Tener en este momento del año la Receta casera de buñuelos de viento y huesos de santo es un acierto para esta víspera de Todos los Santos, pues se trata de los postres más tradicionales de esta temporada. Si quieres aprender a elaborar los dulces más apetecibles del otoño sigue leyendo, te vamos a desvelar el paso a paso.
Cómo preparar la masa de los buñuelos
Se pone en un cazo la leche, el anís dulce, el agua, la mantequilla o margarina y la sal. Se mezcla, y cuando comience a hervir se incorpora la harina de golpe y con una cuchara de madera, movemos hasta que esté todo integrado y no haya ningún grumo de harina.
Se quita el cazo del fuego y se añade un huevo, se mezcla muy bien y se añade el segundo, se mezcla hasta que esté todo el huevo integrado y se añade el tercer huevo. Una vez que este último huevo se haya mezclado bien ya tenemos lista la masa.
Freír los buñuelos de viento
Con la ayuda de dos cucharillas, se cogen porciones de masa, se echan a la sartén con aceite caliente y se fríe hasta que estén dorados.
Hay que tener cuidado con el aceite, no debe estar excesivamente caliente, ya que tienen que hincharse, hacerse bien por dentro y quedar muy esponjosos. Una vez fritos, se sacan y dejan sobre papel de cocina, se rebozan en azúcar y se sirven.
El mazapán de los huesos de santo
Se hace en el fuego almíbar fuerte con el azúcar y agua, moviendo hasta que se disuelva.
Se deja hervir y una vez hierva se deja atemperar en el cazo. Añadimos la almendra molida poco a poco y revolvemos hasta formar una pasta. Se deja enfriar mientras se confecciona el dulce de yema.
Dulce de yema
En el fuego se hace otro almíbar con el azúcar y agua y se deja enfriar. Se baten las yemas de huevo solas y se añade el almíbar en un hilo mientras se revuelve.
Se echa de nuevo en el cazo donde se ha hecho el almíbar y se pone al baño María a fuego lento, revolviendo hasta que espese mucho. Hay que tener cuidado de que no hierva, ya que se puede cortar la crema. Se deja enfriar.
Montar los huesos de santo
Se amasa el mazapán y se estira con el rodillo de cocina, en una superficie espolvoreada con azúcar glas. Con un palito de madera se hacen pequeñas muescas en la masa que son las hendiduras características de los huesos de santo. Se cortan tiras de 5 centímetros, y luego éstas en tiras de 5 cm.
Se toma cada rectángulo de masa y se enrolla cada cuadrado en un palito de 1 centímetro de diámetro. Se pega la masa con los dedos para formar unos pequeños cilindros. Se saca del palo, dejamos secar y llevamos al frigorífico.
El relleno
Se saca la masa de los huesos del frigorífico y con una manga pastelera en la que se habrá puesto el dulce de yema se va rellenando cada hueso de santo. Luego se puede espolvorear con azúcar glass o pintar con almíbar.