‘Gran Hermano’ ya no es lo que era para la vida profesional de los concursantes en lo que a televisión se refiere. Miguel Vilas fue, sin lugar a dudas, uno de los protagonistas de la décimo séptima edición de ‘Gran Hermano’. Sus líos heteroflexibles con su ex amigo Pol y los insultos de una celópata Adara lo hicieron estar en el ojo del huracán constante, pero lejos de vivir una historia ajena, Miguel tenía una propia: obsesionado por la perfección física y la belleza, el joven lloraba amargas lágrimas por la supuesta alopecia que padecía y además, nos vendió a todos la historia de que vivía poniéndose y quitándose una prótesis capilar. Un peluquín, vaya.
Tras su salida de la casa y ni un plató de televisión a sus espaldas, Miguel hace su vida en la búsqueda constante del Nirvana de la belleza. No sabemos si lo conseguirá para sí, pero a todos nos dejó impactados cuando la semana pasada publicaba en su Instagram una imagen con un texto en el que rezaba lo siguiente: «Hace 3 meses cambié mi estilo de vida, pero no es rentable a fin de mes! Hoy me someto a mi mayor cambio! Entro al quirófano. Nos vemos pronto!»
El resultado ha sido, cuando menos, inquietante: pómulos, frente, nariz y cuello es lo que marcaba el cirujano con rotulador para controlar los cortes y las incisiones. ¿Qué es realmente lo que se ha hecho Miguel? Ojo al resultado final:
«FELIZ de conseguir labrar la mejor versión de mí mismo! «Si no arriesgas no ganas». Y sí, sigo siendo EL GANADOR DE MI PUTA VIDA! Os QUIERO!», es el texto que acompaña a la foto de Miguel que, lejos de ser aquel chico alopécico, ahora luce melenón y nuevo rostro. 17.000 likes en su foto y más de 5000 comentarios entre loas y críticas. ¿Qué os parece a vosotros?
En declaraciones exclusivas para Cotilleo.es tuvimos a Christina Rapado, ex mejor amiga de Miguel y a quien ya en su momento tachó de «farsante», entre otras lindezas…
