Las croquetas son el plato estrella de muchos restaurantes, además es una tapa que le gusta a todo el mundo, pero el truco para que queden bien no lo conoce todo el mundo. Por eso, hoy te voy a desvelar cómo hacer una bechamel para tus croquetas que no tenga grumos y que te queden de infarto.
Toma nota, apunta todos los trucos y memorízalos para la próxima vez que hagas croquetas porque te van a venir muy bien. Te voy a dar los tips más necesarios para tu receta de croquetas, que tendrás que añadir si quieres que te salgan buenísimas. Además, te traigo también el truco definitivo para que seas la reina o el rey de este plato.
El origen de las croquetas

Las croquetas, aunque nos duela admitirlo, nacieron en tierras francesas y se cocinaban para aprovechar las sobras de los estofados y cocidos en tiempos difíciles, cuando escaseaban los alimentos. La receta ha ido evolucionando al incluir más ingredientes y una variedad con alimentos muy populares como el jamón o el pollo.
Actualmente, las croquetas son uno de los grandes favoritos en la gastronomía española junto a la tortilla de patata o la paella. Y es que, tanto gusta en España este plato que, por si no lo sabía, el 16 de enero es el Día Internacional de la croqueta.
Las propiedades nutricionales de las croquetas

Las croquetas tienen un alto contenido de hidratos de carbono, además de contener sodio y calcio por sus ingredientes base. Dependiendo de los alimentos que elijas para hacer las croquetas, van a tener unos nutrientes distintos y unos beneficios u otros.
En el caso de las croquetas más típicas, las de jamón, son ricas en muchas vitaminas como la B1, B2, B3 y B6 y también en vitaminas del grupo D. Ademas de minerales para el cuerpo como el hierro, el zinc, el fósforo, el calcio o el magnesio.
Los tipos de croquetas

Las croquetas más populares y favoritas de la población son las de jamón, pero ¿has probado otro tipo de croquetas que están de rechupete? Es cierto que en este receta puedes sustituir el jamón por cualquier cosa que te guste o apetezca. Tradicionalmente se hacían con las sobras del cocido, el estofado o el guiso de turno, pero la gastronomía ha evolucionado y ahora hay croquetas de todos tipos y sabores.
Otras de las más populares son las de pollo, pero las de marisco o queso líquido provocan una explosión de sabores en el paladar. Más ideas de croquetas son las de espinacas y frutos secos, de patata y bacalao, de calabacín o de berenjena. También puedes probar a hacer unas croquetas de setas con bechamel vegana.
Trucos para cocinar unas riquísimas croquetas

Para hacer una croquetas insuperables el secreto está en la textura suave y sin grumos de la bechamel. Para conseguirlo puedes seguir estos sencillos pasos y consejos con los que intensificaras el sabor de las croquetas y su textura te quedará deliciosa.
Toma nota porque además de consejos para que la bechamel te quede deliciosa y sin grumos, también te voy a dar trucos para que el sabor de las croquetas se intensifique más.
Es importante utilizar los utensilios de cocina correctos

Para prepara la bechamel en su punto es más sencillo de hacer si se utilizan unas varillas a otro tipo de utensilio de cocina. Para remover el jamón y la harina bastaría con una cuchara de madera, pero para espesar la bechamel, las varillas son las mejores aliadas.
También es muy importante el orden los ingredientes

Uno de los fallos más comunes a la hora de hacer croquetas es añadir el jamón cuando la bechamel esté lista. Por eso, es mejor freír el jamón un par de minutos antes de añadir la harina y la leche para que suelte el sabor que posteriormente se combinará con la bechamel. De esta forma conseguirás un sabor más intenso e irresistible en tus croquetas de jamón.
En caso de que vayas a hacer las croquetas con otros ingredientes como el pollo o el bacalao, también puedes seguir este consejo.
Cómo hacer una croquetas más crujientes

Sin duda unas croquetas crujientes son las mejores y las que más disfrutas comiendo. Así que si quieres un rebozado más crujiente, lo único que tienes que hacer es probar con el clásico doble empanado. Pasa las croquetas dos veces por el huevo y el pan rallado, aunque también puedes probar con panko, el pan rallado japonés más popular.
Prueba las croquetas al horno

Si no eres muy fan de las frituras o los alimentos muy grasos, esta opción es la ideal para ti. Coloca las croquetas en una fuente de horno, pulverízalas con un poco de aceite y cocinadlas a 200ºC durante 15 minutos. El resultado son unas croquetas muy crujientes e igual de deliciosas que a la sartén.
El secreto de la bechamel

Primero de todo, para que las croquetas queden de infarto hay que conseguir una masa más fina y sin grumos, para ello, se deben utilizar los ingredientes de la manera que mejor favorezca a la masa. Por eso es recomendable templar un poco la leche antes de añadirla a la sartén, ya que si la leche es fría de la nevera, el cambio de temperatura será demasiado brusco y será más fácil que aparezcan grumos.
El siguiente truco, y uno de los más importantes, es tamizar la harina para que quede más fina y también cocinarla bien antes de añadir la leche para evitar que aparezcan grumos en la masa. Hay que tener cuidado también de que no se queme porque sino no vale de nada el proceso de tamizar.