La manzana confitada es aquella está cubierta de una capa de azúcar de caramelo. Esta cubierta varía de un lugar a otro, son casi siempre servidas con un palillo en el centro haciendo que sean más fáciles de comer y son muy populares en fiestas o ferias, también como dulce saludable para los niños. Seguro que las habrás probado en alguna ocasión y si te pica el gusanillo de poder hacerlas en tu propia casa hoy te traemos la solución: te explicaremos cómo elaborar este dulce de forma sencilla.
Historia de la manzana confitada

La manzana confitada no es un dulce tan tradicional como se puede pensar, y es que tiene menos de un siglo de historia. Su origen se remonta al año 1908 en Norteamérica. William W. Kolb, un creador de caramelos de New Jersey, estaba haciendo pruebas con un caramelo de canela roja, ¿acaso creías que era un producto ancestral? Pues nada más lejos de la realidad.
La tienda de este repostero fue la primera en ofrecer estas manzanas confitadas, y fue así porque se planteó este postre para decorar su escaparate de cara a las fiestas de Navidad. La idea de Kolb fue todo un éxito y se fue haciendo cada vez más popular. Un tiempo más tarde se extendió por toda Europa a partir de su entrada por Inglaterra.
Ingredientes para la manzana confitada

Para elaborar cualquier tipo de fruta confitada lo ideal es utilizar piezas de muy buena calidad y que estén ya bastante maduras. A poder ser, que no presenten ningún tipo de golpe o de defecto. Esto, por supuesto, también es válido para la manzana confitada.
Tomando este condicionante en cuenta, lo que vas a necesitar para la receta de este dulce va a ser 6 manzanas, azúcar, mantequilla, 1 cucharada de canela en polvo y crema inglesa o natillas. Cabe decir que a mayor calidad de todos los ingredientes en general mejor será el resultado final.
Preparación para la manzana confitada

La preparación de la manzana confitada o caramelizada es realmente sencilla, probablemente la labor más esencial será encontrar una serie de ingredientes de buena calidad para la receta. Lo primero que se hace es preparar un molde redondo que se untará con mantequilla para que no se peguen las manzanas.
Estas se pelan, se les quita el corazón y se cortan en rodajas del mismo tamaño. Se mezclan en un bol la canela con unos 100 gramos de mantequilla y se bate hasta tener lista una especie de salsa con todo el sabor de la canela.
La elaboración

Para adentrarnos ya en la elaboración de la receta lo primero será poner en la fuente para horno una capa de manzanas. Encima se espolvorea un poco de azúcar y la mezcla de mantequilla con la canela, y si esta ha quedado muy sólida se le añaden algunos trozos bien repartidos. Después se va repitiendo la operación, se ponen las rodajas de manzana y encima el azúcar, después la mantequilla con la canela.
A continuación, se introduce la bandeja con las manzanas directamente al horno a una temperatura de 180º durante unos 45 minutos hasta que se hayan dorado bien. Para completar esta elaboración, mientras se cocinan las manzanas se pueden hacer unas natillas, una crema inglesa o directamente se pueden servir con un yogur natural.
El toque final para la manzana confitada

Cuando se observe que las manzanas se han dorado por encima y se ha creado una muy visible capa superior se deben retirar ya del horno. En este punto se debe esperar a que se enfríe la bandeja para servir. Se puede preparar este postre con antelación y así servir cuando ya esté en la temperatura adecuada.
Para emplatar, se coloca un trocito de estas capas de manzanas, por encima se le añade un poco de crema o yogur y se decora con un poco más de canela en polvo. Con esto ya tendrás listo un postre sencillo, a gusto de todos y mucho más saludable que cualquier opción del mercado.
Propiedades de la fruta confitada

La manzana no es la única fruta que se puede confitar, así que podrás utilizar esta receta con otro tipo de variedades y obtener resultados excelentes. En general, la fruta confitada tiene muchas propiedades y cualidades que la convierten en un recurso muy útil a la hora de alimentarse o de consumir dulces. La más destacada es su capacidad para mantenerse en condiciones óptimas.
Esta capa de azúcar característica que rodea a la fruta confitada permite que las piezas se puedan conservar durante años, sin necesidad de añadirle productos químicos negativos para la salud. Otra propiedad interesante es que son piezas que conservan su sabor, jugosidad, su color, textura, aroma y gusto, así que mantiene muchas de las cualidades de la fruta fresca.