¿Cosa de magia? Si hay una película que la gente no olvida esa es la de El Mago de Oz. El film protagonizado por una jovencísima Judy Garland ha traspasado generaciones. Su original historia en la que una una niña acaba en un mundo de fantasía tras haber sido arrollada por un tornado en Kansas para ser 1939 rompía todos los moldes. De esa película existe un codiciado complemento que todos los coleccionistas están buscando, los zapatos de rubí que llevaba la actriz. Sin embargo, la historia de su vestido es aún más sorprendente… ¡No dudes en seguir leyendo para descubrirla!
«Totó, creo que ya no estamos en Kansas»

>«Totó, creo que ya no estamos en Kansas«, es una de las frases de la película que más recordamos. Se ha convertido en historia del cine. Tanto como el seguir el camino de baldosas amarillas. Y parece que alguien lo ha hecho. El vestido que lucía Judy Garland en el film tiene mucha más historia de la que nos pensábamos. Y es que ya lo decíamos, todo el mundo se fijaba en esos zapatos pero nada en el icónico vestido. Alguien por fin lo ha encontrado después de haber estado perdido nada más y nada menos que unos 50 años.
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El vestido fue donado por la actriz y amiga de Garland, Mercedes McCambridge

>Este vestuario fue donado a la Catholic University of America, una universidad privada, católica que se encuentra ubicada en Washington D.C. Desde hace más de 200 años que se fundó y hasta ahora no se ha convertido en noticia. Al parecer, el vestido acabó en la institución debido a que fue un regalo de la actriz Mercedes McCambridge. Esta actriz era muy amiga de Garland y según ha relatado el The Washington Post, regaló el popular vestido al reverendo Gilbert Hartke. ¿Por qué a esta persona?
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Un año después de su donación, el vestido se perdió

>Pues el reverendo Gilbert Hartke era nada más y nada menos que el líder del programa de teatro. Mercedes McCambridge tenía una gran relación con él debido a que la actriz, que curiosamente le puso la voz a una endemoniada Regan MacNeil en El exorcista, se lo estudió en esta universidad. Esta donación sucedió en el año 1972. Sin embargo y por interferencias de la bruja mala del oeste, el vestido se perdió al año siguiente. ¡Hasta ahora!
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Escondido en una caja de zapatos en un almacén que no se había registrado en años

>Era el profesor Matt Ripa, también coordinador de operaciones del Departamento de Arte Dramático, el que no dudó en rebuscar entre los trastos antiguos que se van acumulando con el tiempo. Según comenta el propio Ripa al The Washington Post, «Eché un vistazo a nuestros archivos y armarios. Me daba mucha curiosidad saber qué es lo que había en el interior. Allí había una bolsa de basura que la abrí y había una caja de zapatos en la que encontraba el vestido. No podía creerlo». Una auténtica sorpresa porque el vestido casi se había convertido en un mito.
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Se había convertido casi en toda una leyenda urbana…

>Tras llevarlo un experto, certificaron que el vestido sí que era auténtico. Según publica el medio, Ryan Lintelman, el encargado de certificar su veracidad, afirmaba que el traje tiene tanto un bolsillo secreto como el nombre la actriz Judy Garland, escrito a mano. Todo un hallazgo. Y es que según afirmaba el propio profesor al diario americano, el vestido se había convertido casi en una leyenda urbana… Leyenda que finalmente se ha convertido en cierta.