Loles León es una de las actrices más aclamadas de la televisión actual. Su aspecto y la forma de expresarse caracteriza la perfecta vecina del quinto A. Una mujer con carácter y ganas de hacerse oír. Ese desparpajo la ha llevado a papeles míticos de la televisión actúa, series que difícilmente olvidaremos.
En ‘Aquí no hay quien viva’ interpretó el papel de Paloma Cuesta la primera dama de la comunidad y esposa del presidente. Era la que llevaba los pantalones en casa y controlaba a un marido al que le quedó un gran descanso cuando desapareció. Los fans de la serie se quedaron desolados cuando desapareció. Hasta que resucito de un modo casi mágico.
Sus 10 frases memorables no tienen ningún desperdicio. Loles León es una experta en mandar a los suyos.
«¡Y punto en boca!»
La frase por la que conocemos a Loles León en ‘Aquí no hay quien viva’ es esta: Y punto en boca. Era su forma de cerrar las conversaciones y de negar a sus contrincantes cualquier replica. Si hay algo que caracterizaba a Paloma Cuesta no era precisamente su aportación diplomática a la comunidad.
Quería mandar y conseguir que en su casa y en las de los demás se hiciera lo que ella quería. Era una mujer de su tiempo, educada para dominar a un marido subordinado y criar a unos hijos con ganas de independizarse. Esa forma de hablar nos llego muy hondo y cuando queremos acabar con algo la utilizamos.
¡Y punto en boca! Nos ha ayudado a terminar más de una conversación no deseada. Gracias a los guionistas y a Loles León somos más radicales.
«La pija nos tiene envidia»
La pija era la vecina que todo el mundo quería ser. Una mujer independiente y con una carrera de éxito ensombrecía la dura tarea de Paloma Cuesta. En definitiva, quién no querría ser la esposa de un maestro que además es presidente de la comunidad. Además de tener dos hijos casi perfectos.
Paloma repetía una y otra vez lo envidiosa que era su vecina. La verdad es que estaba actuando a la defensiva, intentando que su marido y ella no tuvieran más que unas breves palabras. Los celos de Paloma Cuesta eran míticos y muy bien representados por Loles León que con solo una mirada los transmitía al público.
De envidiosas hay muchas en este mundo y no solo en la televisión. Sabemos que existen y gracias a Loles León hablamos de ellas abiertamente.
«Mi marido es el presidente de la comunidad»
Loles León era Paloma Cuesta esposa de Juan Cuesta. Este hombre no es un hombre como los demás, es el presidente de la comunidad de vecinos más célebre de la televisión. No fue elegido por casualidad, sino por ser el único que leía y escribía correctamente. Juan no sería Juan, sin una mujer como Paloma al lado.
Ella lo idolatra de todas las formas posibles. Vende el producto que es su marido a los demás y lo defiende a capa y espada. Durante los episodios en los que estaba presente Paloma podíamos ver a un Juan reservado que se escudaba detrás de ella. En su carta de presentación, nunca podía faltar el cargo que ocupaba.
Un presidente que fue más libre sin su mejor fan. Ella lo idolatraba pero no lo amaba como realmente quería.
«Puteríos aquí no, Juan»
Una de las principales preocupaciones de Paloma Cuesta era la llegada de personas nuevas a la comunidad. Ese ambiente que tenía perfectamente controlado se le desvanecía en unos segundos cuando veía por la mirilla a alguien nuevo. Si eran mujeres las que ocupaban los pisos vacíos podía pensar en negativo.
Las putas o mujeres de buen ver podían haber llegado para acabar con la calma de la comunidad de vecinos y provocar una gran oleada de vicio. La vida de puritana que Paloma defendía se truncó cuando su hija fue madre. Que una adolescente escapara de su control y tuviera relaciones fue una de las causas de su precipitada muerte.
Un poco más de sexo no le hubiera venido nada mal a esta mujer de armas tomar. Su relación con el presidente hubiera sido un poco distinta.
«¡Hombre ya!»
Esta es la típica frase que se utiliza cuando no se sabe que decir. Una manera de cerrar y poner punto y finar a una afirmación falsa. Cuando Paloma estallaba en sus ataques de irá y de rabia no podía ser con sus argumentos de persona culta. Necesitaba algo más corto y directo, dos palabras eran suficientes.
Puede parecer la frase de una adolescente sin demasiados argumentos, pero no es así. Se trata de unas palabras que salen de la boca de la mujer del presidente de la comunidad. La primera dama de la comunidad se contagiaba con las largas explicaciones de su marido. Él era el maestro y ella la aprendiza.
El aspecto más choni de Paloma salía la luz con estas dos palabras. Unas de las más utilizadas por la protagonista de esta serie.
«Ahora no, Juan, que me duele la cabeza»
La vida conyugal de los cuesta era uno de los protagonistas de ‘Aquí no hay quien viva’. La pareja por excelencia de esta comunidad de vecinos no pasaba por su mejor momento. eran un matrimonio con hijos mayores que tenía poca química. Cuesta imaginárselos de jóvenes, profundamente enamorados.
Su relación no era más que una farsa televisiva, querían ser la familia modelo pero se quedaban a años luz. Uno de los pilares principales de toda relación es el sexo. En el caso de Paloma y Juan era algo esporádico que solo hacían por error o por accidente. Con frases como “Ahora no Juan, me duele la cabeza”, Paloma cerraba la puerta al amor.
Seguramente Loles León no ha sido la única que ha emitido estas palabras. Noches sin ganas de acción tenemos todos, pero no tan seguidas, pos suerte.
«Juan, a este niño hay que meterle en un internado»
Los hijos del matrimonio Cuesta sufrían los daños colaterales de una pareja que no se entendía. Su hija una adolescente rebelde que se parecía mucho más a su madre de lo que quería reconocer, era una pieza del puzle. Josemi era ese niño regordete que simboliza la generación del “Bollicao” y de los bocadillos de “Nocilla”.
Toda España deseaba tocar esos mofletes e incitarlo a salir de casa. Era un niño que podría ser un vago profesional si dedicará más tiempo a no hacer nada. La desesperación de alguien tan activo como Paloma Cuesta la llevaba a intentar siempre hacer algo por su único hijo. Un internado parecía la solución al problema.
Ojos que no ven corazón que no siente. Eso debía pensar mientras buscaba donde meter a su hijo.
«La masa está manipulada. Todo por el pueblo, pero sin el pueblo»
Paloma Cuesta era en realidad una filosofa disfrazada de ama de casa. Tenía frases realmente espectaculares como esta. El pueblo sobre el cual mandaban los Cuesta. Esa pequeña comunidad de personas frikis que se movían entre la vulgaridad y las risas. Personas varías que se unían en un solo objetivo.
Poner de acuerdo a una serie de personajes tan diversos como los que protagonizaban esta serie era complicado. Paloma afirmaba que eran una masa manipulada por las fuerzas del mal que intentaban que su marido no se mantuviera en el poder. El pueblo quiere que le manden pero sin el pueblo.
Los Cuesta hacían todo por el pueblo, pero a cambio, no recibían su tan ansiada recompensa. Solo les daban dolores de cabeza.
«Que yo te llame borracha no significa que no te aprecie»
Uno de los personajes emblemáticos de la serie era Marisa. Una persona que veía la vida siempre es el vaso medio lleno. Lleno de alegría y de esperanza en poder emigrar a una comunidad de vecinos menos movidita. Paloma sabía identificar perfectamente a las personas estratégicas.
Le gustaba mostrar su superioridad del modo que fuese. En este caso atacaba a Marisa por su más que conocido gusto por las bebidas espirituosas. En el fondo pensaba que era una persona que podía ser su aliada. Una gran fuente de información a la que recurría cuando necesitaba saber más cosas de los vecinos.
Llamar borracha a la cara de una vecina, solo es posible si te llamas Paloma Cuesta y eres la presidenta de la comunidad.









Ana Obregón es una celebrity en mayúsculas de nuestro país. Nadie conoce su edad exacta, se rumorea que supera los 60, de los cuales ha dedicado más de 30 a entretener al público. Esta actriz, presentadora, cantante, bailarina, coreógrafa, guionista, bióloga, escritora y todo lo que decida emprender, es una de las caras más conocidas de la televisión. Su cara y su cuerpo se mantienen siempre intactos, hace unos años era la encargada de anunciar la llegada del buen tiempo
La Nochevieja no había llegado hasta que en televisión española no salía la Obregón. Su sonrisa eterna y sus vestidos con escotes y brillos iluminaban más que cualquier árbol de navidad. Desde 1984 hasta 1998 su presencia era síntoma inequívoco de que había llegado el momento de sentarse a la mesa a comer.
Caliente fue un programa que se emitió en el año 1991 y que combinaba actuaciones musicales con entrevista. Era un formato muy americano que intentaba llegar a España, quien mejor que la mujer que triunfó en Hollywood: Anita Obregón para llevarlo a cabo.
¿Qué apostamos? marcó un antes y un después en la carrera de Ana Obregón, fue uno de los programas de más éxito de TV1. Junto a su compañero Ramón García, Anita nos ofrecía grandes momentos de emociones y se sonrisas.
Hoy en día los programas de cambió de imagen están en casi todas las televisiones, son un referente en el que muchas personas se miran para conseguir tener ese aspecto que necesitan. A principios del milenio la Obregón sabía perfectamente el potencial de este tipo de formatos y decidió presentar su propio show, que tenía como nombre el Patito Feo.
La reina de los posados veraniegos fue la escogida para realizar este programa en TV1, su cadena de referencia. La Obregón nos ofrecía sus profundas presentaciones y un poco de espectáculo en este programa que solo duró una temporada.
La Obregón emprendió un viaje de descubrimiento interior y de conocimiento de la geografía española a través de este programa que emitió TV1.
La estrella de los especiales de Nochevieja, intentó en el 2012 hacerse con otro espacio igual de entrañable. En la noche más esperada por niños y padres de este país la de Reyes, la Obregón intentó eclipsar a sus majestades con un programa de variedades que duró solo una emisión.
Las personas mayores de 65 años, seguramente son los más fans de este programa, que ofrece cada sábado actuaciones espectaculares y versiones de grandes éxitos. Música y baile de toda la vida para acompañar las veladas con los amigos, recordar viejos tiempo y ver la siempre joven Anita Obregón con sus trajes de gala, dando paso a los invitados.
Kim Kardashian tiene un reality propio, es lógico que nuestra celebrity Ana Obregón, tenga uno propio. Ver como se desarrolla su día a día, junto a sus asistentes, que le preparan la comida, la mantienen en forma y hacen que su vida sea todo un cuento de hadas, es realmente apasionante. ¿Qué comerá la Obregón para desayunar? ¿Solo café o tostadas?



















































































































