Ya es bien sabido que en España estamos a la cola en cuanto a la natalidad, ya que mientras que en 1975 se producían unos 1.800 nacimientos diarias, en 2017 tan solo han nacido 1.077 niños, es decir, un 40% menos.

Más de 35 años hace que estamos por debajo del nivel de reemplazo generacional. Necesitamos unos 240.000 niños más al año para asegurar este nivel de reemplazo del que hablamos. De hecho, la población española ha pasado de los 47 millones de personas en el 2010 a los 46,6 millones en 2017, es decir en total hemos sufrido un descenso de 350.000 personas.

Esto nos convierte en el quinto país del mundo con peor índice de natalidad, por delante solo de Corea, Singapur, Moldavia y Puerto Rico. Podemos decir que España es una nación vieja, ya que hay 2 millones más de personas mayores que jóvenes, es decir, mueren más personas que nacen.

Uno de los motivos por los que no crece la natalidad es por la poca estabilidad económica y la mala conciliación que tenemos desde hace unos años. Las personas tienden a retrasar la edad de concebir ya que no consiguen tener unos mínimos necesarios para poder hacer crecer la familia y esto hace que surjan problemas a la hora de quedarse embarazadas. La edad media de las madres ha superado los 32 años.

Desde Fertilab Barcelona nos afirman que muchas de las parejas que pasan por su clínica tienen una media de edad por encima de los 38 años y tienen problemas de fertilidad, algo que gracias a los grandes avances en este campo se puede solucionar, apuntan desde la clínica.

Para poder solucionar este desplome de los niveles de natalidad es necesario que se pongan en marcha políticas de apoyo a la familia como ayudas, subsidios, mejoras en la conciliación, guarderías, transporte, etc.

Primavera y verano son las estaciones preferidas por la mayoría para celebrar bodas, bautizos y comuniones. Y es que, la llegada del buen tiempo, además de las alergias y las floraciones más conocidas, caso de la floración de los cerezos en Japón, o sin necesidad de ir tan lejos, la del Valle del Jerte en Cáceres, permite a protagonistas e invitados lucir sus mejores galas sin necesidad de taparlas con un engorroso abrigo que podría causar arrugas, estar pendiente de la posible agua que pueda caer y destrozar un cuidadísimo peinado, etc. Pero si existe una razón de peso para que estas celebraciones tengan lugar durante la época de más sol, esa es que permite que dichas celebraciones, o al menos parte de ellas, se puedan celebrar al aire libre, huyendo así, del encierro que involuntariamente tiene retenido a la mayoría durante las estaciones más frías. Y es que, el calor, la luz solar y que los días sean más largos, invitan a salir y a no quedarse en casa. Es hora por lo tanto de ponerse manos a la obra y comenzar a buscar ese atuendo que hará que uno se sienta único y que atraiga miradas de la misma manera que el azúcar atrae a las moscas. Pero antes de eso, quizás sea un buen momento para ponerse delante del espejo y ser conscientes que ese reflejo muestra un rostro cansado y una piel apagada. Toca mimarse y realizar uno de esos tratamientos faciales en Madrid o en cualquier otra comunidad, capaces de devolver toda la luminosidad a la piel y de hacer que cualquiera luzca mejor que nunca.

Y es que, lucir la mejor cara debería de ser el complemento imprescindible de los mejores looks y, sin embargo, no pocos se gastan una enorme cantidad de dinero en cuidadas y lujosas prendas que poco o nada lucirán en una piel apagada, sin brillo, que refleje el cansancio de los quehaceres diarios, así como de la falta de cuidados. En estos casos, sin duda, la mejor opción es decantarse por realizar alguno de los múltiples tratamientos faciales en Madrid, o en cualquier otra ciudad, capaces de devolver la luminosidad a la piel, reducir los signos del cansancio, así como las bolsas y ojeras, disimular esas arrugas que han aparecido en los últimos meses e incluso proporcionar un tono más uniforme a la piel, atenuando manchas que en la gran mayoría de veces son provocadas por la exposición solar.

Lucir la mejor cara es, sin duda, el mejor look que un invitado pueda lucir.

Las tendencias van cambiando, y ahora, parece que la mayoría de mortales han tomado conciencia de que la deliberada contaminación sufrida por el planeta durante tantos años tiene consecuencias y efectos que cada vez son más visibles y que de no ponerles freno, ya no tendrán solución. La conciencia en lo relativo al cuidado del medio ambiente ha cambiado, y cada vez son más los que buscan una y mil maneras de contribuir con pequeños actos a una lenta pero necesaria recuperación. Pero si existe un colectivo que en este último año ha puesto el grito en el cielo en lo que al cuidado del planeta se refiere, ese ha sido el de los jóvenes, que han conseguido que el pasado día del planeta los medios pusieran el foco en transmitir, que este colectivo va mucho más allá de organizar botellones en parques, aunque tampoco ha de estar reñida una cosa con la otra. Lo importante es que cada cual, intente contribuir de la manera que considere oportuna, y una manera de hacerlo, por ejemplo, es empleando productos de belleza ecológicos que además de un bien para el planeta lograrán que nuestra piel luzca mejor que nunca.

Y es que, nos guste o no, lo que se ha conseguido hasta ahora no ha sido otra cosa que crear una enorme contaminación ambiental y atmosférica. Tras años y años de uso deliberado de plásticos se ha llegado a lograr unos mares y océanos que además de peces y la flora y fauna propias de cada zona, se encuentren plásticos que tardarán tanto en descomponerse, que ninguno de los mortales de hoy podrá llegar a verlo. Pero además, cada vez son más los animales que mueren por causa directa de estos plásticos.

Quizás sea hora de poner freno a esta contaminación deliberada de los mares y océanos y quizás ahora que los primeros rayos de sol comienzan a asomar sea un buen momento para pensar en emplear un protector solar que no contribuya a dañar aún más los ecosistemas marinos, es hora por lo tanto de decantarse por productos de belleza ecológicos, que al entrar al agua no la llenen de químicos que afectan a los ecosistemas y tardarán tiempo en depurarse.

Es la hora y el momento de poner freno a esta enorme contaminación, y es hora de hacerlo individualmente si es necesario. Pues no se debe subestimar nunca el poder de las acciones individuales, ya que de muchas pequeñas acciones individuales es de lo que depende que los hijos de los jóvenes que hoy se manifiestan para que los Gobiernos pongan fin a esta situación, puedan llegar a conocer el planeta de la misma manera que lo han hecho sus padres y sus abuelos.