Odisea del Kiko Rivera, Anabel Pantoja, Isa Pantoja y Raquel Bollo. Ninguno dudó en viajar de La Graciosa a Cantora, por ferry, aviones y coche de por medio, para despedirse definitivamente de la matriarca del clan. Y eso que Isabel y Agustín Pantoja les habían ocultado su muerte…
Isabel y Agustín Pantoja ocultan la muerte de Doña Ana a sus propios nietos
>Sí porque, en la tarde del 30 de septiembre, incineraron a Doña Ana, lo que supone que esta había muerto el paso martes, por la tarde… Aunque no se certificó su muerte hasta bien entrada la madrugada. ¿No se dieron cuenta de que había fallecido? ¿No pudo llegar los servicios sanitarios antes para certificar la muerte? De nuevo, un suceso muy pero que muy extraño en Villa Cantora. Recordando a Mila Ximénez: «siniestro, oscuro»… Y es que sin duda, no había mejores adjetivos elegidos.
El caso es que hasta que no estaban todos en La Graciosa y bien entrada la mañana, las 10, no se enteraron que su querida abuela había fallecido. ¿A qué esperaban en Cantora?
La Pantoja, aunque está muy destrozada, se la juega a sus hijos y a sus nietos, con la muerte de Doña Ana.
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La crítica injusta a la boda de Anabel con Omar Sánchez

>Si bien es cierto que se puede pensar que es un acto de generosidad por parte de la tonadillera y su otro hijo, no es menos cierto que a quién le corresponde esa decisión es a ellos. Primero se informa y luego ellos que decidan, por mucho que estuvieran de ‘boda’ y fuera a altas horas de la mañana…
Tampoco es de recibo las críticas que han recibido que dicen, que deberían haber suspendido la fiesta del enlace, porque ya se sabía que Doña Ana estaba mala. Pero vamos a recordar, que la madre de Isabel Pantoja lleva mala ya unos años. De hecho, la gran artista tenía firmada una cláusula cuando fue a la isla por si su madre fallecía. Y es que, su delicado de salud, era uno de los mayores inconvenientes de la reputada cantante para participar en Supervivientes.
Desde aquel, entonces ya venía arrastrando problemas de salud, y su triste pérdida podía haber sucedido en cualquier momento.
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Los Rivera Pantoja y los Bollo deciden abandonar La Graciosa y el ambiente de boda para estar en familia

>Sabiendo el cariño que profesaban todos a Doña Ana, lo normal es que les hubieran comunicado el triste fallecimiento, antes de enterarse por la prensa.
Sin embargo, tanto la novia de Omar Sánchez, como el Dj e Isa Pantoja, lo tuvieron muy claro… Regresar a la península por tierra, mar y aire tardando y costando lo que fuera…
A esta decisión se unía otra, y es que Isabel Pantoja no tiene relación prácticamente con los suyos y cuanto menos con Kiko con el que no se habla. La última vez que Chabelita tuvo que entrar en la gran finca de Paquirri, lo tuvo que hacer saltando… Para entrar y para salir. Sin embargo, ni eso les ha parado…
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Una odisea por ferri, dos aviones y coche… todo por llegar a Cantora

>Los tres, unidos más que nunca, y en compañía de Raquel Bollo y Manuel Cortés, dejaban La Graciosa y los fastos de la tan fastidiada boda de Anabel Pantoja.
Y es que la boda de Anabel también se está convirtiendo en otra odisea. La joven tuvo que posponer su enlace debido a la pandemia y debido a ver, como estaba la situación delicada de Doña Ana.
Tras tomar la decisión de regresar de La Graciosa a Cantora y coger un ferry de la pequeña isla a Lanzarote, de ahí un avión a Gran Canaria y de Las Palmas otro a Sevilla para poder darle el último adiós a su abuela Ana y reencontrarse con su madre, Isabel Pantoja, Kiko Rivera aterrizaba en su ciudad convirtiéndose en el protagonista de la llegada mientras que su hermana Isa Pantoja, su prima Anabel Pantoja y Raquel Bollo salían por otra puerta evitando así las preguntas de la prensa.
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Kiko Rivera y el amor por su madre Isabel Pantoja tras la muerte de Doña Ana

>A pesar de la guerra que mantiene con su madre, el Dj decidió viajar a pocas horas de la boda de su prima. Todo para acompañar a Isabel Pantoja en este duro trance que está viviendo tras la pérdida de su madre, doña Ana. Él es sabedor de la relación especial que tenían y él, a pesar de todo lo sucedido, adora a su madre.
«Se me ha muerto mi abuela, pero a mi madre, sea de la manera que sea, se le ha muerto su madre. Voy a Cantora, y si me dejan pasar, daré un abrazo a mi madre y me iré. Y si no me dejan pasar, me iré igualmente. Así que creo que es el momento de aparcar ciertas cosas y tirar para adelante», aseguraba Kiko antes de abandonar La Graciosa en la tarde de este miércoles.
Horas después, visiblemente cansado y triste, el marido de Irene Rosales aterrizaba en Sevilla, donde le esperaba Manuel Cortés para acompañarlo hasta Cantora y afrontar uno de los momentos más complicados de su vida, al reencontrarse un año después con su madre en las peores circunstancias imaginables. Muy serio y ocultando su dolor tras unas gafas de sol, Kiko guardaba silencio y rogaba con un «por favor» que respetásemos su dolor e el último adiós a su abuela.