El joven permanece ingresado en una clínica especializada en salud mental desde el año 2017 y, a pesar de que ya se ha acostumbrado a su vida hospitalaria, lo cierto es que de un tiempo a esta parte atraviesa una profunda crisis que lo ha dejado tocado y hundido. José Fernando pasa por un momento muy complicado que tiene en vilo a su familia, especialmente a su padre. José Ortega Cano está muy preocupado por su hijo, y no es para menos, teniendo en cuenta la difícil situación en la que se encuentra. ¿Quieres saber qué ha pasado y conocer todos los detalles? Sigue leyendo, te lo contamos a continuación.
La única salvación de José Fernando
> La muerte de la más grande afectó especialmente a su hijo mediano, que por aquel entonces estaba a punto de abrazar la adolescencia. El trauma le llevó a convertirse en un chico algo conflictivo, que frecuentaba las malas compañías y coqueteaba con las drogas. Fueron varios los episodios en los que José Fernando se enfrentó con las autoridades, llegando incluso a entrar a prisión tras un encontronazo con la policía. Su padre no sabía qué hacer para ayudar a su hijo, que parecía empeñado en mandar su vida al traste, y finalmente se decidió a internarlo en el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos para que recibiera tratamiento de sus problemas de adicciones y de las secuelas que estos le habían dejado. Allí permanece desde el año 2017, y el hermetismo respecto a su estado de salud es total.
Apenas llegan noticias de la clínica, y Ortega Cano se limita a explicar que el joven “se encuentra bien” cada vez que la prensa le pregunta por él. Sin embargo, según las últimas informaciones que han llegado desde el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos apuntan en la dirección contraria, y por lo visto José Fernando no está pasando por su mejor momento en la clínica. Su padre es consciente de que el joven atraviesa una etapa complicada, y le atormenta la idea de no poder hacer nada al respecto. ¿Quieres saber qué ha pasado y conocer todos los detalles? Sigue leyendo, te lo contamos todo en la página siguiente.
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Ortega Cano, muy preocupado por su hijo
> Para el joven no debe ser fácil permanecer ingresado en el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos desde el año 2017, alejado de su familia y de sus seres queridos. Para hacerle más amena su estancia, su padre y su hermana se acercaban cada semana hasta la clínica para reunirse con él y disfrutar de un rato agradable, pero la crisis sanitaria provocada por el coronavirus lo ha cambiado todo. Tal y como adelantó este portal, el psiquiátrico cerró las puertas a cal y canto e impuso estrictas limitaciones a las visitas para proteger de la enfermedad tanto a los pacientes como a los profesionales que velan por su bienestar. Ahora, La Razón ha confirmado que José Fernando no ve a Ortega Cano ni a Gloria Camila desde Navidad, “además los encuentros fueron más cortos de lo habitual y se han llevado a cabo a través de una mampara”, tal y como ha revelado una trabajadora.
A José Fernando se le está haciendo muy cuesta arriba no poder ver a sus seres queridos y la sensación de aislamiento ya está haciendo mella en su estado anímico, pero su familia también sufre con esta dolorosa situación. En su día, ya vimos llorar a Gloria Camila por no poder reunirse con su hermano tanto como a ella le gustaría, y lo cierto es que para Ortega Cano tampoco es plato de buen gusto que su hijo esté pasando por esto sin poder hacer nada al respecto. Solo le queda esperar a que la pandemia de coronavirus llegue a su fin y el mundo entero pueda recuperar la normalidad, la de verdad. Eso sí, al final del túnel ya se ve una luz que ha llenado de esperanza a toda la familia. Te contamos de qué se trata en la página siguiente.
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La única esperanza de José Fernando y Ortega Cano
> Todo el mundo mira con optimismo y con ilusión a las vacunas que podrían poner fin a la pandemia de coronavirus que asola al mundo, y aunque la campaña avanza a pasos muy pequeños en España, lo cierto es que los sectores más vulnerables de la población ya han empezado a inmunizarse frente a la enfermedad. Entre ellos, los pacientes del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, que ya han recibido la primera dosis de la inyección. Al menos, así lo ha asegurado una de las trabajadoras de la clínica a La Razón. Se trata de la última esperanza a la que pueden aferrarse José Fernando y su familia, puesto que lo más probable es que el psiquiátrico suavice las restricciones a las visitas en cuanto todos sus pacientes estén protegidos ante la COVID-19.
Además, a sus 67 años, se espera que Ortega Cano también reciba la vacuna más pronto que tarde, lo que de seguro le abrirá las puertas del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos para poder reunirse con su hijo libremente, sin restricciones de tiempo ni mamparas por el medio. De momento, tendrán que esperar a que llegue este anhelado momento, conformándose con las videoconferencias que les permiten ponerse al día desde la distancia.
Según se desliza desde La Razón, a José Fernando se le permite utilizar el teléfono móvil unas cuantas horas al día, y aprovecha para ponerse en contacto con sus seres queridos. De hecho, Michu, su pareja y madre de su hija, publicó una fotografía en la sección de historias de su cuenta de Instagram en la que se mostraba manteniendo una conversación telemática con el joven y con la pequeña María del Rocío, demostrando así que, pese a la adversidad, siguen tan unidos como siempre.