El amor de Felipe VI hacia sus hijas lo vemos y lo percibimos en cada una de sus apariciones públicas. Es difícil no ver a un padre que se le cae la baba frente a dos bellezas como Sofía y Leonor. Ellas son todo su mundo y le han ofrecido el cambio más significativo de su vida. El soltero de oro se casaba con la periodista, pero no fue hasta que llegó Leonor cuando vio cumplidos todos sus sueños.
Una fecha para no olvidarla jamás
Las tareas de un príncipe y de un futuro rey como Felipe son bastante limitadas. Una de las más importantes que determinará la salud y el buen funcionamiento de la institución es proporcionar descendencia a su pueblo. Felipe VI ha entrado en los 50 y en su cuarto año de mandato acompañado del amor de su vida, la princesa Leonor.
Felipe VI cumplió 50 años y lo hizo rodeado de toda su familia. Incluidos sus padres, los Reyes Eméritos, que no quisieron perderse una de las ceremonias más importantes de su hijo. Felipe quería que todo el mundo recordará este día, no por un número sino por un gesto. La continuidad de la institución está a salvo gracias a la figura de Leonor.
La entrega del Toisón de Oro simbolizó la finalidad última de la monarquía, crear lideres para dirigir un país. Leonor es esa nueva reina que está empezando a crecer y que debe convertirse en todo un símbolo. Su comportamiento, sus formas y la manera de comunicarse con los suyos debe ser del todo ejemplar.
Felipe VI y la niña de sus ojos
Leonor y Felipe VI comparten mucho más que el color de los ojos. Ese azul celeste que conquista a todo su pueblo y que ha llegado al corazón de un príncipe rebelde. Felipe se convirtió en padre una fría mañana de un 1 de noviembre. Llegaba al mundo su primer y heredera hija, Leonor.
Se cumplía de esta manera el mandato más importante de un príncipe y llegaba al mundo el amor de su vida. Los que lo conocen saben perfectamente cómo cambió su vida a partir de aquel momento. Felipe no cabía en el cuerpo de la emoción, era una niña preciosa, idéntica a él en muchos aspectos importantes.
Una foto desgastada
Desde que nació Felipe lleva en su cartera una foto de su hija. La enseñaba orgulloso a todos sus amigos, no podía parar de decir lo hermosa que era. Se trataba de una muñeca rubia de una belleza imponente. Todos miraban y admiraban a la que sería su nueva reina. Incluida su abuela paterna que aunque ha estado un poco alejada siempre ha tenido una conexión.
Uno de los amigos de Felipe manifestaba el cambio del rey. Ese príncipe divertido por las jovencitas había caído rendido a los pies de una pequeña. Leonor le había robado por completo el corazón y había inundado todo su ser de un amor incondicional. Era todo cuanto siempre había soñado, hecho realidad.
Un hogar individual
La posterior llegada de Sofia acabó de formar la familia del príncipe Felipe. Él siempre había manifestado que quería tener una familia numerosa, pero sabía que eso no sería posible. Tenía dos hijas, si llegaba el tan ansiado varón podía tener problemas sucesorios. Se adaptaría la corona a los nuevos tiempos o mantendría la tradición del heredero varón.
Era demasiado problemático y ponía en peligro el futuro de sus hijas, en especial de su querida Leonor. Así que cerraron esa posibilidad y se concentraron en darle a sus pequeñas lo mejor que tenía, el amor de un padre entregado. Felipe y Letizia formaban el hogar estable que siempre había soñado el pequeño príncipe.
Una familia que no tuvo
Felipe VI quería tener el hogar que nunca tuvo en su casa. Juan Carlos I fue un Rey que estaba más tiempo fuera de casa que dentro de ella. Su papel era más secundario que primario, Sofia era la que llevó desde un primer momento la educación de sus hijos. Felipe sabía perfectamente la importancia de esa figura materna.
Como pudimos comprobar en el vídeo de su 50 cumpleaños a su mujer la llama desde que nacieron sus hijas “mamá”. Es la clave de la felicidad de sus pequeñas. Entre los dos forman el tándem perfecto. Felipe trabaja a cuatrocientos metros de su casa y procura estar siempre a la hora de cenar, para estar todos juntos en la mesa.
Alejadas de los medios
Leonor, la princesa que conquistó el corazón de don Felipe y su hermana Sofía viven alejadas de los medios. Las pequeñas han querido disfrutar de la vida que el rey no pudo tener. Letizia se ha encargado de brindar su infancia. A pesar de las recomendaciones de la familia de su marido no ha querido que nadie les arrebatará su papel de niñas.
Sus dos niñas son su mundo. El papel de Letizia es el de una madre primero y después el de una Reina. Nada le une más a su marido como el fruto de su amor. Los dos luchan cada día para ser una familia normal en un mundo que no entiende de Reyes ni de Reinas. Muchos obstáculos han tenido que librar para estar donde están.
Felipe VI no fue un niño normal
Mientras lleva a sus hijas al colegio, el mismo al que asistió él de pequeño Felipe VI recuerda su infancia. En el colegio de los Rosales, uno de los más elitistas de Madrid, pasó toda su infancia. Cuando llegaba acompañado del servicio, siempre tenía que escuchar algunas burlas de sus compañeros, le llamaban ‘Felipe, el guapo’.
Cuatro décadas después, si hija, el mayor de sus orgullos pasea por esas mismas aulas. Leonor a diferencia de él, es una pequeña con mucho carácter. Ha pedido desde que recibió el Toisón de Oro que sus compañeros le hagan una reverencia al entrar. Sabe bien quién es y no dejará que nadie se burle de ella.