Con la llegada de las altas temperaturas, salsas típicas de la gastronomía española como la mayonesa pueden constituir un riesgo alimentario si no se preparan y conservan correctamente. Por este motivo, el cocinero Karlos Arguiñano ha mostrado a los espectadores de Cocina Abierta cómo preparar una mayonesa casera sin huevo, pero igual de sabrosa que la receta original. «No hay huevo y así no tenemos peligro de que se estropee. Es una buena alternativa a los calores y a los peligros de una mayonesa», ha calificado Arguiñano.

Si hay una salsa que puede acompañar a prácticamente cualquier plato en nuestra cocina, esa es, sin duda, la mayonesa. Y es que es el complemento ideal para una hamburguesa, para un pescado, para las patatas fritas o en ensaladas. 

Además, su preparación es realmente simple. Aunque hay mil maneras de hacerla y cada una tiene su truco, bastará con tener aceite de girasol o aceite de oliva (dependiendo de si te gusta más suave o no), sal, limón o vinagre y huevo. Sin embargo, durante los meses de verano tendremos que tener más cuidado aún a la hora de conservar este tipo de productos al contener huevo, sobre todo si se realiza de manera casera. El calor y las elevadas temperaturas favorecen la proliferación de microorganismos en los alimentos y por eso son muy frecuentes las intoxicaciones alimentarias durante el verano. Un paso fundamental al preparar cualquier plato es conservarlo de manera adecuada para evitar la contaminación por cualquier patógeno. 

Entonces, ¿cómo se debe conservar la mayonesa casera? ¿Cuánto tiempo aguanta en la nevera sin que suponga un riesgo su consumo? Como indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las tortillas o salsas a base de huevo pueden suponer un riesgo.  «Este alimento hay que manipularlo con cuidado, evitar que el interior se contamine con la cáscara que puede estar sucia, no lavarlos, tener las salsas como mayonesa siempre en la nevera y no más de 24 horas desde que se preparan», recuerda la organización.

Ingredientes

1/4 litro de aceite

6 cucharadas de leche

Sal

1 cucharada de vinagre

Elaboración de la mayonesa sin huevo

En un vaso de batidora, agrega primero la leche, una pizca de sal, un chorrito de vinagre y, por último, el aceite. Del mismo modo que se hace con una mayonesa clásica, comienza a batir desde el fondo del vaso, sin mover la batidora hacia arriba en ningún momento. Al cabo de unos minutos, cuando la emulsión comience a espesar y a coger la textura de mayonesa, estará ya lista para servir en un cuenco.

Las salsas que más calorías tienen

Las salsas que tienen un valor energético mayor se caracterizan por integrar en sus recetas elementos tales como el aceite de oliva, el huevo o los frutos secos.

Es de las primeras cosas que se recomienda eliminar en un régimen alimenticio, pero a veces son necesarias para no desistir a la primera semana por el aburrimiento de comer una triste pechuga de pollo a secas o algo parecido un día sí y otro también. De acuerdo a los datos estadísticos, donde se pueden consultar datos de numerosos alimentos ordenados por categorías, la salsa que ocupa el primer lugar de las que más aportan son, por este orden, la mayonesa, la de mostaza, el allioli, la holandesa y el pesto.

Se trata de una de las salsas que menos ingredientes requiere, pero más calorías reúne. La mayonesa se elabora con huevo, aceite, vinagre o zumo de limón y sal. A pesar de su sencillez, se trata de la salsa con más calorías. Concretamente, el valor energético de esta salsa rondan las 680 calorías por cada 100 gramos.

El alioli, cuando esta salsa se realiza de manera tradicional se elabora con sólo tres ingredientes: ajo, aceite de oliva y sal. Sin embargo, hacer emulsionar esta mezcla es realmente complicado y, por eso, nació la versión fácil del alioli: mayonesa con ajo. Por esta razón, las salsas de alioli que se encuentran en el mercado son bastante calóricas: rondan las 650 calorías por cada 100 gramos de producto. La salsa de mostaza, si se realiza de manera tradicional, supone pocas calorías para el consumidor. Sin embargo, al añadirse la miel, que es básicamente azúcar, suben las calorías de manera considerable. En concreto, las salsas de mostaza y miel suponen alrededor de 400 calorías por cada 100 gramos.

Una de las salsas italianas más típicas para los platos de pasta. El ingrediente fundamental de esta receta es la albahaca. Sin embargo, también cuenta con piñones, aceite de oliva y queso parmesano. Tres ingredientes que elevan considerablemente el número de calorías de la salsa: por cada 100 gramos contiene cerca de 500 calorías, aproximadamente. Por último, cierra la lista un aderezo que puede pervertir los beneficios de una ensalada. El origen y los ingredientes de la salsa césar son todavía un asunto de debate. Sin embargo, lo que está claro es que se trata de una salsa calórica: cuenta con, aproximadamente, 350 calorías por cada 100 gramos de producto.

La tarta de zanahoria es uno de los postres más demandados y ricos, pero si quieres mejorar tu receta casera o hacerla de una forma diferente sin harina, te muestro cómo. Un postre que te encanta y que con este nueva receta se convertirá sin duda alguna en tu favorito.

Toma nota y apunta los ingredientes para hacer esta tarta de zanahoria sin harina que te encantará porque no pierde nada de su sabor original y es más que saludable. 

Los beneficios de la zanahoria

La zanahoria es uno de los alimentos más saludables que hay y tiene dos propiedades muy conocidas: fortalece la piel y mejora la salud ocular. Pero también cuenta con otras ventajas que la gente no conoce, por ejemplo, que gracias a su alto contenido en potasio y fósforo funciona como regeneradora de los nervios. 

Además, este alimento tiene propiedades anticancerígenas por su alto nivel de carotenoides, una sustancia que le da el color naranja y que previene el cáncer de pulmón o mama. Por otra parte, la zanahoria estimula el apetito y fortalece el cabello y las uñas por ser rica en betacaroteno. 

El origen de la tarta de zanahoria

Junto con la tarta de limón y la de queso, la tarta de zanahoria tiene su fama por su popularización en Estados Unidos, aunque es un postre de origen europeo y medieval. En la época medieval, el azúcar o la miel eran productos costosos que solo algunos se podían permitir. Para compensar y endulzar las recetas utilizaban ingredientes como la zanahoria, la calabaza o la remolacha.

Una de esas recetas era el pudding de zanahoria que para su preparación se cocinaban las zanahorias con el fin de potenciar su dulzor. Después, se mezclaban con el resto de ingredientes. Así, la receta fue evolucionando hasta llegar a la tarta, y se dice que durante el racionamiento de la Segunda Guerra Mundial se hizo muy conocida en el Reino Unido.

Consejos antes de cocina la tarta de zanahoria sin harina

La harina de trigo es lo único que le faltará a esta tarta de zanahoria, pero que por su resultado no te darás ni cuenta. El postre mantendrá al final su rico sabor de carrot cake original, pero más saludable porque la harina se sustituye por avena.

La harina de avena tiene más cantidad de fibra y puedes disminuir o sustituir el azúcar por otro edulcorante o manteca por aceite. Así, esta receta será del todo saludable. Estos cambios la convierten en una receta apta para dietas enfocadas a la perdida de peso o a comer más saludable. 

Los ingredientes para la tarta de zanahoria sin harina

Esta receta está pensada para seis comensales y necesitarás: 80 gramos de zanahoria, un huevo, 70 gramos de copos de avena o harina de avena, dos cucharadas soperas de aceite, 30 gramos de azúcar o edulcorante, media cucharada de postre de esencia de naranja y media cucharada de postre de nuez moscada. 

También es necesario un cuarto de cucharada de postre de jenjibre en polvo, de cúrcuma y de bicarbonato de sodio; una cucharada de postre de canela; media cucharada de postre de polvo de hornear o levadura; 50 centímetros cúbicos de leche o bebida vegetal y una cucharada de postre de miel.

El primer paso para hacer la tarta de zanahoria

Para cocinar esta tarta de zanahoria sin harina, lo primero es preparar los ingredientes secos. Así que empieza con la harina de avena en caso de que no la tengas, puedes hacerla procesando los copos de avena.

Tritura los copos hasta obtener una textura muy lisa. Después, llévalos a un recipiente y reserva.

El segundo paso para hacer la tarta de zanahoria

En la misma licuadora o batidora que has usado para triturar los copos de avena, mezcla el huevo con el azúcar hasta que quede completamente disuelta. A continuación, bate o licua mientras añades el aceite poco a poco para obtener una mezcla blanquecina. 

El tercer paso para hacer la tarta de zanahoria

Cuando esté la mezcla lista, llévala a una recipiente con los ingredientes secos, es decir, la avena, los condimentos, el polvo de hornear y el bicarbonato. Únelo todo para que quede una mezcla homogénea.

Lo siguiente que tienes que hacer es rallar la zanahoria para incorporarla a la mezcla con la miel y la leche. Si la preparación te queda algo liquida, no te preocupes, esto hará que la tarta de zanahoria sin harina quede bien húmeda. Además, la propia zanahoria como verdura tiene humedad y contribuye a la mezcla.

El cuarto paso para hacer la tarta de zanahoria

Ahora prepara un molde con un poco de aceite o mantequilla y la harina de avena. Uno con un diámetro de 16 cm es suficiente, pero si lo quieres más grande no pasa nada.

Vuelca en el molde la mezcla de la tarta de zanahoria y cocínala en el horno a 180ºC durante unos 20 – 30 minutos. Depende del horno el tiempo, pero cuando esté lista lo sabrás si la pinchas con un cuchillo o palillo y este sale limpio de masa.

El quinto paso para hacer la tarta de zanahoria

Cuando esté horneada, déjala que se enfríe un poco y desmóntala del molde con cuidado. Una vez fría, puedes disfrutar de esta deliciosa tarta de zanahoria sin harina. 

Como opciones tras cocinar la tarta, puedes rellenarla con algún frosting como queso o glaseado de vainilla. También puedes acompañarla con un poco de nata y sirope de chocolate, decórala por encima con nueces partidas o tomarla con un poco de helado. Las opciones son infinitas y de todas las formas posibles esta tarta estará igual de buena.

¿Quién se puede resistir a unas ricas patatas fritas crujientes? ¡Nadie!, y es que estas patatas paja que mostramos en RecetasGratis están riquísimas y son muy fáciles de hacer. Además, al hacerlas en casa conseguiremos un resultado mucho más saludable.

Podemos preparar estas patatas para acompañar, como entrante para muchos platos de carne, pescado o verduras, como snack para picar o como aperitivo. El principal secreto de esta receta es cortar adecuadamente las patatas, ya que si no quedan muy finas no conseguiremos es toque crujiente que tanto buscamos. Para conseguir este corte tan preciso, se puede usar una máquina diseñada especialmente para hacer este tipo de patatas, una mandolina o cortarlas a mano haciendo rodajas muy finas y, después, tiras. Sigue leyendo para conocer más secretos y saber cómo hacer patatas paja caseras.

Ingredientes para hacer patatas paja

• 3 patatas
•  1 chorro de aceite de oliva (cantidad necesaria) 
•  1 pizca de sal

Pasos para elaborar la receta de patatas paja

Para hacer las patatas paja, deja listos todos los ingredientes. Así pues, pela las patatas. Lava las patatas peladas y empieza a cortarlas. Si vas a hacer las patatas paja con mandolina, deberás poner las cuchillas especiales para hacer este tipo de corte y deslizar la patata con cuidado para no cortarte.

Si no tienes mandolina o la tuya no tiene las cuchillas para hacer las tiras, ¿cómo cortar patatas paja? Muy sencillo, corta rodajas muy finas. Después, corta las rodajas en tiras también muy finas. De esta forma tardarás más, pero quedarán igualmente buenas y crujientes. Coloca las patatas en un bol con agua, taáplo y déjalas así durante 30 minutos. Este es otro de los secretos de la receta de patatas paja, ya que de esta forma las patatas sueltan el almidón, no se apelmazan y quedan más sueltas y crujientes a la hora de cocinarlas. Si no tienes tanto tiempo, puedes dejarlas 15 minutos.

Saca las patatas y sécalas con un paño limpio o con papel de cocina. Pon una sartén con el aceite de oliva a fuego medio y, cuando el aceite esté caliente, fríe las patatas paja en tandas pequeñas para que se hagan poco a poco y queden sueltas y bien doradas. Truco: Para hacer las patatas paja al horno, colócalas en una bandeja forrada con papel de hornear, hornea durante 10 minutos a 180 ºC, múevelas y déjalas otros 5-10 minutos.

Ten preparado un plato con papel de cocina para dejar ahí las patatas conforme se vayan haciendo. Déjalas escurriendo para que el papel absorba el aceite sobrante. Añade sal al gusto y ya las tienes listas para servir. Ahora que sabes cómo se hacen las patatas paja, puedes disfrutarlas durante el aperitivo o utilizarlas para hacer otras recetas, como por ejemplo un revuelto de bacalao con patatas paja o patatas paja con jamón y huevo frito.

Todas las formas posibles de comer patatas

El mundo de la patata es inmenso e increíble, no hay más que pensar en la cara que se nos queda en ese momento de la vida en el que nos enteramos de que hay unas 7.000 variedades de patata cuando creíamos que las había si acaso de dos tipos, con tierra o sin ella. Bromas aparte, lo cierto es que eso hace que haya patatas más indicadas para unos usos que para otros, de ahí que en ocasiones las encontremos etiquetadas como «para cocer» o «para freír», por ejemplo, para simplificar la tarea a quienes estamos haciendo la compra.

Eso si, no se me ocurre ni una sola receta con patata que no me guste, es un ingrediente que me encanta comerlo cocinado de la forma que sea, aunque dentro de eso tengo especial debilidad por las patatas cocidas y los purés y también por las patatas asadas.

Por eso he creado este recopilatorio, intentando clasificar más o menos las recetas en las que las patatas son las auténticas protagonistas y que pueden ser un perfecto aperitivo, una guarnición o incluso un plato completo. He empezado por las que más se suelen preparar, las clásicas patatas fritas, acompañadas de otras recetas en las que se elaboran «al estilo fritas» pero con otras técnicas de cocinado, quedando diferentes aunque muy parecidas y sobre todo igualmente ricas. Seguimos con las patatas cocidas y los purés (te sorprenderás con algunos de ellos) para dar paso a recetas tradicionales en las que las patatas son las absolutas protagonistas.

También hay una gran sección de patatas al horno ya que dan mucho juego y por supuesto no podía faltar la fantástica tortilla de patatas, con (o sin) cebolla y una sección de ensaladas con patata que personalmente suelo preparar muchísimo en verano. Y además de las clásicas de palito destacan las famosas patatas bravas, receta paso a paso con su salsa brava casera, uno de los aperitivos más reconocibles de nuestra gastronomía y que no pueden faltar en ningún bar. En la receta verás cómo elaborar la salsa brava para que te queda sabrosa y con ese puntito picante que tanta gracia le da, y además incluye videoreceta por si prefieres ver el proceso en vez de leerlo. Otra receta fantástica son estas patatas fritas al ajillo, sencillas y ricas.

Una de las preparaciones cárnicas más populares que podemos encontrar en casi todos los recetarios nacionales e internacionales son las albóndigas en salsa española. Esta elaboración se caracteriza por ser un bocado sabroso y jugoso. En España, existen multitud de recetas caseras y tradicionales de albóndigas, que nos hacen vibrar los sentidos.

El tiempo es oro, de eso no hay duda, así que cuando elaboramos albóndigas caseras, lo ideal es preparar mucha cantidad ya que podemos congelarlas, lo que nos ahorrará mucho tiempo a la hora de cocinarlas en otras ocasiones. Podemos congelar las albóndigas una vez formadas y fritas u horneadas, o bien, congelar directamente una ración ya preparada. En caso de congelar solamente la carne de las albóndigas ya formadas y cocinadas, cuando las vayamos a preparar, podemos añadirlas directamente sin descongelar a la salsa en la que las vayamos a cocinar.

Como en esta ocasión, las albóndigas se cocinan en el horno, resulta una receta más fácil y rápida de hacer que otras recetas de albóndigas, ya que el horno trabaja mientras nosotros vamos siguiendo con el paso a paso. ¡Vamos con la receta!

Ingredientes de las albóndigas en salsa española al horno para 4 personas

Para la salsa española:

• 20 ml de aceite de oliva virgen extra
• 2 dientes de ajo
• 1 ramita de apio
• 1 cebolla
• 1 zanahoria
• 1 hoja de laurel
• 2 cucharadas de tomate frito
• 1 cucharada de caldo de carne concentrado
• 120 ml de vino tinto
• 100 ml de caldo de pollo casero
• 1 ramita de perejil fresco

Para la elaboración de las albóndigas (20 unidades de tamaño pequeño):

• 400 g de carne de ternera picada
• 100 g de carne de cerdo picada
• 2 rebanadas de pan de molde remojadas en leche
• 1 rama de perejil
• 2 dientes de ajo
• 1 huevo
• Sal
• Pimienta blanca molida
• 30 g de harina de trigo
• 10 ml de aceite de oliva virgen extra para su cocinado

Cómo hacer albóndigas en salsa española al horno

Para empezar, precalentar el horno a 180 ºC con calor arriba y abajo. Verter 20 ml de aceite de oliva virgen extra en una cazuela apta para horno. A continuación, cortar los vegetales grosso modo ya que, al final, habrá que triturarlos, aunque es importante cortarlos en trozos regulares para conseguir una cocción homogénea: cortar 2 dientes de ajo pelados, 1 ramita de apio y 1 cebolla pelada. Pelar y trocear 1 zanahoria y colocarla en la cazuela junto al resto de ingredientes. Añadir 1 hoja de laurel. Hornear durante 10 minutos mientras preparamos las albóndigas.

Para preparar la masa de las albóndigas introducir en un bol amplio: 400 g de carne de ternera picada, 100 g de carne de cerdo picada, 2 rebanadas de pan de molde remojadas en leche y escurridas previamente, 1 rama de perejil picado, 2 dientes de ajo picados lo más fino posible y 1 huevo. Salpimentar. La carne de cerdo aporta jugosidad a las albóndigas, pero se podrían preparar con 500 g de carne picada de ternera. Cuanto mejor sea la calidad de la carne, mejor será el resultado final.

Remover con las manos la mezcla, concienzudamente, hasta conseguir una pasta compacta que podamos manejar con las manos sin que se desmorone. Con cuidado para evitar quemaduras, retirar la cazuela del horno e introducir 2 cucharadas de tomate frito casero, 1 cucharada de caldo de carne concentrado y 120 ml de vino tinto. Devolver la cazuela al horno y cocinar durante 10 minutos más.

Formar las albóndigas mientras la salsa se cocina en el horno. Para ello, coger una porción de mezcla de carne y hacerla rodar con la cuenca de las manos hasta conseguir una albóndiga de forma redondeada. Es importante que todas las albóndigas tengan el mismo tamaño. Colocar las albóndigas formadas en un plato y reservar.

Colocar los 30 g de harina de trigo en un bol y enharinar todas las albóndigas. Golpearlas suavemente antes de colocarlas en la bandeja para hornear, para que suelten el exceso de harina que puedan contener. Colocar las albóndigas en una bandeja sobre una hoja de papel de horno y verter 10 ml de aceite de oliva virgen extra por encima de ellas. Hornear 5 minutos por cada lado, hasta que estén doradas en su exterior. Mientras, la salsa sigue cocinándose en el horno.

Una vez las albóndigas estén listas, introducirlas en la cazuela junto a la salsa. Cubrir con 100 ml de caldo de pollo casero y cocinar todo junto durante otros 10 minutos más, hasta que la carne de las albóndigas esté completamente cocinada. Pasado este tiempo, retirar del horno. Sacar las albóndigas de la cazuela y reservar. Introducir la salsa en un procesador de alimentos, o vaso de batidora, y triturar hasta conseguir una consistencia fina.

Devolver la salsa y las albóndigas a la cazuela, y remover bien. Las albóndigas en salsa española al horno es un plato perfecto para dejar cocinado de víspera. Los sabores se concentran y la salsa mejora su textura. Servir espolvoreadas con perejil fresco y acompañar con una guarnición de arroz, verduras o patatas fritas caseras al gusto.

En verano y con el buen tiempo disfrutamos de tiempo libre para irnos de picnic con familiares y amigos; un fin de semana con sol y buena temperatura, por ejemplo, es un momento ideal para hacer una excursión o picnic a un lugar que nos apetezca y disfrutar de las mejores recetas para comer al aire libre. Irse de excursión o hacer un picnic es un plan que gusta a todo el mundo, incluido a los «más pequeños de la casa»; disfrutaremos de buena compañía, preciosas vistas y experiencias, un tiempo agradable, tranquilidad y las mejores recetas para completar una jornada inolvidable ¡prepara la cesta y el mantel de picnic!

Hay muchas recetas tradicionales para llevar de picnic como bien pueden ser la tortilla de patata, sándwiches, empanadillas o croquetas ¡pero te vamos a proponer una selección de recetas originales y diferentes para que puedas elegir y sorprender a tus amigos!. Apostaremos por comidas frías y ligeras, que puedan conservarse bien y no se estropeen; pasta, arroz, ensalada, carne empanada, bocadillos, sopas y cremas frías, etc. son las opciones más recomendadas. Además, podemos llevar snacks para «picar» entre horas como bien pueden ser galletas, embutido, frutos secos, fruta fresca, queso, etc. Y en lo referente a la bebida, abundante y fresca: zumos, refrescos, agua, cerveza (mayores de 18 años, etc.)

Gazpacho suave sin pepino

La primera propuesta para irnos de picnic es un refrescante y ligero gazpacho suave sin pepino, una plato de cuchara ideal para combatir las altas temperaturas ¡muy apetecible!

Ingredientes

• 1.200 g de tomate pera (maduro) 
• 1/2 pimiento verde 
• 1 diente de ajo 
• 50 g de miga de pan 
• aceite de oliva virgen extra 
• 1 cucharada de vinagre 
• sal 
• perejil
• Para la guarnición:
• 125 g de jamón serrano
• 1/2 pimiento verde
• 1 tomate pera
• 1 cebolleta

Pasos para elaborar la receta

Trocea la miga de pan y ponla a remojo en un bol con agua durante 5 minutos. Lava y trocea los tomates. Pica el pimiento verde. Pela el diente de ajo. Coloca en el vaso americano los tomates troceados, el pimiento verde picado, el diente de ajo y la miga de pan remojada. Tritura bien.

Vierte el vinagre, 3 cucharadas de aceite y sal (al gusto) y vuelve a triturar. Cuela el gazpacho e introdúcelo en el frigorífico hasta que esté bien frío. Para la guarnición, pica el jamón en daditos y ponlo en una fuente. Pica el pimiento de la misma manera y colócalo al lado del jamón. Pela el tomate y la cebolleta, córtalos de la misma manera y ponlos en la fuente. Reparte el gazpacho en 4 platos hondos y acompáñalo con la guarnición. Adorna los platos con unas hojas de perejil.

Ensalada de pasta con anchoas

Una receta muy fácil y rápida de preparar: Ensalada de pasta con anchoas, un plato que podemos comer en cualquier época del año y por supuesto, llevarlo a excursiones o de picnic ¡un éxito seguro!

ingredientes necesarios

• 300 g de pasta (espirales) 
• 12 filetes de anchoa en aceite 
• 1 aguacate 
• 8 tomates cherry 
• 100 g de maíz cocido 
• 8 huevos de codorniz 
• aceite de oliva virgen extra 
• vinagre 
• sal 
• 12 hojas de albahaca 
• perejil

Elaboración

Calienta agua en un cazo y cuando empiece a hervir, agrega los huevos de codorniz. Cuécelos durante 4 minutos. Refresca, pela, córtalos por la mitad y resérvalos. Pon abundante agua a calentar en una cazuela grande. Cuando empiece a hervir, echa la pasta, sazona y cuécela el tiempo que indique el paquete. Escurre, refresca y ponla en un bol. Añade el maíz. Pica las hojas de albahaca y añádelas. Corta el aguacate por la mitad, sácale la pulpa, pícalo en dados y agrégalo. Corta los tomates por la mitad e incorpóralos.

Aliña con aceite, vinagre y sal. Mezcla suavemente y reparte la ensalada en 4 platos. Coloca en cada uno, 2 huevos de codorniz cortados por la mitad y 3 filetes de anchoa. Decora los platos con unas hojas de perejil. Si quieres intensificar el sabor de la ensalada pues hacer una vinagreta con mostaza, salsa de soja o salsa Worcestershire.

Empanada de atún y huevo

También podemos optar por recetas de empanada que no dejará indiferente a nadie: Empanada de atún y huevo, un plato clásico y fácil de preparar ¡hará las delicias de nuestros amigos y familiares! 

Ingredientes necesarios para elaborar esta receta

• 400 g de atún en aceite
• 3 pimientos verdes
• 1 cebolla roja
• 1 diente de ajo
• 3 huevos 
• 1/2 guindilla
• 125 ml de salsa de tomate
• aceite de oliva virgen extra
• sal
• perejil
• Para la masa:
• 250 g de harina
• 15 g de levadura fresca de panadero
• 100 ml de agua tibia
• 1 cucharadita de pimentón dulce
• 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra

Pasos para cocinar la empanada

Mezcla en un bol la harina, la levadura desmenuzada, el pimentón, una pizca de sal, el aceite y el agua. Amasa la mezcla hasta conseguir una masa homogénea. Ponla en un bol, tápala y deja que repose durante 1 hora aproximadamente. Pon 2 huevos en un cazo con agua y una pizca de sal. Cuécelos durante 10 minutos. Retira, refresca, pela y resérvalos.

Lamina el ajo y dóralo en una cazuela con 3 cucharadas de aceite de oliva. Pica la cebolla y los pimientos verdes, en dados e incorpóralos a la cazuela. Agrega la guindilla troceada. Sazona y cocina las verduras durante 15 minutos. Pica los huevos cocidos, e incorpóralos a la verdura. Desmenuza el atún y añádelo. Vierte la salsa de tomate y mezcla bien. Pasa el relleno a una fuente y deja que se temple.

Divide la masa en dos partes y estíralas (sobre una superficie enharinada) bien con el rodillo. Extiende una de las partes sobre una bandeja cubierta con papel de horno. Pon encima el relleno y cúbrelo con el otro trozo de masa. Cierra bien los bordes de la empanada enrollándolos hacia adentro. Unta la parte superior de la empanada con huevo batido. Hazle tres cortes en el centro (a modo de chimenea) para que respire. Hornea la empanada a 180º durante 18-20 minutos. Sirve y decora con unas hojas de perejil.

La palabra pastel nos lleva casi siempre de primeras a pensar en un dulce, pero con la misma se pueden hacer platos muy ricos y vistosos, ideales tanto para comidas diarias como para eventos más señalados como pueda ser incluso la cena de Nochevieja. Y es que quedan muy aparentes, son muy ricos porque el relleno va a tu gusto y además se tienen que preparar sí o sí un día antes, así que son perfectos para días en los que de antemano sabes que vas a tener mucho trabajo en la cocina. En este caso la receta es de pastel de atún y gambas, que además es muy fácil de llevar a cabo.

Ingredientes del pastel

Para hacer este pastel de atún y gambas, como en general para la mayoría de los platos, los ingredientes y su calidad son fundamentales siempre, pero en este caso concreto tienes que ponerlos de la máxima posible para que el sabor sea el mejor. Como hemos dicho el plato es sencillo de realizar, ya que en diez minutos lo vamos a tener listo, aunque, eso sí, hay que dejarlo luego 24 horas en reposo. Para llevarlo a cabo necesitaremos como ingredientes 5 lonchas de pan de molde alargadas sin corteza o 10 de tamaño sándwich, 2 latas de atún claro en aceite de oliva, 8 palitos de cangrejo, 2 aguacates, 500 gramos de gambas cocidas, 2 huevos cocidos duros, salsa rosa y, de manera opcional, eneldo fresco para decorar.

Cómo preparar el pastel

Si ya tenemos los ingredientes del pastel, lo primero que tendremos que hacer para empezar a prepararlo será poner en un cazo agua abundante y sal y cocer en el mismo los huevos durante 10 minutos. Cuando pase el tiempo se ponen en agua fría para que sea más fácil pelarlos después. Luego se abren las latas de atún y se escurre el exceso del aceite pero sin dejarlo muy seco, que quede hidratado con su jugo. Se pone en una fuente honda y se cortan los palitos de cangrejo en trozos de un centímetro aproximadamente, y se ponen junto al atún.

Preparar los aguacates

Otro paso importante para la elaboración de esta receta de pastel tiene que ver con los aguacates. Hay que cortarlos por la mitad, y para ello giramos sobre sí mismas las mitades y sacamos la pulpa de cada uno con la ayuda, por ejemplo, de una cuchara sopera. La pasamos por un lado por el borde a ras de la carne y sale perfectamente. Una vez hecho esto hay que hacerlos taquitos de un centímetro más o menos, y después los reservamos junto a todo lo anterior.

Las gambas

Siguiendo con nuestro pastel, hay que pelar las gambas y reservar unas diez, a ser posible hay que elegir las que más torcidas están, porque luego quedan más bonitas puestas. Esas que reservamos no hay que pelarlas hasta el día siguiente, para que no se sequen, pero a las que sí hemos quitado la cáscara hay que trocearlas en 3 o 4 partes cada una, y después unirlas a todo lo anterior en la fuente. Después cortamos los huevos en trocitos muy pequeños pero reservamos una de las yemas, y echamos unas cucharadas de salsa rosa y mezclamos. Tiene que quedar una masa jugosa, por lo que aunque echéis salsa rosa a vuestro gusto hay que tener en cuenta que tienen que empapar el pan para que no quede seco.

Preparar el pan de molde

El siguiente paso del pastel será poner una cucharadita de salsa sobre la fuente donde lo vamos a servir. Sobre ella colocamos la primera loncha de pan, pero recordad que si no tenéis lonchas grandes hay que poner dos juntas de las de tamaño de sándwich. Sobre el pan varias cucharadas generosas de relleno. que se extienden con la ayuda del dorso de la cuchara para que quede bien repartido. Luego se coloca otra capa de pan y de relleno, así hasta acabar con una capa de pan, y se envuelve con papel film y se reserva un día en el frigorífico.

Cómo finalizar la receta

Para poder disfrutar de nuestro pastel de atún y gambas hay que sacarlo al día siguiente de la nevera, quitarle el papel film y extender unas cucharadas de salsa rosa por todos los lados. Por las caras laterales se ponen ramitas de eneldo, si has optado por él, y sobre la superficie de arriba se pone la yema de huevo que teníamos reservada sobre un colador. Se aprieta con una cuchara y va cayendo como si fuera «nieve amarilla». Dejamos caer por toda la superficie. Para poner las gambas que no se caigan, las he pinchado con un palillo de dientes, con cuidado que no se vean. Las vamos hincando sobre la superficie decorando a nuestro gusto. Y a servir.

El salmón siempre ha tenido la vitola de ser un producto caro, pero ahora mismo ya se puede encontrar en todos los supermercados y pescaderías con precios bastante asequibles para todos los bolsillos. En lo que no hay dudas es en que se trata de uno de los pescados favoritos cuando uno piensa en preparar una comida rápida y sabrosa, a la que con frecuencia se acompaña de finos vinos, y entre ellos un buen cava. Se trata de un producto además muy saludable para el organismo humano, al ser rico en ácidos esenciales, y que cuenta con un exquisito sabor. Lo que está claro es que este pez tiene la capacidad de convertir un plato sencillo en toda una delicia gourmet, desde delicados canapés hasta platos más elaborados, por lo que con la receta que vamos a exponer cualquiera puede lucirse ante sus comensales.

Los beneficios del salmón

Se puede decir que el salmón es uno de los alimentos más saludables para nuestro organismo, ya sea porque es una excelente fuente de vitaminas B12 y B6 como por las proteínas, ácidos grasos esenciales o minerales como el selenio o el magnesio que aporta. Este producto, que además es rico en calcio, se ha hecho tan popular en los últimos años es por ser beneficioso para el corazón y el sistema circulatorio gracias a su contenido de omega-3. Este beneficioso ácido graso repara los tejidos, baja la presión arterial, endurece las arterias, lo que a su vez aleja la posibilidad de sufrir ataques al corazón. Así pues, tomar salmón tendrá efecto, no solo sobre nuestra salud cardiovascular, también sobre la salud ocular, el mantenimiento de nuestros huesos y el funcionamiento de la tiroides, entre otras ventajas.

La mejor forma de cocinar el salmón

Gastronómica y culinariamente el salmón destaca por su delicioso sabor y su textura. De hecho, las recetas sanas que lo incluyen sorprenden precisamente por eso: por ser un pescado ligero, saludable y sumamente delicioso. Pero para poder disfrutar de las principales propiedades del mismo hay que tener en cuenta que lo más adecuado es hacerlo a la plancha, escalfarlo o asarlo y evitar freírlo, principalmente porque una cocción en exceso influye negativamente a la hora de oxidar su contenido en grasas esenciales, de forma que en definitiva el salmón deja de ser tan beneficioso.

Ingredientes para la receta

Para llevar a cabo la receta de salmón al cava que vamos a explicar a continuación la verdad es que tampoco se precisan muchos ingredientes. Si la queremos preparar para cuatro personas bastaría con 4 lomos de salmón, que sin duda sería el producto estrella y el más caro de obtener, sin tener que salirse de nuestros presupuestos, 1 diente de ajo, 200 ml. de nata para cocinar, 200 ml. de cava (en vez de una botella nos puede servir con un ‘benjamín’), sal y aceite de oliva, a ser posible virgen extra.

Preparación del salmón al cava

Si los ingredientes para el salmón al cava son fáciles de adquirir también se puede hablar de lo sencilla que es la forma de preparar la receta. Así, el primer paso sería poner a calentar una cazuela con un poquito de aceite de oliva, y a continuación pelar y picar el diente de ajo y dejar que éste se dore un poco. Una vez hecho esto se añade el cava y se cocina durante 10 minutos para evaporar el alcohol. A partir de ahí se echa la nata, se remueve todo bien y se cocina 5 minutos más a fuego medio. Ya sólo quedaría salar los lomos de salmón al gusto y, en una plancha o sartén plana, echar un chorrito de aceite de oliva y cocinarlos durante 3-4 minutos por cada lado. Lo mejor es empezar colocando el salmón con la piel hacia abajo. Y ya estarían listos para servir, napados eso sí con la salsa de cava.

Contraindicaciones

Aunque hemos dicho que el salmón es altamente beneficioso para nuestro organismo sin embargo hay que tener en cuenta alguna contraindicación a la hora de consumirlo. Por ejemplo, si este es salado, de tipo ahumado o congelado, su contenido de sodio se incrementa. Tampoco es conveniente incluirlo en casos de dieta biliar por algún problema de digestión o absorción de las grasas ya que, aunque son de tipo saludables, no dejan de ser grasas. Según los expertos, «el salmón (sobre todo el de piscifactoría) no es recomendable a diario por su contenido alto en mercurio. La recomendación que hacen es que es mejor elegir el salmón salvaje, así como los pescados pequeños porque, aportando lo mismo, no tienen contaminantes. Ya se sabe que cuanto más grande es el pescado, peor».