Lely Céspedes, exmujer de Ernesto Neyra, ha vuelto a la palestra tras años desaparecida. Lo hizo hace unas semanas para contar que estaba en la ruina y defenderse de las acusaciones de robo en un supermercado. Deluxe le ha dado la oportunidad de ganarse un dinero extra, enfrentándose a la máquina de Conchita, y poniendo en el disparadero temas hasta ahora desconocidos. Su lío con el marido de Carmen Sevilla, y las extrañas peticiones que éste le hacía, han dejado casi de lado el asunto de su afición al bingo. Y es que parece ser que las dos cosas van cogidas de la mano. Sigue leyendo que te contamos toda la historia y todo lo que contó en el polígrafo.
El vicio con el juego que le ha llevado a la ruina
> Madre de 4 hijos, Lely Céspedes no ha tenido reparo en decir que si tuviera necesidad de robar comida por ellos, lo haría. Esta acusación, puede que exagerada para volver a la palestra, le ha devuelto una popularidad perdida. Pero que en vez de tabla de salvación se puede convertir en un iceberg y hundirla para siempre con la opinión pública. Pues en su afán de justificarse sobre su vicio con el bingo, ha involucrado a la queridísima Carmen Sevilla, y eso, quizás, el público no se lo perdone.
Pero vamos paso a paso, para entender bien la situación. Sobre el tremendo bache económico que está pasando, Lely reconoció ante Conchita y su polígrafo, que vive en una urbanización con piscina, jardines, y que tiene un coche de alta gama, pero que pasa apuros económicos. Una situación que podría estar relacionada con el bingo, y su afición a ir todos los días.
Ella niega la mayor y solo acepta a decir que no va con asiduidad que sólo acompaña a una amiga, Farah. Pero ésta lo desmiente y el polígrafo también. De poco le ha servido negar que los 200 o 300 euros que pueda gastar en juego no era de ella, Conchita y la aludida la desmentían. «Es un problema y no lo ves. El juego sino es diversión es un problema», le ha comentado María Patiño. La presentadora le ha recomendado «acudir a un especialista». Lely por el contrario siguió sin admitir que pudiera sufrir un problema de ludopatía, y llegó a reconocer que el bingo para ella era como una terapia: «Me recuerda la liberación». ¿Pero de qué se tenía que liberar Lely? ¿Cuántos años hace que el bingo es su liberación? Sigue leyendo porque lo más fuerte está por llegar.
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Su lío con Vicente Patuel: “se obsesionó conmigo”
>‘¿Es cierto que fuiste amante de Vicente Patuel mientras estaba casado con Carmen Sevilla?’ fue la pregunta que hicieron a Lely Céspedes en el ‘Sábado Deluxe’ y con la que nos hemos quedado sorprendidos.
La invitada contestó: ‘Sí’ y el polígrafo aseguraba que decía la verdad: «Yo no he tenido ninguna relación con él, no me he acostado con él, no ha habido felaciones, no ha habido sexo, pero ha sido un infierno y todo el resto de mi vida me ha acompañado ese infierno. Se obsesionó conmigo de tal manera que me sentí cohibida de libertad» aseguraba la exmujer de Ernesto Neyra.
Lely aseguró que le ayudó económicamente con dinero, mientras que ella tenía que hacer lo que le pedía: «Me montó un piso para que yo estuviera ahí encerrada. Me pasaba 200.00 pesetas todos los meses. Yo siempre he tenido la carga de que en mi familia no han ido bien las cosas. Cuando empecé con el telecupón, como estábamos tantas horas aquí, le explicaba todos mis problemas a Agripina y me dijo ‘tengo la solución a tus problemas, el marido de Carmen Sevilla está obsesionado contigo’. Pero es que a mi me daba asco, tenía 19 años».
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La extrañas peticiones de marido se Carmen Sevilla: “me pedía mis orines y mi ropa interior”
> Según Lely, estos hechos sucedieron cuando Vicente estaba con Carmen Sevilla y le aseguraba que no le iba a faltar de nada mientras hiciese lo que él le pedía: “Me dijo que me podía ayudar con mi familia, que tenía mucho poder en la tele, que si no le esperaba me hundía, que no iba a tener salida… me invitó primero a cenar. Yo me sentía como una mierda.”
El relato de la malagueña fue más allá: “Él me dijo que si accedía a estar con él íntimamente tendría de todo. Me puso un detective privado, solo podía ir al bingo con Agripina, esa era mi única salida los fines de semana. Me dijo que no podía salir de ese piso».
Lely Céspedes tiene muy mal recuerdo de esa época: «Sufrí muchas vejaciones, mucho daño, le tenía que dar las bragas, tenía que embotellar los líquidos de mi cuerpo. Yo tenía que ir al servicio y le llenaba los botes de pis, el me daba dinero a cambio. Él se bebía las botellas de pis mías, decía que le regeneraba todo el cuerpo porque era bueno de una chica tan joven. Una vez vi cómo se lo vivía«.