Raphael pertenece a esa saga de artistas que llevamos años escuchando y que conocemos su trayectoria al dedillo porque es un hombre que no se ha bajado de los escenarios. De hecho, ahora ha estado celebrando sus sesenta años en el mundo de la música y nos sigue pareciendo poco. Como todo artista de la época, su vida privada también traspasó la esfera de la privacidad y su amor con Natalia Figueroa ocupó durante años las páginas del papel couché.
Por eso mismo, este fin de semana hemos querido dedicarle un hueco especial para celebrar las bodas de oro de uno de los matrimonios más consolidados del universo celebrity del siglo pasado. Y es que fue el pasado jueves cuando hicieron cincuenta años.
La boda secreta de Raphael
>Su boda fue el 14 de julio de 1972, en Venecia, un enlace de ensueño que en un primer momento se programó como secreto, pero sin mucho éxito, ya que los periodistas estuvieron presentes en uno de los días más importantes para el artista. A pesar de que ni los invitados sabían dónde iban, los profesionales de la prensa rosa consiguieron arrimarse a ellos para no perderse ni un sólo detalle de este día… y así fue. «Felicidades. 50 años celebrando la vida al alimón«, le ha dedicado el cantante de Digan lo que digan, junto a una entrañable fotografía del enlace veneciano en el que posaron a las puertas de la iglesia, ya como marido y mujer.
Se dieron el Sí, quiero en la iglesia de San Zacarías, muy cerca de la popular plaza de San Marcos, y ahí mismo los dos enamorados se encontraron con todos esos fotógrafos que habían querido esquivar. En vez de arruinar el enlace, la pareja posó para ellos y les dejaron durante la ceremonia, consiguiendo unas fotografías que han sido y son historia de España.
Siguiente: El vestido de la novia
Natalia Figueroa se inspiró en el flamenco
> Como cualquier novia, el momento de su boda es uno de los más importantes de su vida personal, sin ninguna duda. En este tipo de eventos uno de los aspectos que más la definen es el esperadísimo vestido de novia. Algo que Natalia Figueroa sabía perfectamente.
Por eso mismo, la mujer del cantante de Escándalo se puso un vestido de novia de inspiración flamenca con falda de volantes y una flor en el pelo. El diseño que eligió la hija del Marqués de Santo Floro y la nieta del Conde de Romanones, fue uno de los más sofisticados de la época. Tras la ceremonia la celebración se trasladó al exclusivo hotel Danieli Royal. Un gran día que ponía punto y final a uno de los noviazgos más especiales.
Siguiente: La historia de su noviazgo
Se conocieron en 1968
> El matrimonio se conoció en 1968 en una entrega de premios de Radio España en el Teatro Zarzuela. Fue un comienzo de historia maravilloso: él recogía el premio y ella lo entregaba. El intérprete de Yo soy aquél era por entonces un ídolo de la canción, y Natalia una aristócrata y reconocida periodista que trabajaba en la radio y en la televisión y que, en ese momento, ya había escrito varios libros como Decía el viento, Los puntos sobre las íes y Tipos de ahora mismo.
Como en muchas de las historias de dos personas que terminan siendo inseparables, tuvieron un comienzo un tanto peculiar y mayoritariamente dispar. Al cantante le pareció guapísima, muy equilibrada, simpática y prudente. No obstante, a la comunicadora el artista le pareció un engreído.
Siguiente: El principio no fue nada fácil
Provenían de dos mundos muy diferentes
> Como bien dice el refranero español, los comienzos suelen ser difíciles y el de Raphael y Natalia Figueroa no tendría porque ser distinto. En este punto hay que tener en cuenta que él provenía de una familia especialmente humilde, su padre era albañil.
La periodista, por el contrario, era, y es claro, una dama de la alta sociedad vasca. Aunque al final el tiempo siempre termina poniendo las cosas en su lugar. Finalmente la historia de amor llegó a buen término y cuatro años después, y con el beneplácito del marqués Agustín Fugueroa, padre de Natalia, comenzaron un matrimonio del que nacieron tres criaturas.
Siguiente: Una familia muy unida fue nada fácil
Tuvieron tres hijos
> Pronto tuvieron descendencia, fruto de ese amor que sigue tan presente como el primer día nacieron Jacobo (1973), Alejandra (1974) y Manuel Martos (1978). Este último está casado con la hija del expresidente del Congreso de los Diputados, José Bono, Amelia Bono, con la que, por cierto, se acaba de dar una segunda oportunidad.
Una historia de amor que se ha convertido en una de las más longevas de todos los tiempos y que sigue apasionando a todos los fans del artista y de la periodista que ven en ellos el amor que toda España percibió con esas primeras fotografías publicadas en las revistas de la época.