La separación de María Teresa Campos y Bigote Arrocet ha sido la última gran campanada rosa del 2019. La cuestión es que los que antes azuzaban a Las Campos ahora se han lanzado en tromba contra el humorista. Mientras tanto, Bigote se encuentra en Londres disfrutando de la compañía de su hijo Maximiliano, su nuera y su nieto. Desde allí, le llegan los ecos de la campaña de acoso y derribo que se ha iniciado contra él. Y como de tonto no tiene un pelo, Bigote barrunta que son María Teresa y sus hijas quienes tiran a dar. La guerra no ha hecho más que empezar. Te lo contamos todo a continuación.
María Teresa, una mujer complicada
> María Teresa Campos y Bigote Arrocet se reencontraron en momentos muy diferentes de su vida. Ella había renunciado al amor y él estaba roto por la muerte de su esposa. La cosa empezó tímidamente y cuajó. Desde entonces, la pareja estuvo en el ojo del huracán. Se hablado de infidelidades y también de lucro económico por parte del chileno. Mientras tanto, a la presentadora se la ha presentado como la sufridora en casa.
Lo cierto es que María Teresa no es una mujer fácil para convivir. Está acostumbrada a llevar la voz cantante en las relaciones. Así las cosas, el hecho de emparejarse con alguien acostumbrado a volar solo ha sido motivo de conflicto desde el principio. Tampoco ha ayudado en exceso el papel protector y hasta vigilante de Carmen y Terelu. Demasiadas personas opinando sobre una cuestión que solo pertenece a dos.
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Crónica de una ruptura anunciada
> La ruptura de Bigote y María Teresa no ha sido una sorpresa. La pareja arrastraba una fuerte crisis desde hacía tiempo. La presentadora insistía en domar al indomable humorista. No se puede poner puertas al campo. Nunca una frase tuvo mayor sentido. Teresa sabía de sobra cómo era su novio. Por tanto, no ha habido sorpresa, más allá de su insistencia en cambiarle.
Arrocet ha puesto rumbo a Londres para disfrutar de la Navidad con su hijo mayor. Desde allí le llegan los ecos que la separación ha levantado. Tiene claro que alguien ha encendido el ventilador y sospecha que María Teresa y sus hijas están detrás. Se muestra sorprendido por el hecho de que quienes antes tiraban a dar contra la comunicadora, ahora lo hagan contra él. Marramiau, dijo el gato.
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La mano que mece la cuna
> Están saliendo a la palestra informaciones que solo los íntimos de la ex pareja conocen. Esto hace que Bigote se sienta traicionado y muy dolido. A él le achacan ahora todos los males cuando también ha recibido lo suyo. No ha sido un camino de rosas lidiar con María Teresa y familia. Las Campos son complicadas. Les gusta dominar y mandar. Eso no va con Arrocet. En cuanto a su forma de ser, no ha habido engaño. El humorista le explicó a la comunicadora sus costumbres. Que le gustaba viajar, que necesitaba su espacio y que no iba a estar bajo sus faldas.
En cuanto al tema económico, Arrocet tiene la vida solucionada. Los más jóvenes del lugar no conocen su carrera. Trabajó y ganó mucho dinero en su época artística. Fue previsor, guardó e invirtió. Y a eso se dedica desde hace años, a hacer negocios. No es el aprovechado que quieren pintar. De hecho, María Teresa confesó que le dejó dinero cuando lo necesitó.
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Carmen Borrego quiso manejar a Bigote
> Ahora se acusa a Bigote de rentabilizar la relación con María Teresa. Sin embargo, se ignora que Carmen Borrego quiso ser su manager. De hecho, intentó que el humorista aceptara que negociase una entrevista en el papel cuché pero Arrocet la dirigió a su representante. Alguien con quien trabaja desde hace muchos años. Esto no gustó a Carmen, que se sintió ninguneada. Mucha tela que cortar el papel que jugó la Borrego durante la época en que Bigote estuvo en Supervivientes. Fue su catapulta a los platós. Se apropió de un protagonismo que no fue del agrado del artista, que había dado instrucciones a los suyos que no salieran a la palestra. La única persona designada por él para ir a los platós era Silvia Tortosa. Tuvo poco protagonismo porque Carmen se lo robó.