La colaboradora más polémica de Sálvame ha vuelto a poner en jaque a la audiencia. Su comentario sobre Luis Miguel Rodríguez, el exnovio de Ágatha Ruiz de la Prada, burlándose de un defecto físico hace que de nuevo se cuestione hasta qué punto son admisibles ciertas bromas. ¿Qué opinaría Belén si ese comentario lo hubiesen hecho sobre ella o algún familiar cercano?
Pide respeto y madurez en las opiniones
> Si hay algo que ya es todo un clásico en Sálvame son los ataques desmedidos hacia los que cargan contra el formato. Ataques en los que todo vale, incluso las burlas sobre el aspecto. Pero también es un clásico la enfervorizada defensa que la “Princesa del Pueblo” hace ante estas causas: reprocha a sus compañeros de inmediato sus burlas y pide que se opine con madurez y respeto siempre.
Como ella misma sostiene, “hay que decir lo que está bien y lo que está mal”, pero nunca cayendo en el infantilismo de ridiculizar a alguien por algo relacionado con el físico, ya sea la altura, el peso, una sonrisa poco armónica, la calvicie de algún compañero, el estrabismo en algunas miradas… Precisamente por eso ha sorprendido tanto su última opinión, un comentario que chirría respecto a su conducta habitual.
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Se descubre su verdadera cara
> A eso de las ocho de la tarde del pasado martes, “las Mellis” entraban en directo en Sálvame para destapar un desconcertante asunto. Luis Miguel Rodríguez, ahora expareja de Ágatha Ruiz de la Prada, se ha visto envuelto en la polémica en los últimos días a raíz, precisamente, de unas fotos donde se le podía ver en una actitud muy cariñosa junto a una ex de Kiko Rivera. Estas fotos habrían sido, supuestamente, el motivo de su estrepitosa ruptura con la diseñadora.
Una de las conquistas de Luis Miguel en el pasado, Raquel “de las Mellis”, procedía entonces a relatar una de las cenas que tuvieron siendo pareja en la que sucedió algo sorprendente. “Luismi”, como así le llaman sus cercanos, recibía un cariñoso mensaje de la mismísima Lydia Lozano. En él le agradecía su hospitalidad como anfitrión en la fiesta en su casa a la que había asistido la noche anterior. El comentario de Belén Esteban no se hacía esperar, aunque no era exactamente sobre la información que se trataba… Dejaba ver así su verdadera cara.
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Se ríe de un defecto físico
> Mientras Lydia Lozano procedía a responder a Las Mellis, Belén Esteban se apresuraba a hablar por encima para decir: “¡Luis Miguel es un hombre de buen ver!” Lydia, ajena a la provocación, continuaba con su discurso, donde revelaba que el ex de la diseñadora y ella son íntimos amigos. Lo cierto es que ese “de muy buen ver”, iba con una clara segunda intención: reírse del estrabismo del empresario.
A pesar de repetir la frase en reiteradas ocasiones, sus compañeros evitaban entrar al trapo, por lo que la de Paracuellos atacaba de nuevo. Lydia Lozano, paralelamente, reconocía que sí le mandó al empresario ese polémico mensaje, algo que aprovechaba Belén para preguntar irónicamente: “¿Pero cómo leyó Luis Miguel el WhatsApp?”. La burla ya era evidente, y las risas entre algunos colaboradores no tardaban en aflorar.
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Exige respeto para su hija
> Sin duda, la mayor lucha de la madrileña con los compañeros del medio, ha sido siempre por exigir la privacidad y el respeto que su hija merece. De hecho, uno de los conflictos más sonados de la colaboradora vino a raíz de unos comentarios que realizó Carmen Lomana sobre el aspecto físico de su hija.
Belén contratacaba entonces con todo su arsenal y amenazaba con tomar medidas legales. El daño que las opiniones irrespetuosas de algunos periodistas han hecho a Andrea Janeiro y, por extensión, a su madre, es el leitmotiv de Belén para soltar una buena reprimenda a todo aquel que juegue con la apariencia de los demás y caiga en el insulto fácil. ¿Por qué lo hace ella ahora entonces?
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Las operaciones estéticas de Belén Esteban
> El insulto hacia Luismi haciendo alusión a su estrabismo ha causado la indignación de varios colectivos, que no entienden cómo ella, precisamente, habla de esa manera sobre el aspecto. Si hay alguien que ha sido atacada, vejada y ridiculizada por su físico, esa ha sido Belén Esteban, que desde comenzó su andadura televisiva ha estado sometida a la tiranía de la imagen, y sabe bien lo que supone salir en pantalla.
Exponerse a las críticas de aliados y detractores le ha llevado en varias ocasiones a someterse a operaciones de estética para modificar su aspecto. Su nariz, sus labios, sus bolsas o sus dientes son solo algunos de los elementos que la colaboradora ha querido retocar para verse mejor. ¿Habría encajado bien un comentario similar de ser ella la que tuviera estrabismo? ¿Habría querido pasar por quirófano para eliminarlo?