Doña Sofía es una reina que ha sido humillada en demasiadas ocasiones. Se trata del miembro de la Casa Real que más ha sufrido y menos visible ha sido. Siempre a la sombra de su marido ha cumplido con el papel de madre, esposa y Reina a la perfección. Es una mujer de pocas palabras que se ha centrado en sus obligaciones.
Desde hace unos años no es nuestra Reina, pero muchos la echan de menos. A pesar del papel que le fue asignado, hoy en día es una mujer liberada. Sigue sin destacar, pero debe aguantar menos las humillaciones públicas de su marido. Conocemos un poco más a la que fue Reina Consorte más querida de este país.
El Rey es el jefe de Estado
El papel de la Reina en la monarquía española es algo secundario. Es el rey el que asume las funciones de jefe de Estado. A su lado, una esposa que deberá representar su propio papel. La que fue nuestra primera Reina, lo hizo a la perfección. Parecía que toda la vida se hubiera preparado para ser la Reina de España.
Sofía no era española, pero pertenecía a una Casa Real. Sabía perfectamente desde que nació que su vida no sería como las de los demás. Buscó la forma de llegar a ser lo que le correspondía, quería que su familia exiliada se sintiera orgullosa. Su estirpe real se perpetuaría durante unas décadas más.
Una abdicación forzosa, un golpe en Casa Real
El momento de su liberación llego con la abdicación forzosa de su marido. El 2 de junio de 2014 sus circunstancias cambiaron. La situación se había vuelto insostenible, después de estar esperando la oportunidad adecuada, el universo forzó la decisión. Era evidente que los escándalos en la Casa Real no paraban de llegar y había que reaccionar.
Si don Juan Carlos no hubiera abdicado la situación de Sofía hubiera sido del todo distinta. Era una mujer condenada por las circunstancias. Todo el mundo conocía las aventuras del que era su marido. Las opciones eran dos y ninguna era buena. El divorcio o la abdicación, la menos escandalosa, por fuerte que suena, era la abdicación.
Nadie es feliz hasta el último suspiro
Nadie es feliz hasta el último suspiro este es un dicho griego muy conocido. Tiene una parte de verdad para nuestra querida Reina Sofia. Durante los años de su reinado es evidente que no fue demasiado feliz. Ahora tiene una segunda oportunidad, una manera de volver a ser la que era antes de su matrimonio.
Un Rey con una bragueta un poco floja, puso en peligro todo por lo que había luchado. En su día Sofía desesperada tuvo que tomar medidas al respecto. No se trataba de Sofía por la que luchaba, sino por unos hijos y en especia por uno solo, la Corona debía llegar hasta su querido principito, Felipe era su todo.
Una comunicación por escrito
En 1983 la Reina Sofía escribió un documento para su marido. Una carta que ha permanecido bajo llave. En ella explicaba por escrito la mala praxis de su marido. Más allá de sus humillaciones publicas a las que estaba sometida, se ponía en peligro su corona. Juan Carlos estaba totalmente desbocado.
En la carta se leía: “El trono y la monarquía podrían irse a pique por los escándalos y la falta de ejemplaridad del monarca”. La inteligencia de doña Sofía nunca ha sido puesta en duda, ella sabía perfectamente que mejor quedará todo por escrito, por lo que podía pasar. Hace más de 30 años de este momento.
Humillaciones continuas
Bárbara Rey fue uno de los primeros escándalos que se conoció. La prensa internacional y algunos medios fueron los medios en que empezaron a sonar las campanas de las infidelidades continuas. Una vedette casada con un famoso domador de cine fue una de las primeras mujeres que cayó en las manos del Rey.
En la historia no oficial publicada de la monarquía se expone la mala gestión del asunto. El caso se cerro con una serie de transferencias a la cuenta de Bárbara Rey para conseguir comprar su silencio. Según publicó OKDiario, el CNI estuvo pagando 26 millones de pesetas al mes para conseguir callar la boca de la famosa vedette. Y así hasta los 500 millones de pesetas que pactaron: 3 millones de euros.
Hija ilegitima, el último lío en Casa Real
Si las infidelidades fueran poca cosa, doña Sofía tuvo que lidiar con algo aun peor. Una hija ilegitima que según Pilar Eyre don Juan Carlos habría tenido con una aristócrata española. Una humillación terrible entre su circulo de amistades. Según Eyre es una persona conocida que ha protagonizado más de una portada.
Ese secreto a voces provocó la ira de Doña Sofía. Estaba dispuesta a aguantar ciertas infidelidades, pero si además estas, venían acompañadas de algunos escándalos de este tipo la cosa cambiaba. Ese fue el momento más tenso que tuvo que afrontar la Casa Real, con Juan Carlos al frente.
Por suerte ya está jubilada
Las apariciones de la reina emérita son más que contadas. Por suerte ya vive jubilada lejos de todo. No tiene que fingir más y es consciente de todo el esfuerzo que ha realizado para salvar a su familia. Aún hoy en día lucha para ser aceptada en su familia. Tiene a una joven Reina que intenta ocupar su lugar.
Sofía podría dar lecciones de ser Reina. Es una mujer que se ha caracterizado por una cercanía peculiar. Sus ojos azules siempre alegres, ocultaban una terrible situación a sus espaldas. No todo el mundo es capaz de aguantar humillaciones como las que soportó Sofía. Se merece un diez como Reina y un suspenso como mujer casada.