Saray, la ex concursante más polémica de MasterChef, ha hablado sobre las supuestas amenazas que le habría hecho la productora del programa. Esta vez el final de MasterChef con la victoria de Ana Iglesias enseguida ha dejado de ser noticia, las entrevistas a la flamante ganadora ya lo han dado todo de sí. Pero lo que sí queda es el sabor a mal rollo y la polémica. Porque sin lugar a dudas esta ha sido la edición con más mal rollo de toda la historia del concurso, en la que muy pocos han salido bien parados.
Saray la polémica perdiz

Y el nombre propio de la polémica en esta edición ha sido sin duda Saray. En un principio, Saray la lio parda con su perdiz sin desplumar siquiera, ya conocida como “la perdiz moribunda”. A partir de ahí, todo saltó por los aires, porque si desde el programa creían que con su expulsión estaba todo zanjado lo cierto es que la guerra no había hecho más que empezar
La productora trató de hacer muy discreta la aparición de Saray en la final de MasterChef8, quizás para tirar millas y que la gente se fuese olvidando del tema. Que ya sabemos que en estos tiempos somos todos de memoria frágil y nos olvidamos rápido de los que en un momento fueron protagonistas de la tele siempre que nos den otra cosa en bandeja.
Las normas que firman los concursantes antes de entrar

Pero parece que el tufo de la perdiz muerta ha quedado pululando por el ambiente y consigue envenenar todo lo relativo al concurso de cocina más popular de nuestro país. Tras su expulsión, Saray se saltó todas las normas de programa, ya al margen de su actuación en el concurso, supuestamente revelando el nombre de la ganadora mucho antes de que se emitiese la final, un incumplimiento claro de su contrato con la productora Shine Iberia.
Se supone que todos los concursantes al aceptar entrar en el concurso firman una clausula en el contrato donde se estipula el pago de una sanción si se saltan esta norma. Concretamente en este particular caso la multa ascendería nada menos que a 100.000 euros. Ahora lleva tiempo circulando que Saray ha revelado el nombre de la ganadora antes de tiempo, pero ella en una entrevista concedida a El Confi TV lo ha desmentido “»Eso de que yo he filtrado la lista de los ganadores es totalmente falso, es un bulo» y continúa «Yo ni de coña he filtrado ni la ganadora ni los finalistas. No soy tan tonta de filtrar esa información para que caiga una multa de 100.000 euros. Si se me hubiera ido la pinza lo hubiera hecho en el momento en el que estuve superenfadada, no a dos semanas de que termine la final».
Sin embargo, algunos usuarios mantienen que lo subió como imagen en una de las stories. Veremos al final si conseguimos enterarnos de en qué queda la cosa.
Los problemas con el jurado

Pero Saray ha ido más allá y ha comentado sus desencuentros con el jurado del programa al que tiene cruzado. En especial a Jordi Cruz, con quien se ha despachado a gusto con originales insultos como «payaso», «enano» o «playmóbil». Sin embargo, mantuvo que Samantha siempre la trató bien y que con Pepe no tuvo trato. Según su versión «detrás de cámara, el jurado es seco y no tienen relación con los aspirantes«. Y es que la verborrea de Saray da para mucho y a pesar de que el concurso ya se ha terminado ella consigue mantenerse en el foco.
Lo ha hecho hablando de la dinámica del programa, contando por ejemplo que «Un redactor me pedía que cantara en las cocinas y luego el jurado me decía ‘Saray, has cantado en las cocinas, no te lo tomas en serio‘». Mantiene que «cuento la verdad porque me veo en la necesidad de que la gente conozca la otra parte«
Por ejemplo, en una entrevista que concedió al programa «Va de tele» contó como desde la productora del programa la han vetado “quieren ser mis representantes pero me bloquean” afirma la cordobesa, que también ha explicado las supuestas advertencias que le habrían llegado a hacer: “Tú eres una muerta de hambre, nosotros tenemos mucho dinero y te vamos a arruinar la vida. Vas a tener que trabajar toda tu vida para pagarnos”.
Tampoco dejó en buen lugar a sus compañeros

Tampoco se corta a la hora de hablar de sus compañeros y de las diferencias que mantuvo con ellos: “Mis compañeros eran todos sumisos y borreguitos. Yo no. Era distinta sin chupar el culo a nadie para seguir en Masterchef”.
Lo más curioso es que en un principio se especuló con la idea de que Saray quisiese utilizar el concurso de MasterChef como una especie de plataforma que la llevase a otros platós de televisión, pero parece que la cosa no va por ahí, Saray afirma que aunque ha recibido varias ofertas “ahora quiero tranquilidad”.
Un final poco feliz

También ha afirmado que a pesar de las advertencias “no creo que MasterChef me vaya a mandar un matón para contarme el pescuezo«, manteniendo que sabían lo que hacían cuando la llamaron a participar en el programa, diciendo que entró en el concurso por “ser gitana, por ser trans y por ser fuego, que saben que me enciendo rápido» y matizando que ella sí se presentó al concurso, pero que no fue quien llamó para entrar.
Y es que una de las cuestiones que este año han quedado más en entredicho de MasterChef es el proceso de selección de los concursantes que obviamente no atiende a cuestiones de cocina sino de otro tipo de intereses que logren despertar la atención de la audiencia. En fin, que la edición octava de MasterChef ha llegado a la final, pero nadie ha comido perdices.