Mayte Zaldívar la ex del que fue alcalde de Marbella y la mujer que dejó por Isabel Pantoja no es ninguna santa. Durante estos años ha vivido como una mortal más. Mayte creía que estaba por encima del resto de personas, hasta que un día, la justicia le cayó encima con todo el peso de la ley. El gran imperio financiero que había creado junto a su marido se desmorono totalmente.
No tenía donde agarrarse, así que, se vio directamente entre rejas y con una deuda considerable. En esta vida no todo vale y muchos son los problemas a los que Mayte aún hoy en día tiene que hacer frente. Repasamos la vida de esta ambiciosa mujer que acabó cornuda y entre rejas.
Un perdón que nunca llegará
Mayte fue en su día primera dama de un gran imperio. De la mano del padre de sus hijas y especialista en gestión financiera, Julián Muñoz, Mayte se hizo literalmente de oro. La pareja de origen humilde disfrutaba del poder en estado puro. Nada hacia pensar que ese universo que habían creado tuviese ninguna grieta.
El agujero principal a todo el plan lo creo Isabel Pantoja. La tonadillera llegó a la vida de Julián Muñoz dispuesta a conquistarlo. Mayte se quedaba fuera de la ecuación y cómo mujer despechada hizo todo lo posible para hundir a esta pareja. El primer paso ir a todas las televisiones para contar su historia.
Mayte Zaldívar dijo lo que todo el mundo sabía
Zaldívar no dudo en sacar provecho de su desdicha. De la mano de muchas exclusivas consiguió que la prensa del corazón le hiciera caso. Era la cornuda y caía en manos de la que había hecho lo mismo en su día. Isabel era una experta en segundas nupcias y esta vez parecía que iban por el mismo camino.
La ex mujer del alcalde no pudo contener algunas palabras en vivo y en directo. La mítica frase de: ‘sacar bolsas de basura llenas de billetes’ fue algo que levantó algunas sospechas. La justicia no pasó por alto algunas irregularidades de la cuenta de Mayte y de toda su familia. La condena llegaría para todos aquellos que Julián Muñoz tocó.
Querer ser más que nadie
Esa soberbia que demostró en televisión fue un agravante del delito que la pareja había cometido en su momento. Mayte con el corazón roto no se dejaba pisar por nadie y menos por una Isabel Pantoja que había ocupado su lugar. Estar en un papel privilegiado la llevó a creerse más que nadie.
La caída de Mayte fue estratosférica. Se lanzó ella misma a los brazos de la ley y acabó entre rejas durante larga una temporada. Dijo ella misma que este hecho la marcó para siempre. No es la misma persona la que estaba en libertad que la que fue presa. La visión del mundo de la Zaldívar se vio modificada por una alta dosis de humildad. Además, ella mismo ha afirmado que «viene de la cárcel y que no le da miedo decirlo».
Dos años y medio
La condena por los delitos de blanqueo de capitales como cómplice que era le dio a Mayte dos años y medio de privación de libertad. En 2014 emprendió el camino hacia la prisión de Alhaurín de la Torre sabiendo cuando entraría, pero no cuando saldría. Mayte perdía así uno de los bienes más preciados que tenemos, la libertad.
1’7 millones de euros, era la multa que acompañaba a esta privación de derechos. Una cifra que está directamente proporcionada al dinero que la Zaldívar y su ex marido blanquearon desde el Ayuntamiento. Un castigo menor si tenemos en cuenta los delitos que cometieron como servidores públicos y políticos a los que el pueblo votó. Esa deuda es la que Mayte Zaldívar aún no ha conseguido pagar y que en cierto sentido podrá paliar con su participación en la próxima edición de ‘Supervivientes’. El premio final, los 200.000 euros, son su tesoro más preciado. ¿La veis fuerte como para luchar por ellos?
Mayte Zaldívar y sus lágrimas negra
Entrar en prisión era el final de una época. Se acababan todos los problemas con la ley que arrastraba y quedaba cerrada la sombra de Julián Muñoz sobre ella. Era la puerta que ya no se abriría más. Mayte decía adiós a ser la mujer del alcalde y decía hola a una nueva mujer llena de miedos e inseguridades.
Pasar frío, calor o hambre, eran sensaciones que una mujer de alto standing como ella nunca había vivido. Ahora se encontraba en un momento en el cual se sentía vulnerable y veía de nuevo una página en blanco que se abría frente a ella. Estaba preparada para avanzar y ser otra persona distinta.
De niñera a gastrobar
La salida de Mayte de la prisión se produjo con la intención ser la niñera de sus nietas. Se le presentó al juez una necesidad evidente para que después de muchas dificultades estuviera dispuesto a darle el tercer grado. Mayte Zaldívar salía de prisión para emprender otra vida como una abuela orgullosa y algo más.
Empezaba sin nada, con una idea en la cabeza, tener su propio restaurante. Cerca de los 60 años la única posibilidad de Mayte era tener su propio negocio si quería ganarse la vida. El gastrobar que montó, la llevo detrás de los fogones en más de una ocasión, junto a su novio, Fernando Marcos. Ahora sale de ellos para una nueva aventura y la posibilidad de volver a brillar.