Sin duda que para los que ya tienen unos años las albóndigas en salsa, en sus diferentes versiones, siempre les retrotraen a sus tiempos de niño, a esa receta de casa de su madre. Sin duda que se trata de una de esas comidas que triunfan cuando eres pequeño y que le pides a tu madre día sí y día también. Sin duda que es uno de los platos más tradicionales, sobre todo si se llevan a cabo con un rico sofrito de verduras. De este modo, además de sabrosas, quedarán jugosas y tiernas gracias a los vegetales. Aquí vamos a ver cómo hacer el mismo y también los pasos a seguir para completar la receta.
Ingredientes para el sofrito de albóndigas en salsa
Si la receta de unas buenas albóndigas en salsa es muy sencilla de llevar a cabo, para así satisfacer a tus comensales, qué decir de los ingredientes que se precisan para llevar a cabo el sofrito, que además no van a costar casi nada, ni de dinero ni de tiempo para encontrarlos, al chef que quiera prepararlas. Así, tan sólo se necesitará dos cebollas medianas, otras dos zanahorias grandes, medio pimiento verde, tres dientes de ajo, tomates naturales maduros o tomate triturado, a elegir, un poco de sal, vino blanco y, por supuesto, aceite de oliva, a ser posible virgen extra.
Primeros pasos para preparar el sofrito
Lo primero que hay que hacer para preparar el sofrito de la receta de tus albóndigas será pelar y picar las cebollas. Se puede optar entre cortarlas en pequeños trozos o pasarlas por la picadora, de modo que el resultado será un sofrito en el que no se encuentren los pedazos de cebolla pero sí tenga su rico sabor. Del mismo modo, también hay que pelar los ajos y cortarlos, aunque también cabe la opción de dejarlos enteros, algo especialmente indicado en caso de que quieran quitarse después los ajos del sofrito. Se pone a calentar una sartén con aceite de oliva y cuando esté bien caliente, se añaden los ajos y la cebolla para pocharlos. Será necesario mantener el fuego bajo para que no se quemen estos vegetales y se cocinen correctamente.
Las verduras del sofrito
Una vez puesta ya la sartén en el fuego, el siguiente paso para hacer el sofrito de las albóndigas en salsa es el de lavar, pelar y trocear las zanahorias, y una vez que la cebolla de la sartén esté transparente -sin llegar a dorarse- se echa la zanahoria picada para que se vaya cocinando. Habrá que hacer lo mismo con el pimiento verde o, si el chef estima oportuno, por gustos personales, con el amarillo. Y es que la variedad de pimiento italiano es una de las más indicadas para elaborar sofritos para albóndigas, por eso el encargado de realizar el plato puede escoger el que más le guste.
Añadir el tomate
Una vez que todas las verduras estén en la sartén, el siguiente paso será añadir el tomate al sofrito, y aquí se puede optar entre tomates naturales maduros, que primero se deberán haber pelado o decantarse por el tomate triturado de compra. La segunda opción será la más apropiada para aquellas ocasiones en las que no se dispone de suficiente tiempo para pelar los tomates y esperar a que se cocinen. Después de hacer esto habrá que remover con una cuchara de madera para que todos los ingredientes se integren en la salsa y el sofrito quede bien sabroso.
El toque final a las albóndigas en salsa
En algunos sitios a esta receta de albóndigas en salsa se le cambia el adjetivo por el de a la jardinera, por la cantidad de verduras y hortalizas que llevan. Así, el último paso sería el de añadir las albóndigas -que previamente se habrán frito un poco- junto con el vino blanco. Se tendrán que dejar a fuego bajo para que se reduzca el vino y se evapore el alcohol. Y ya estarán listas para servir. Eso sí, a la hora de la elección de la carne de las albóndigas lo ideal es mezclar al 50%, carne de cerdo y de vacuno (ternera), aunque también estarían increíbles con pollo y o bien sólo cerdo.
Preparación de las albóndigas
Como hemos pasado un poco por encima la preparación de las albóndigas, aquí vamos a mostrar los pasos a seguir más detenidamente. Primero se pican dos dientes de ajo muy picaditos (sin el brote interior o tronco para que no repita) y la cebolla en trocitos pequeños, y se pone agua a calentar para cuando hierva añadir la cebolla y el ajo, y dejarlos cocer durante 2 minutos. Luego se escurren y enfrían con agua fría, antes de añadir a la mezcla anterior. En cuanto esté bien de temperatura se mezcla con la carne, removiendo todo bien con las manos hasta que se mezclen los ingredientes. Después se tapa con film transparente y se deja reposar una hora en la nevera. Después, y sin miedo, se empieza a trabajar la masa haciendo pequeñas (o grandes, eso al gusto) pelotas que luego se pasarán por harina. Para ello, ponemos harina en un plato y, con una cuchara, see coge un poco de carne picada que se bolea con las manos. Con la primera pasada se deja la primera albóndiga redondita. Luego se pasan por la harina del plato, se bolean un poco más y se las deja en otro plato limpio, y así sucesivamente.