Con motivo de la actualidad política actual en plena campaña política por las elecciones del 4 de mayo en Madrid, Ana Rosa Quintana ha desvelado uno de los peores capítulos de su vida. Lo ha hecho ante la atenta mirada de sus compañeros y espectadores y ha puesto el grito en el cielo ante lo que hoy en día es un hecho, las personas tienen derecho a respirar libremente sin que nadie le coarte dicha libertad. Hubo un tiempo en el que la presentadora de El Programa de Ana Rosa tenía tanto miedo que hasta tuvo que tomar una seria medida para cortar de raíz el serio problema por el que atravesaba y que no le dejaba ni tan siquiera dormir en paz. Si deseas descubrir todo lo que ha contado, te lo narramos con pelos y señales a continuación.
Ana Rosa Quintana confiesa por primera vez que estuvo amenazada
> A raíz de las polémicas cartas y amenazas a políticos durante la campaña política por la presidencia de Madrid, Ana Rosa Quintana se ha mostrado tajante. Ha condenado duramente estos hechos y ha criticado a todo aquel que los profiera. Mientras los colaboradores de plató comentaban la situación que en estos momentos se vive, la periodista tomaba la palabra para desvelar una historia personal referida a este tema que no ha dejado a nadie indiferente.
Hasta ahora, nunca habría confesado nada similar. Un tema, de su estricta intimidad que con referencia al caso que les ocupaba ha decidido contar en directo para que todo el mundo conociera los trágicos momentos que puede vivir una persona que se encuentra amenazada, como lo estuvo ella hace ya algún tiempo.
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Contrató a un guardia de seguridad y lo tuvo durmiendo el sofá de su casa
> No ha dudado en desvelar que hace mucho tiempo, ella misma se vio en la misma situación que ahora se ven algunos de los políticos y ministros del gobierno de España, amenazada. Es por dicho motivo por el que tuvo que contratar a una persona que cuidara de ella y de los suyos protegiéndola frente a los desdichados, un agente de seguridad privada.
«Yo tuve que tener una persona de seguridad durmiendo en el sofá de mi casa, en el salón», aseguraba para hacer ver hasta qué punto podría llegar un delito que puede convertirse en un infierno para quien lo sufre. Además, ha revelado el buen hacer de la policía en estos casos. «Estas cosas se saben, la policía sabe lo que tiene que hacer, tú vas a la policía y te dicen: tranquilidad, déjanos investigar«, ha desvelado según su experiencia en primera persona, la cual, no le gustaría tener que volver a revivir.
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«Fue hace mucho tiempo, no se lo he dicho a nadie»
> Ana Rosa Quintana ha insistido y recalcado dos partes de su relato que no ha tenido lugar ahora sino hace ya muchos años y que nunca ha contado a nadie dicha situación, por tanto, solo lo sabían los miembros de su familia que vivían en su domicilio. «Yo no se lo he dicho a nadie, de verdad, hace mucho tiempo no ahora», concluye.
Además, ha advertido que hay que tener mucho cuidado en hacer públicas dichas amenazas pues pueden resurgir e incluso multiplicarse, tal y como ya ha pasado. También ha querido dejar claro que para ella y según su opinión, no es una manera de conseguir votos, pues en el pasado, otros políticos también recibían mensajes terroristas y no lo usaron para ponerse medallas.
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«¡Usted me está señalando!»
> Ana Rosa Quintana no soporta que le digan lo que tiene que hacer, mucho menos lo que pensar. Ha dejado claro que nadie cambiará su manera de ver el mundo, tampoco los políticos y ha lanzado un contundente mensaje desde plató al que es hoy, uno de sus mayores enemigos, el candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid Pablo Iglesias. «Usted me está señalando, esto sí que es fascismo puro y duro. Eso no es democrático, es un fascista y los demás somos informadores que tenemos cierta información y contamos lo que ocurre».
«Yo no tengo 26 guardaespaldas, vivo en Madrid en una casa normal con mis hijos, voy al mercado, al parque o al centro de salud. Es gravísimo que un partido ponga una diana a los periodistas desde el coche oficial y con guardaespaldas», ha sentenciado rotunda esperando que el político no vuelva a meterse en sus asuntos y dejando claro quien es a día de hoy la reina de las mañanas.