Irene Rosales está pasando por uno de los peores momentos de su vida, y es que el 2020 se ha cebado con la mujer de Kiko Rivera. La colaboradora televisiva ha perdido a sus padres en cuestión de meses, un duro golpe del que no le resultará nada fácil recomponerse. Y, en medio de la polémica que hay en el clan de los Pantoja, en su vuelta televisiva a Viva la vida, Irene no ha dudado en hablar abiertamente de la tonadillera.
La sonada ausencia en el funeral
> Irene Rosales perdía a su madre, Mayte Vázquez, a principios de año a causa de una enfermedad de la que no se han querido dar muchos detalles. En ese momento, tanto su marido, Kiko Rivera, como su suegra, Isabel Pantoja, no dudaron en acompañarla en el duro trance y estuvieron a su lado en todo momento. Sin embargo, debido al reciente drama que se ha desarollado en el clan de los Pantoja, las cosas han cambiado bastante.
Y es que después de que Kiko Rivera acusara publicamente a su madre de haberle robado, no hemos vuelto a ver a la tonadillera, la cuál permanecería escondida y a buen recaudo en Cantora.
Y las malas noticias no dejan de sucederse, ya que ahora Rosales ha tenido que volver a hacer frente a una dolorosa perdida, la de su padre, quién venía batallando con un cancer cerebral desde hace 17 años. “Lleva con él (el tumor) dieciséis años. Es un campeón, un luchador. No es feliz, no es una persona que se pueda valer 100% pero está con nosotros”, aseguraba Irene en más de una ocasión.
Sin duda, la colaboradora televisiva atraviesa un momento muy complicado, en el que no ha contado con el apoyo de su suegra. Y es que Isabel ni siquiera se presentó en el funeral, aunque sí que mandó una corona de flores en nombre de la familia.
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Duras revelaciones
> Después de un merecido descanso, Irene ya ha retomado su trabajo como colaboradora en el programa Viva la vida. «Tengo la tranquilidad de que mi padre ya está descansando después de todo el proceso que ha pasado, de que ha estado en muy buenas manos y en que hemos puesto todo de nuestra parte para que se fuese tranquilo», le aseguraba a Emma García.
Y, la mujer de Kiko Rivera, también se ha pronunciado respecto al tema del momento, la sonada ausencia de su suegra Isabel Pantoja en el funeral. «Me llamó pero no lo pude coger. Le respondí la llamada y no lo cogió entonces le respondí el mensaje y ya está«. Además, ha asegurado que el mensaje fue muy emotivo y cariñoso. «Fue un mensaje cariñoso, dándole el lugar a mi padre de lo especial que había sido para todos nosotros», en el que la tonadillera habría hecho honor a la gran relación que mantenía con su consuegro. Mi padre adoraba a Isabel y Agustín y ella me lo pone en el mensaje», detallaba Irene.
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La guerra sigue abierta
> Las recientes declaraciones de Irene llegan justo en el momento más tenso de la guerra que se está librando entre los Rivera y la Pantoja, ya que después de recibir dos requerimientos por parte de su hijo Kiko y sus hermanos, Fran y Cayetano, todo en un intento por arreglar las cosas de manera sencilla, la tonadillera parece persistir en su negativa de devolverles la herencia de su padre, el torero Paquirrí. Algo, que podría costarle una demanda y un posible juicio.
«Entiendo perfectamente la situación, pero por mis niñas si eché un poco en falta que viniera», reprochaba Irene a su suegra visiblemente disgustada, aunque también ha reconocido que: “Yo sé que ella tiene que estar mal y tiene una tristeza que no querrá transmitir a las niñas”.
De hecho, José Antonio Áviles aportó un bombazo, y es que por lo visto la tonadillera sí que se planteó acudir al tanario, pero alguien muy cercano le habría recomendado no acudir en el último momento. ¿Podría tratarse de su hermano Agustín?
Recordemos que hace poco saltaba la polémica debido a la supuesta mala reacción que el hermano de la cantante habría tenido ante la llegada de la notaria que le trajo los requerimientos a viuda de Paquirrí.
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Rehaciendo su vida
> Sin embargo, y a pesar de todos los disgustos, Irene tiene muy claro que debe seguir adelante por su familia, y sobre todo por sus niñas, Ana y Carlota. «Mis dos hijas me están ayudando mucho, ellas me sacan sonrisas todos los días, me alegro mucho de haber sido madre joven», confesaba emocionada. Y también se mostraba más que agradecida con su marido Kiko: «Él también me está ayudando bastante».
Irene tiene muy claro que sus hijas son muy pequeñas y todavía permanecen bastante ajenas a todo lo que ocurre a su alrededor, por lo que debe mostrarse fuerte a pesar de cualquier ciscunstancia.