Diecisiete días de sepulcral silencio ha guardado la princesa del Pueblo. Belén Esteban ha concedido una exclusiva a su nueva revista de cabecera, ‘Semana’, y ha puesto firme a todo aquel que le ha tosido durante su retiro supuestamente voluntario de la televisión.
Los medios de comunicación se hicieron eco de una exclusiva de la revista ‘Lecturas’ en la que se hablaba de que Belén habría desaparecido de ‘Sálvame’ tras un desacuerdo en su renovación de contrato. Una fricción contractual que basada en una importante bajada salarial.
Belén Esteban responde tajante
«No ha habido ningún problema con mi contrato«, explica la de San Blas. No solo desmiente la información publicada por la revista estrella de RBA sino que además informa de que ha enviado un burofax en el que se solicita una rectificación, es decir, volver a publicar la información, esta vez veraz, en el mismo medio y soporte en el que se haya difundido y divulgado el supuesto error informativo.
«Los que han asegurado eso tendrán que rectificar, si no lo hacen, los demandaré«. Y es que a Belén Esteban le suscita cierto pudor el hecho de que la gente sepa cuánto cobra en realidad. Algo que en cierto modo carece de sentido pues en su guerra contra Toño, ella misma ha expuesto sus cuentas bancarias y las ingentes cantidades de dinero que se embolsaba, con su participación en ‘Gran Hermano VIP’ o en ‘Más que baile’, por ejemplo.
Pero la cosa no ha quedado ahí, y Belén ha querido dejar claros algunos puntos más…
Un problema de salud
Además, la ausencia en el programa de televisión que la llevó a la gloria televisiva también tiene, según ella, otro matiz importante: la salud. «Necesitaba hacerme unas pruebas médicas porque me van a poner una bomba de insulina«, explicaba la princesa del Pueblo.
Como todos sabemos, Belén Esteban padece diabetes emocional, y aunque no ha sufrido últimamente ningún susto, sí que ha comentado que «el médico ha decidido ponérmela porque considera que es mejor ya que me regula muy bien el azúcar». La enfermedad crónica que Belén padece le impide realizar según qué tipo de actividades físicas al igual que recibir noticias que le despierten demasiada excitación o tristeza. También es uno de los hándicaps por lo que no podría quedarse embarazada tan fácilmente, creando, si así fuese, un embarazo de riesgo como ya fue el de su hija Andrea.
Quiere que Toño pague, en todos los sentidos
«Mi objetivo es que se sepa la verdad y que pague por lo que me ha hecho«. Además sostiene que ella no quiere la casa de nadie (propiedad embargada a Lorant SL como aval del pago que esta sociedad debe a Belén). La Esteban no quiere la redención, disculpas o el perdón de nadie. Quiere su dinero. «No lo perdonaré nunca. Lo único que me une con este señor es que me debe dinero. Yo no voy a dejar a sus hijos en la calle. El que va a dejar a sus hijos en la calle es él».
Tras la resolución del caso civil que los ha llevado hasta los juzgados, Belén recurrirá a la vía penal para que quien haya cometido los presuntos delitos, pague, en la instancia que sea necesaria, incluyendo la pena prisión. «Cuando el juez se pronuncie se le va a demandar por lo penal. Por todo lo que ha dicho y por lo que yo he podido demostrar. Él no ha dicho ni una verdad de esto. Yo lo he pasado muy mal y he tenido que gastar mucho dinero», relata Belén.
Belén Esteban y el veto sobre Andrea
Hace apenas unas semanas, Andrea Janeiro enviaba un comunicado a todos los medios de comunicación en el que pedía máximo respeto a su persona y que se la considerase, alguien anónima. «Soy consciente de que tanto mi madre (Belén Esteban) como mi padre (Jesús Janeiro) son personajes públicos», comenzaba diciendo «pero, aun cuando lo respeto profundamente, por mi parte nunca he participado de ningún modo en esa exposición pública. He sido, y soy, coherente y consecuente con mi voluntad de permanecer ajena a los focos, y trato de preservar mi intimidad en la medida de lo posible pese a mis específicas circunstancias familiares». Y no quedó la cosa ahí, sino que a la joven de 18 años, no le va a temblar el pulso en el caso de tener que tomar medidas legales contra ciertos medios de comunicación: «Por todo lo anterior, ruego, y agradeceré, que se respete mi deseo, y mi pleno derecho, de vivir en el más estricto anonimato; reservándome, en caso de no ser así, las acciones legales que procedan para salvaguardarlos», concluía el comunicado de Andrea Janeiro a través de sus abogados.
Habría sido un absoluto despropósito que su madre hubiese mencionado su nombre en la excelsa entrevista, con sesión fotográfica incluida. Su momentánea desaparición de ‘Sálvame’, sus problema de salud, sus líos judiciales con Toño Sanchís, su relación con Miguel, viento en popa y a toda vela, el eterno tema de Jesulín de Ubrique y María José Campanario, su situación actual en el programa e incluso sus filias y fobias con sus compañeros del show vespertino de Telecinco. Cualquier cuestión era válida. Todo vale, exceptor mencionar la palabra «Andrea». Ni una pregunta, ni una alusión, ni un guiño a su hija en las correspondientes doce páginas de última entrevista en exclusiva de Belén Esteban para ‘Semana’.