Las recetas con costillas de cerdo son de esas con las que sabes de antemano que siempre vas a triunfar, sobre todo porque es un tipo de corte de carne de dicho animal que solemos utilizar con frecuencia en nuestra cocina y que es muy sabrosa. Además es una de las de toda la vida, de las que cualquier madre o abuela nos han preparado alguna vez y que cuenta con una preparación bastante sencilla y rápida, ideal para novatos en la cocina. Se trataría de un hacer una elaboración con una carne muy sabrosa y económica y en el que resulta mucho más que sabrosa la combinación de la carne con el ajo, al igual que el pollo al ajillo.
Beneficios de comer costillas de cerdo

Además de estar muy ricas, las costillas de cerdo tienen muchos beneficios para nuestro organismo, por mucho que con frecuencia se pueda creer que son un producto que solo presentan un alto contenido de grasa y calorías. Y es que por cada porción de 85 gramos (3 onzas) de costillas se obtendrán 210 calorías y por cada costilla 24 gramos de proteínas y 12 gramos de grasas. Además, son una gran fuente de minerales como el hierro y el zinc, que desempeñan un papel vital en el sistema inmune; además ayudan a suministrar oxígeno a las células y tejidos por el torrente sanguíneo. Eso sin contar con que te aportarán vitaminas como la B12 y D. La segunda ayuda mantener en buen estado tus huesos y dientes, mientras que la primera mantendrá en óptimas condiciones a tu sistema nervioso.
Ingredientes para hacer costillas

Esta receta de costillas de cerdo al ajillo es además muy sencilla de elaborar, ya que hacerla apenas nos va a ocupar 45 minutos de nuestro tiempo. Los ingredientes que necesitaríamos para llevarla a cabo, por ejemplo para hacerla para cuatro personas, serían 800 gramos de costillas de cerdo troceadas, 10 dientes de ajo, un limón, una hoja de laurel, perejil fresco, sal fina y pimienta negra recién molida (al gusto), unos granos de pimientas (para la maceración), 50 ml. de vino blanco, y aceite de oliva virgen extra (50 ml. para la maceración y 50 ml. para la cocción.
Primeros pasos

Si queremos empezar la receta de costillas de cerdo, lo primero que hacemos al comprar las costillas es decirle al carnicero que nos las trocee con el corte deseado. Un buen consejo es que sean porciones de 5 cm más o menos. Aunque también se pueden hacer enteras, pero son más complicadas a la hora de comer. Si las trocea uno mismo, cuidado con astillar los huesos, ya que luego pueden ser un fastidio si alguien se mete alguno en la boca. Hecho esto se pelan los dientes de ajo y se laminan. Después se salpimientan los trozos ligeramente y se adoban luego con pimienta negra en grano, una pizca de perejil fresco, la hoja de laurel, 5o ml. de aceite de oliva virgen extra, la ralladura de un limón, el zumo de medio limón y el ajo laminado. Y se dejan así unas doce horas o de un día para otro.
Cómo finalizar la receta

Para finalizar nuestras costillas de cerdo al ajillo, en una cazuela ancha se pone a calentar medio dedo de aceite de oliva. Cuando esté caliente se van echando las costillas con el macerado. Siempre de pocas en pocas, para que no se nos baje el calor del aceite y no nos salpiquen demasiado. Se cocinan a fuego medio alto, estando pendientes de que no se nos quemen. La idea es que los ajos queden caramelizados y que sirvan de aromatizante de nuestro aceite. La costilla debe quedar bien frita, lo cual nos llevará unos 15 a 20 minutos por lo menos. Hay que estar pendientes de darle la vuelva a los trozos de vez en cuando para procurar que queden doradas por todas partes. Lo que queremos es que la costilla quede perfectamente cocinada por dentro y tostaditas por fuera.
El toque final

Cuando vemos que la carne de las costillas está casi lista se retira el exceso de aceite y se agrega el vino. Seguimos cocinando la carne hasta que el vino se haya reducido casi por completo. Tiene que quedar muy reducido. La guarnición para acompañar este plato puede ser una simple ensalada mixta, aunque también le van genial las patatas panaderas o unas patatas fritas. Las patatas al microondas le van también como anillo al dedo. Una idea de acompañamiento casi sin grasa, una buena opción. Hay que servir las costillas calentitas en la mesa con un poco de perejil picado por encima.