visitando Bangladesh y Zambia como parte de sus esfuerzos humanitarios. Ha trabajado para promover el comercio justo y las prendas orgánicas, y se ha desempeñado como embajadora de Camfed International, un movimiento para educar a las niñas en el África rural.
El rol que le va como anillo al dedo

Pese a que Emma Watson ha estado en alejada de los focos por un tiempo, decidió despertar del letargo y asumir un nuevo rol tras unirse a la junta directiva de Kering – empresa matriz de Gucci, como presidenta del Comité de Sostenibilidad de la junta.
En una entrevista a la revista Vogue, la actriz reveló: “Para mí, la sostenibilidad tiene que ver con los efectos de las acciones del presente en un futuro compartido”. “Como la integrante más joven de la junta de Kering, espero influir en decisiones que tengan impacto en las generaciones venideras y en el mundo que les dejamos”, añadió.
La bandera de la moda sostenible

Watson – de manifiesto apoyo a la moda sostenible – a menudo ha utilizado la alfombra roja para promoverla; en la gala del MET de 2016, la vimos con un vestido de Calvin Klein confeccionado a partir del plástico de botellas recicladas, optando también por modelos ecológicos durante la gira de promoción de la película La bella y la bestia en 2017.
A su vez, es una firme defensora de la aplicación Good On You – que puntúa lo ética que es una marca – y fue la editora invitada de la edición sobre sostenibilidad de 2018 de Vogue Australia.
En la entrevista con Vogue, la actriz ha revelado detalles de su decisión de unir fuerzas con Kering. “Como bien nos ha enseñado la crisis del coronavirus, la sostenibilidad es un problema urgente que discurre en paralelo con los de justicia e igualdad para las mujeres, las personas negras, indígenas y racializadas, y también con el medio ambiente”. Destacando la labor de Kering al frente de la lucha por la sostenibilidad en el mundo de la moda.
Asimismo, señaló que su interés por la moda de comercio justo y las fuentes de energía renovable – que surgió gracias a la inspiración de su profesora de Geografía – la llevó a participar en un viaje a Bangladés con la marca sostenible People Tree en 2010.
“Me quedó claro que la sostenibilidad en la moda es fundamental, sobre todo si tenemos en cuenta el enorme impacto negativo que puede tener esta industria en el medioambiente, además de en los derechos laborales y en el bienestar animal”.
Entusiasmada por aprender, ser útil y aportar un ‘granito de arena’
Con respecto a la relación de su nuevo puesto en Kering con el resto de tus facetas profesionales, la actriz se mostró muy entusiasmada por aprender, ser útil y aportar un ‘granito de arena’:
“Durante la pandemia, como muchas, he tenido tiempo de reflexionar sobre el trabajo en el que quería involucrarme y en lo que me parece relevante de cara al futuro. Como siempre he estado bajo los focos gracias al cine y tan activa en redes sociales con mi activismo, tengo curiosidad por desempeñar un papel en el que trabajaré para dar voz a otras personas, para continuar aprendiendo de quienes han vivido experiencias diferentes a la mía (…) y también para garantizar que se tenga en cuenta un abanico más amplio de perspectivas”.
Menos alfombras rojas y más reuniones

“Si la gente me nota un poco desaparecida, ¡no significa que ya no esté ahí o que no me importe!”. La actriz considera que este es un momento único y pretende aprovechar la oportunidad que se presenta para fomentar el cambio trabajando de un modo diferente.
Por otra parte, Watson mencionó que el año pasado formó parte del Consejo Consultivo de Igualdad de Género del G7, que tuvo como anfitrión al presidente francés, Emmanuel Macron.
Como parte del movimiento TIME’S UP, señaló que ha estado en constante campaña para asegurarse de que todos los lugares de trabajo sean espacios seguros para las mujeres.
“Se habla mucho de ‘volver a la normalidad’, pero ha quedado meridianamente claro que lo ‘normal’ no le iba bien a todo el mundo”

De igual forma la actriz señaló que este 2020 ha sido un año duro para muchas personas. Con respecto al movimiento Black Lives Matter dijo que a pesar de que las marcas han salido enseguida a mostrar su solidaridad, debemos asegurarnos de que no se trate de un discurso vacío y de que el sector realmente se ocupe de poner en orden sus asuntos relacionados con la inclusión. Asimismo se mostró preocupada ante el impacto generado por la pandemia y la posibilidad de que no todas las empresas estén actuando de manera responsable con las fábricas y las trabajadoras del sector.
“Hay muchos asuntos preocupantes, pero creo que estamos en un buen momento para poner sobre la mesa debates incómodos, tomar decisiones radicales y fomentar cambios sistémicos duraderos, tanto para la sostenibilidad medioambiental como para la justicia racial”.
La actriz concluye la entrevista con un consejo para las fanáticas de la moda respecto a marcas sostenibles. “Cualquier prenda vintage. Reutilizar, reciclar y llevar prendas de segunda mano es lo más sostenible que podemos hacer como consumidoras”.