Apenas llevamos dos galas de La Casa Fuerte y al reality ya le llueven todo tipo de críticas. Que si el casting no es acertado, que si el formato no tiene mucho sentido, y que si la familia Pantoja acapara toda la atención… Lo cierto es que se nota mucho, que Telecinco ha puesto en cuarentena Gran Hermano, y que mientras decide si su reality estrella vuelve o no, tiene que «colar» otros formatos menos afortunados. Ya sucedió lo mismo con la primera edición, y parece que con la segunda va a suceder lo mismo.
La Casa Fuerte

Fue en verano cuando pudimos ver la primera edición de este reality que nunca ha contado con el favor del público. Por una parte hay quien afirma que Mediaset se precipitó con el estreno de La Casa Fuerte. Supervivientes se despidió de la audiencia un domingo, con el debate final, y ese mismo jueves, tan solo cuatro días más tarde, arrancaba el nuevo reality. Los espectadores criticaron entonces que no hubiera habido un tiempo de «descanso» entre un reality y otro. Y más cuando, las historias de los personajes, suelen dar mucha vida también cuando salen del concurso. En este caso, no hubo tiempo.
Error de casting

Esa es otra de las grandes críticas que llovieron sobre la primera edición de La Casa Fuerte. Para los espectadores se trataba de concursantes «de segunda» con poco que aportar, que daban poco juego y que tenían un caché muy bajo. Otro ejemplo más del punto que comentábamos antes. Parece que Telecinco se precipitó en lanzar el reality y que las prisas también repercutieron en el casting. Precisamente, para evitar este problema, en la actual edición del formato han contado con Isa Pantoja. Sin embargo, es probable que en esta ocasión se hayan pasado al extremo contrario, ya que la audiencia aborrece el protagonismo absoluto que tiene el clan Pantoja.
Cambios en la dinámica del concurso

Es obvio que las prisas marcaron el destino de La Casa de Papel. Como hemos dicho antes, el casting, el no dejar un descanso entre un reality y otro, pero también la propia dinámica del concurso estuvieron marcadas por la precipitación. La mecánica de las pruebas no estaban muy claras desde el principio – algo fundamental en cualquier concurso – y estas iban cambiando a medida que la cadena apreciaba que le reportaban mas o menos audiencia. Hasta que la audiencia se da cuenta y obviamente lo acusa. Improvisar en este aspecto no es positivo, sino una falta de profesionalidad y rigor.
Nuria Marín

Si no hubo acierto en el casting de concursantes, los espectadores de La Casa Fuerte tampoco aceptaron a Nuria Marín como presentadora del reality. A pesar de llevar muchos años en la casa conduciendo otros programas, en este no encajó nada bien ni con los participantes ni con la audiencia. Parece que si encajó un poco mejor Sonsoles Ónega en su debut en este tipo de formato.
Baja audiencia

Por todo lo que acabamos de comentar, La Casa Fuerte no gozó de una buena audiencia y por eso no deja de ser llamativo que la cadena rescate el reality y le vaya a dar una segunda oportunidad. Y además, parece que ha tomado nota de los errores del pasado pues como comentábamos, en esta edición, parece que han cuidado un poco más el casting y la dinámica del concurso está más clara. Veremos si así, la audiencia les acompaña o si – tal y como parece – el programa pasará al cajón de los fracasos de la cadena de Vasile.