Javier Santos (o Julito), saltó a la fama por tramitar una demanda de paternidad contra el uno de nuestros cantantes más internacionales, Julio Iglesias. Su madre, una bailarina portuguesa que formó parte de su séquito hace unas cuantas décadas. Su padre, todavía por determinar, aunque con un sinfín de pruebas objetivas y un parecido más que evidente.
No le molesta que le llamen Julito, pero sí que hayan estado toda una vida ignorándole. El dinero que pide como compensación por estos años de ausencia nunca acabará con la soledad de tu corazón.
Fruto de una infidelidad de Julio Iglesias a Preysler
La relación con la madre de Javier, María Edite Santos, se produjo cuando Julio Iglesias todavía estaba casado con Isabel Presyler. Es uno de los motivos que llevó a la pareja a separarse, las continuas infidelidades del exjugador del Real Madrid dejaron a la filipina muy tocada. Aunque lo tenía todo, en realidad, no tenía nada.
Javier fue una prueba más de un amor que no se correspondía con la realidad, faltaba algo más para que la pareja se terminase de asentar. Julio e Isabel ya tenían tres hijos en aquel entonces y su felicidad, al menos de puertas para afuera, era algo incuestionable. El carácter conquistador de Julio siempre estuvo presente. Su fama le precede.
Sentencia anulada
Fernando Osuna es el abogado que lleva el caso de Javier. Se trata de todo un especialista en este tipo de sentencias. En el pasado llevó los casos de Manuel Díaz ‘El Cordobés’, uno de los más mediáticos, pero también el de Rosario Bermudo, la hija ilegitima del marido de la duquesa Roja.
Un detective privado contratado por la familia fue el encargado de recoger ADN de Julio Iglesias a través del propio cantante o alguno de sus familiares. Con las pruebas en la mano, la posibilidad de que este fuera el padre, no se quedaba en una simple conjetura por haber mantenido relaciones con su madre. Su material genético tal y como se ha podido demostrar es alcanza un 99’9%.
Julio Iglesias nunca lo ha conocido
Aunque es un caso que se destapó hace casi tres décadas y cuyo parecido entre padre e hijo (e incluso con hermanos) salta a la vista, lo cierto es que Julio y Javier nunca se han visto. El supuesto padre no ha querido saber nada de sus errores del pasado, ya es el responsable de una familia muy numerosa como para tenerse que hacer cargo de sus hijos ilegítimos.
Javier ha ido en busca de su padre cuando ha visitado España, pero lo único que ha conseguido es estar a unos escasos metros. No ha habido ninguna palabra o gesto que haya propiciado el acercamiento tan necesario para limar asperezas. La realidad es que no se conocen, ni parece que lo vayan a hacer.
Acoso de la gente
El caso de Javier Santos causó gran alarma en nuestro país. En los tiempos en que se trataba de solo un adolescente su madre decidió empezar a mover cielo y tierra para conseguir que Julio Iglesias reconociera su paternidad. Era sorprendente cómo los medios de comunicación, incluyendo programas de televisión de máxima audiencia, daban cabida a testimonios de ese tipo, sin apenas pruebas.
El joven Javier se encontró con un acoso mediático sin precedentes. Sufrió en sus propias carnes el acoso de los periodistas y de su entorno. Ir al instituto se convirtió en un suplicio, aguantando las burlas de sus compañeros. Tuvo que cambiarse de ciudad para evitar seguir por la misma línea y espera a que la situación se calmara.
Artista de pura sangre
Los sueños de Javier siempre han estado relacionados con el mundo de la música. En sus tiempos, hace unos años decidió emprender el camino para ser artista. Las características físicas que le asemejan a su padre biológico no son solo lo que se ve por fuera, posee una voz y un talento innato.
La industria musical es complicada. Lo ha sido incluso para su hijo reconocido, Julio José Iglesias. No así para Enrique, cuya relación con su padre en estos días es absolutamente inexistente. Santos reconoce que es una faceta que tiene un poco olvidada, el esfuerzo que tenía que hacer para que todo saliera bien, era enorme. Ahora prefiere dedicarse a otra cosa, menos exigente. Aún así, si el juez terminase de darle la razón, le correspondería una buena parte del pastel de Julio padre.
El apoyo de su familia
850 millones de euros es la suma de dinero que se calcula que posee Julio Iglesias, entre propiedades, dinero amasado y derechos musicales. Un artista de fama mundial que podría ser el padre de Javier. Tanto María Edite Santos como el propio Javier han afirmado en innumerables ocasiones que no han emprendido esta guerra por una cuestión económica. De hecho, Santos reconoce abiertamente que es inmensamente feliz con su vida. Si bien es cierto que, si el joven (ya hombre de algo más de 40 años) estuviera en posesión de la verdad, tendría el mismo derecho que el resto de sus hijos en demandar lo que es suyo.
Actualmente vive en Valencia, con su mujer. Se casaron hace poco más de un año después de una larga relación. De ella recibe su total apoyo para seguir adelante con esa lucha en los tribunales. Ambos regentan un negocio de nutrición deportiva y disfrutan de una vida sencilla sin el acoso de la prensa.