Se acerca la Semana Santa y con ella las torrijas, el dulce más típico quizás de la época. Dos cosas, o tres si se cuenta el precio que tienen aquellas en muchas pastelerías o bares donde se venden, son las que quitan a muchos las ganas de hacerlas. Por un lado el tiempo que se suele tardar en dicha misión, que no es baladí, y por otro el que siempre han sido considerado uno de los alimentos que más engordan, algo que es sin duda lo que más echan para atrás a la hora de consumirlas, sobre todo los que ya han empezado con la particular «operación bikini», ansiosos por llegar en buena forma física al verano. Aquí sin embargo vamos a mostrar cómo se puede consumir una buena torrija, o varias, sin tener que engordar lo más mínimo.
Cuánto engordan las torrijas
Las torrijas son un plato surgido, como tantas otras recetas, de las cocinas humildes y de la escasez, en tiempos en los que de verdad había que ganarse el pan con el sudor de la frente. Por eso es un producto que parte de una base muy simple de ingredientes para proporcionar un alimento muy energético, saciante y calórico, lleno de hidratos de carbono y grasas. Es un bocado muy energético, con poca fibra pero muchos azúcares de absorción rápida, y con un alto contenido en grasas. También hay que reconocer que contienen vitaminas y minerales esenciales como calcio, ácido fólico, niacina o potasio las mencionadas proteínas y ácidos grasos saludables. Tanto los hidratos como las grasas también forman parte de una alimentación equilibrada, dentro de una dieta saludable y en su justa medida.
Cómo disminuir las calorías de las torrijas
A la hora de hacer torrijas hay que tener en cuenta el pan para hacerlas. Son frecuentes los más tiernos, como los panes de molde, enriquecidos, los tipo brioche o masas ya muy calóricas como los bollos suizos. Todos ellos son los más usados hoy en día porque así salen más ricas y absorben mejor la leche, pero como consecuencia también multiplican las calorías. Si partimos de una rebanada de pan que ya va cargado de grasas y azúcares, la torrija final engordará mucho más. También depende de si usamos leche entera o desnatada, si añadimos un poco de nata o si incorporamos más o menos azúcar a la mezcla. La fritura es otro punto crítico, pues si no está bien ejecutada cada pieza puede absorber mucha grasa, por lo que hay que usar aceite de oliva de calidad y controlar la temperatura y el tiempo.
Un ayudante perfecto
Al igual que las torrijas llegaron y se quedaron, las freidoras sin aceite o de aire se han convertido en uno de los pequeños electrodomésticos de cocina más deseados. Entre sus ventajas están que son relativamente económicas y nos permiten cocinar platos más sanos que las freidoras tradicionales. Porque no sirven solo para freír unas patatas o unas croquetas, sino también para otras recetas como el dulce estrella de la Semana Santa. Gracias al poco aceite que necesita este tipo de freidora, las recetas nos aportan menos calorías, por lo que son más sanas y engordan menos.
Con la receta de toda la vida
En el caso de hacer las torrijas en estas freidoras de aire lo bueno es que para hacerlas ni siquiera vamos a necesitar aceite, algo que es obligatorio y de forma abundante en el caso de que las friamos en la sartén. Las freidoras de aire cocinan los alimentos a través de chorros de aire caliente que circulan a gran velocidad en el interior del aparato, por lo que los alimentos resultantes son más saludables. Otra de las ventajas de las freidoras sin aceite es que no es necesario cocinar una receta concreta, sino que podemos elaborar nuestras torrijas con la receta familiar o la que hemos utilizado durante toda la vida.
Los trucos
La única diferencia a la hora de hacer las torrijas con la freidora de aire es que habría que meter las rebanadas de pan, ya bien untadas en la leche y huevo durante unos 10 minutos en el cesto interior. También se pueden elaborar las torrijas de vino, miel, chocolate o natillas. El resultado es un producto esponjoso, con una textura similar a la que obtendríamos si la metemos en un horno y no tanto como si la freímos en la sartén. Lo que está claro es que van a estar muy ricas y sabrosas y no se van a ir de inmediato a nuestros michelines.