Las bodas de la realeza son dignas de las historias de los cuentos de hadas, ver a las novias como unas princesas, son acontecimientos que permanecen en el recuerdo y el vestido de la novia ha pasado a ocupar un lugar importante en la ceremonia.
Vamos a recordar los vestidos más icónicos y espectaculares de la realeza en los últimos años:
Grace Kelly

La historia de amor de Grace Kelly el príncipe Rainiero fue desde un principio digna de un cuento: la actriz de Hollywood más cotizada y famosa del momento, renunciaba a su carrera para convertirse en princesa.
La boda se celebró en Mónaco en 1956 y la encargada del diseño del vestido fue la diseñadora estadounidense, Helen Rose, que para ese entonces era diseñadora de vestuario en los estudios MGM de Hollywood.
Nadie se imaginó, ni la misma diseñadora que su obra maestra serviría de inspiración para futuras novias en el día de su boda. El traje fue realizado con 25 metros de tafetán de seda, 100 metros de malla de seda, encaje de Bruselas e incrustaciones de perlas. Se comenta que unas 36 costureras trabajaron para la confección del vestido.
El hermoso vestido lo completaba un tocado bordado con perlas que hacía juego con los zapatos y una pequeña Biblia. El ramo de flores era de lirios del valle y se cree que todo el conjunto tuvo un costo de $8,000 dólares que para aquella época era una cantidad importante. Grace Kelly se veía simplemente espectacular como sacada de un cuento.
Diana de Gales

Se dice que el vestido de Diana fue un anticipo de todos los excesos y extravagancias que caracterizó la moda de los años 80. El vestido fue diseñado por los esposos David y Elizabeth Emanuel, unos desconocidos para ese momento en el mundo de la moda, sin embargo, después del diseño de este vestido, alcanzaron un importante renombre.
El voluminoso vestido fue confeccionado con seda de color marfil y encajes antiguos, tenía más de 10 mil perlas y lentejuelas que fueron cosidas a mano y la cola medía casi 8 metros de largo.
Diana lució la tiara Spender, una joya perteneciente a su propia familia y que luciría en muchas más ocasiones, junto a un velo corto o tipo blusher. Como curiosidad, Diana entró velada a la ceremonia y la tiara estaba colocada sobre el velo. A su salida, la princesa había retocado su peinado, de forma que el velo estaba hacia atrás y la tiara seguía visible.
Otro dato curioso es que los diseñadores rompieron el boceto del vestido, una vez que éste le fue entregado a la futura princesa. Así mismo, los diseñadores habían confeccionado un segundo vestido por su se filtraba información del primero.
El anillo de compromiso fue un impresionante zafiro de 18 quilates rodeado de diamantes, que en la actualidad es el que lleva Kate Middleton, junto a unos discretos pendientes, fueron las únicas joyas que completaban el look de novia.
Letizia de España

El vestido de la futura reina de España, fue obra del modisto español Manuel Pertegaz, uno de los más queridos y respetados en España. Según recoge la prensa española, Pertegaz quería hacer un diseño en el que predominara la sencillez, pero tomando en cuenta la elegancia, así como detalles y símbolos que hicieran guiños a la familia real y su historia.
Para la boda que se celebró en 2004, Letizia escogió un vestido de seda natural blanco, de corte princesa, mangas largas, con «escote en pico y cuello corola», bordado con hilos de plata y oro, y lució una extensa cola de unos casi 5 metros, bordada con motivos heráldicos.
Todos los materiales que se utilizaron para la confección del traje eran de origen español y de las fábricas con más historia del país. Los bordados, elaborados en oro y plata tenía su significado: tréboles que representan la buena suerte, la flor de lis, que es el emblema de la familia Borbón, y el árbol del madroño que representa la ciudad de Madrid.
Charlene de Mónaco

Conocida como la princesa triste, puesto que su boda estuvo rodeada de rumores tales como que la sudafricana intentó escaparse varias veces de la boda. Afortunadamente, la boda se celebró en Montecarlo el 2 de julio de 2011.
Charlene se lució con un diseño de Giorgio Armani, con líneas rectas con escote barco, elaborado en seda blanca y organza adornado con 40,000 cristales de Swarovski y 20,000 perlas, 50 metros de seda “duquesa”, 80 metros de organiza, 20 metros de tul de seda para el velo y 100 horas de trabajo para bordarlo cuidadosamente. El vestido terminaba con una impresionante cola de casi 5 metros.
La máxima nupcial que aconseja no llevar perlas en forma de lágrimas pues la novia podría sufrir en su matrimonio, de pronto llamó la atención pues Charlene se veía triste y lloró lo suficiente para sorprender a todos con su actitud cargada de nostalgia.
Victoria de Suecia

Victoria de Suecia y Daniel Westling protagonizaron la boda del año en julio del 2010 en Estocolmo. La princesa escogió al diseñador sueco Pär Engsheden para confeccionar su vestido de novia.
El traje fue elaborado con seda duquesa satinada en color crema, con manga corta y cuello hacia el exterior siguiendo la línea del cuello lo que daba la impresión de un escote barco. La cintura estaba muy marcada por un fajín abotonado en la parte posterior. La zona de la espalda tena un corte en forma de V, con botones forrados
El velo era una reliquia de la familia, fue el mismo que llevó su madre cuando se casó con el rey Carlos Gustavo en el año 1976 y la cola medía unos 5 metros y los zapatos forrados en la misma tela del vestido de la Maison Roger Vivier, especialmente creados para ella.
Victoria de Suecia, usó para tan importante acontecimiento la tiara Camafeo, una joya única que se compone por siete camafeos diferentes, perlas y oro amarillo, cuyo legado se remonta a la Emperatriz Josefina, regalo de Napoleón Bonaparte, quien se lo daría a su nieta para su boda en 1823, y que a lo largo de la historia lucirían otros miembros de la familia en sus enlaces. Victoria lució a juego los pendientes y pulsera del ajuar de joyas de la tiara camafeo.
Kate Middleton

Kate Middleton, caracterizada por ser un icono de la moda, escogió para la boda con el príncipe William, un diseño de la casa británica Alexander McQueen, a cargo de la directora creativa para ese momento, Sarah Burton.
Kate optó por un diseño lujoso en marfil y blanco satinado con escote corazón, adornado con encaje francés. La parte posterior del vestido contaba con 58 botones cubiertos de seda, con aplicaciones de organza.
El velo fue bordado mano por la Real Escuela de Costura y la cola medía dos metros con 70 centímetros de largo. El vestido estaba cubierto de motivos de encaje de la compañía Carrickmacross, estos fueron hechos a mano por la Royal School of Needlework, una academia de costureros.
Las flores del encaje no fueron colocadas al azar, se crearon formas de narcisos, cardos, rosas y tréboles que fueron trabajadas por separado, al finalizarlos, se cubrieron de tul de seda marfil. De igual modo, la prenda también incluía encaje importado de Francia, de una legendaria compañía llamada Chantilly.
La abundancia de flores en el vestido de novia de Kate Middleton no fue un gesto hacia las flores representativas de los países de Reino Unido: Inglaterra, Irlanda, Escocia y Gales.
Kate Middleton llevó una tiara que perteneció a la reina Isabel II. Era un accesorio conocido como la tiara Cartier Scroll: fue un regalo que la monarca recibió de su padre en 1923. Se trata de una joya que solo ha sido utilizada en 10 ocasiones y tiene cerca de mil aplicaciones de diamantes. La complementó con unos pendientes de diamantes, que fue un regalo de sus propios padres.
Meghan Markle

El vestido de Meghan Markle fue motivo de muchas expectativas. Finalmente, la futura esposa del príncipe Harry optó por un diseño de la británica Clare Waight Keller para Givenchy.
El vestido de alta costura tenía un corpiño simple y un cuello redondo modesto. Su velo medía cinco metros y fue confeccionado en tul fluido.
Markle expresó el deseo de tener a los 53 países de la Commonwealth con ella en su recorrido por la ceremonia. Por ello, Waight Keller diseñó un velo que representa la flora distintiva de cada país de la Commonwealth unida en una espectacular composición floral.
En relación a los accesorios, Meghan Markle lució la tiara ‘bandeau’, hecha con platino, diamantes y gran diamante central, que había sido propiedad de la reina consorte Mary de Teck (abuela de Isabel II) y que no se había visto en público desde hacía 50 años.
Markle quería expresar su gratitud por la oportunidad de apoyar el trabajo de la mancomunidad incorporando referencias a sus miembros en el diseño de su vestido de novia.
Beatriz de York

El viernes pasado se casó en medio de la pandemia del coronavirus la princesa Beatriz de York con el empresario italiano Edoardo Mapelli Mozzi en una ceremonia a la que sólo asistieron 20personas en Windsor.
Un dato interesante es que la princesa no optó por un vestido de diseñador, sino que la princesa Beatriz usó un vestido pertenece a la reina Isabel, fue diseñado por Norman Hartnell en 1961.
El vestido fue personalizado para las necesidades de la novia. Tenía un top geométrico a cuadros y agregaron mangas de organza, adornos de diamante.
Beatriz, que es la novena en la línea de sucesión al trono, llevó la tiara de flecos de diamante reina María que le prestó su abuela. De hecho, es la misma pieza de borde de diamante que la reina usó para su boda con el Duque de Edimburgo en 1947.