A buen seguro que la mayoría habrá comido mejillones alguna vez. Ya sea en Galicia, en cualquier otra comunidad española o en la mismísima Bruselas, donde son uno de los manjares con los que intentan ganarse el afecto de sus turistas. Por lo general, este producto se suele consumir como aperitivo, pese a que se puede meter de lleno en cualquier plato. Lo que poca gente habrá oído quizás sea la versión «a la escocesa», una receta en salsa de tomate, cebolla y ajo, entre otros ingredientes, que es de lo más sencilla de realizar. A continuación vamos a mostrar cómo hacerla.
Propiedades de los mejillones

Los mejillones se caracterizan por pertenecer a la familia de las almejas y moluscos de hábitats de agua salada y agua dulce. Pueden ser considerados como los hermanos pobres de otros grandes mariscos. Se pueden comer cocidos, ahumados, fritos, a la parrilla, al vapor y son bastante populares en los países de Europa y el Pacífico. En España además contamos con zonas naturales protegidas y orgánicas que les confieren un altísimo valor nutricional, ya que tienen un alto contenido en vitaminas, aminoácidos y minerales, por lo que son muy beneficiosos para la salud. Son ricos en potasio y tienen más ácidos grasos omega-3 que cualquier otro marisco.
Ingredientes de los mejillones a la escocesa

Para hacer la receta de mejillones a la escocesa vamos a precisar como ingredientes un kilogramo de aquellos (mucho mejor si son grandes y bien hermosos), una cebolla mediana, 2 dientes de ajo, medio vaso de vino tinto, un vaso de agua, medio vaso del jugo que sueltan los mejillones al cocerse, una cucharada de harina, 250 gramos de tomate natural triturado, sal y pimienta, aceite de oliva y media cucharadita de pimentón. Como se ve, al margen del elemento principal, todo lo demás podemos tenerlo cada uno en nuestra cocina sin tener que ir a buscarlo.
Hay que lavarlos bien

Lo primero que tenemos que hacer es lavar y limpiar bien los mejillones, eliminándoles sus barbas. Después hay que ponerlos en un recipiente amplio y a continuación hay que cocinarlos al vapor. Es decir, sin echar ni una sola gota de líquido. Se tapa el recipiente y después se cocinan a fuego fuerte. Hay que tener en cuenta que estos moluscos sueltan mucho jugo, pero que nadie se preocupe porque luego se podrá aprovechare parte del mismo.
Preparación de la salsa escocesa

Para continuar con nuestra receta de mejillones a la escocesa hay que preparar, como su nombre indica, esta peculiar salsa. Para ello se pone en un chorro de aceite de oliva la cebolla y el ajo picados, y luego se salpimienta y se deja pochar a fuego suave durante unos 10 minutos, hasta que se haya ablandado. Pasado el tiempo, se añade la harina y se deja rehogar tres minutos. Con ello se elimina su sabor a crudo. Después, se añade el tomate y el pimentón. Si el primero es ácido, se le puede añadir una pizca de azúcar. De la manera que sea, se deja que se cocine otros 5 minutos más.
Pasarlo por el pasapuré

A la hora de terminar nuestra receta de mejillones a la escocesa le habría llegado el turno al vino que hemos pedido en los ingredientes. Para ello se sube el fuego un poco y se le añade. Dejamos que se cocine un par de minutos, para que se evapore el alcohol y después se le añade el jugo de los mejillones y el agua. Habría que pasarlo todo por el típico pasapurés de toda la vida. Se puede batir también con una batidora o turmix pero si lo hacemos con el pasapurés se conseguirá una salsa más fina. Ya solo quedará servir los mejillones con unas cucharadas de la salsa escocesa por encima.
Consejos finales

Como consejos finales para estos mejillones a la escocesa, el primero sería que hay que intentar que quede una salsa muy fina, más bien licuada (con un poquito de cuerpo que, le habrá dado la harina). Una vez que se haya triturado, si queda muy densa, se puede rectificar echando más jugo de los mejillones. Y el que sobre por supuesto que nadie lo tire ya que con él se puede hacer cualquier otra elaboración, como por ejemplo un arroz.