La tumultuosa vida privada de la cantante y artista Britney Spears se hizo pública en el 2006, cuando la joven que entonces tenía apenas 25 años de edad, confesó públicamente, en una entrevista televisiva, su apoyo por el entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush. Sin embargo, lo que más la hizo famosa en ese tiempo fue su extravagante relación con el bailarín y ahora animador Kevin Federline, quien es ahora su ex esposo y a quien le atribuyen gran parte de la culpa por su caída de la fama.
Y si bien es cierto que Federline contribuyó en gran parte a su adicción a las drogas que llevó a la artista a tomar decisiones que acapararon la prensa estadounidense — como cuando se rapó el cabello para evitar que la corte descubriera que clase de estupefacientes consumía — no se puede ignorar el hecho de que su propia madre, y la que fue su representante, Lynne Irene Bridges, asfixió su vida a tal punto que incluso la obligó a divorciarse del amor de su vida, Jason Allen Alexander, apenas días después de que la pareja se casara en una ceremonia rápida y privada en Las Vegas.
Por fortuna, el padre de la cantante, James Parnell Spears, la rescató y la sometió a un centro de rehabilitación y desde entonces, aparte de haber dejado los malos hábitos — excepto el cigarrillo — la cantante de Baby One More Time y Oops I Did it Again pareciera llevar una vida más ordenada. No obstante, tal parece que Spears nunca está completamente alejada de la controversia, y en breve te diremos por qué.
Una breve historia de problemas mentales

Como conocimos años después de que la artista se recuperara de su adicción al alcohol y las drogas, los problemas mentales en la familia de la cantante que hoy en día tiene 38 años de edad, corren en la sangre de la familia, en especial de su lado materno.
La misma cantante confesó posteriormente que las intenciones de su madre de tenerla “sometida” fueron, aparentemente, por su propio bien. Esa fue una de las razones por la cual, los padres de Spears, estando aún casados, le insistieron en que adoptara un ámbito artístico — que en su caso fue el canto — para canalizar cualquier negatividad mental que pudiera obstaculizar su fuerte crecimiento como adolescente.
Una respuesta a la negativa de su Instagram

No obstante, su más reciente respuesta a los críticos de su cuenta de Instagram — que, por lo visto, son numerosos — prendió las alarmas de muchos de sus seguidores, quienes manifestaron estar “preocupados” por el estado de salud mental de la cantante que nació bajo el nombre de Britney Jean Spears, en el pueblo de McComb, Mississippi.
Aparentemente, Spears usa la red social Instagram solamente para publicar imágenes positivas y para promover el movimiento Body Positive, y frecuentemente se le ve subiendo vídeos de ella haciendo difíciles posiciones de yoga en la playa. Es una posición de positivismo bastante alejada de sus años de chica mala del canal de televisión MTV, el cual estuvo saturado de varios de sus videos atrevidos, como I’m A Slave 4 U y Toxic.
Por ende, no era de extrañarse que muchos de sus seguidores de Instagram, extrañando a la ardiente y atrevida Britney que conquistó sus corazones, le dejaron comentarios exigiendo que subiera material más “tóxico”, a lo que Britney no dejó pasar la oportunidad para responder los comentarios “atrevidos” y decirle a los seguidores que, si no les gusta el contenido que sube en sus redes sociales, pueden dejar de seguirla — obviamente, usó palabras más obscenas.
Su bizarra aparición en una entrega de premios

Para nadie es un secreto que, desde el 2016, Britney se encuentra en una relación con su pareja, el actor iraní Sam Asghari, a quien acompañó a una entrega de premios en Los Ángeles, y en donde se presentó con una imagen poco común, con el cabello teñido de castaño oscuro y con una actitud bizarra.
Los periodistas presentes notaron que, si bien Britney no se escondía de las cámaras fotográficas, evitaba contestar las preguntas que le hacían y limitaba sus respuestas a “si” y “no”, lo cual motivó a muchos a especular sobre posibles problemas mentales.
Una obsesión poco saludable con el yoga

Uno de los pasatiempos más activos de la cantante es el yoga. Y como mencionamos anteriormente, el Instagram es su red social favorita para colocar vídeos de poses de yoga bastante complicadas. Ya anteriormente, la cantante se había lesionado por practicar yoga e incluso, antes había cancelado uno de sus concierto por una lesión que algunos especularon se generó de tanto practicar yoga. En una de sus publicaciones más recientes, desde la playa, Britney expresó su amor por esta actividad física con el siguiente comentario:
“No hay nada como el yoga en la playa… ¡¡¡Solo el sonido de las olas me pone tan serena!!! Deberían probarlo si son capaces de hacerlo… Nosotros como personas estamos todos llenos de tanta ansiedad… Tomarse un momento para respirar realmente ayuda… ¡¡Solo sé que estamos todos juntos en esto!!”.
Sus hijos

Sus hijos son la principal fuente de estabilidad en su vida. Tanto así que, desde que se recuperó de su adicción a las drogas y el alcohol, Britney dejó de lado las presentaciones musicales para dedicarse a ser madre y a educar a sus dos pequeños.
Ahora es socialista

Más recientemente, sus seguidores se preocuparon por ciertos comentarios en los que, en plena pandemia de COVID-19, acusó a las grandes empresas y a los gobiernos de acaparar medicamentos y dinero, mientras a la mayoría de los estadounidenses se les complicaba pagar la renta.
Hizo un llamado a las autoridades a la distribución equitativa de los recursos y los bienes, y muchos tomaron sus comentarios como si se hubiese unido al partido comunista, o como si hubiese adoptado una actitud política de izquierda extrema — lo cual, hasta cierto punto, es ilegal en los Estados Unidos.