Relacionar costillas de cerdo con una barbacoa es lo más natural. Con esta receta que vamos a desarrollar va a quedar demostrado que es posible preparar las primeras sin necesidad del segundo aparato ni tan siquiera de ir a un restaurante. El secreto es cocinar las costillas a baja temperatura. La ventaja es que, con esta técnica de hornear, podremos disfrutar de este plato sin necesidad de pasar un largo rato en la cocina con su preparación. Que nadie quedará insatisfecho lo demostrará el resultado final, ya que la carne se desprenderá del hueso como las hojas de los árboles en otoño, porque estará tierna y jugosa, manteniendo todo el sabor que pueda aportar una barbacoa. Para completar la faena se precisará eso sí una salsa barbacoa casera con la que barnizar las costillas.
Ingredientes para hacer las costillas

A la hora de hacer estas costillas a baja temperatura tenemos que tener en cuenta que mientras que el tiempo de preparación no va a sobrepasar los 20 minutos, el de cocción necesaria será de 12 horas. Para elaborarlas, digamos que para seis personas, necesitaremos como ingredientes 300 gramos de salsa barbacoa, tres costillares de cerdo partidos en dos partes, tres dientes de ajo, una cucharada de tomillo o romero, según gusto personal, tres hojas de laurel, un chorro de aceite de oliva, sal al gusto y papel de aluminio para envolver en un momento dado las costillas.
Lavar y pincelar las costillas

Para empezar a preparar la receta de costillas horneadas lo primero es lavar el costillar y dejarlo secar por sí solo, ya que con esto se favorece que luego quede más crujiente. El siguiente paso sería pincelar las costillas con aceite de oliva, y a continuación cortar los ajos y el laurel en trozos y ponerlos sobre los costillares por ambos lados. Después de ello se añade el romero o el tomillo, según lo que más guste al chef, pero de momento no hay que añadir nada de sal ya que si la utilizáramos luego la carne nos quedaría demasiada reseca.
Envolverlo en aluminio

Lo siguiente sería envolver cada pieza de costillas en papel de aluminio, haciendo un papillote, sin que quede ningún sitio por el que se pueda escapar el jugo de la cocción. A continuación se meten envueltas en papel de aluminio al horno, donde como mínimo tendrán que estar doce horas a una temperatura de 80 ºC. Si tu horno no acepta es temperatura se puede poner a 90 °C durante menos tiempo, unas 10 horas. En ese periodo no hay que hacer nada en absoluto, ni darle la vuelta a las costillas ni ocuparse del horno. Cuando ha pasado este tiempo se saca la bandeja de costillas del horno, que habremos precalentado a 200 ºC. Se abren los paquetes con cuidado para preservar los jugos (que hay que verter en un cazo) y se reservan. Salen con un color blanquecino pero eso no quiere decir que hayamos hecho algo mal ya que al final quedarán perfectas. Mientras sube la temperatura del horno, se añade sal al jugo de las costillas y se calienta al fuego.
Últimos pasos de la receta

Después hay que añadir la mitad del caldo, encima de las costillas, y meterlas al horno cinco minutos. Pasado este tiempo, se le da la vuelta a las costillas y se añade la otra mitad del caldo, por encima, y otros cinco minutos al horno a la misma temperatura. Sólo quedaría sacarlas y pincelarlas con la salsa barbacoa, y volverlas a meter al horno cinco minutos a la misma temperatura. Cuando transcurra ese periodo se vuelven a sacar y se las pincelas por el otro lado para hacer de nuevo la operación de cinco minutos al horno. Ahora ya sí sólo habría que apagar éste, dejando las costillas dentro, hasta que las vaya a servir en mesa, aproximadamente diez minutos. Lo ideal es acompañarlas en la mesa con unos cuencos individuales de salsa barbacoa, para que cada comensal pueda mojar a su gusto las costillas.
Costillas de cerdo

Las costillas de cerdo son un corte especial del cerdo, diferente de la chuleta. Este corte contiene las partes óseas de la caja torácica (a veces unidas por la pleura y su cartílago) del cerdo doméstico, que se denomina costillas. Se caracteriza por ofrecer una alternancia de hueso y carne que habitualmente se cocinan juntos. Una variante es el spareribs (costillas esternales) que contiene una porción de carne menor. El número de preparaciones culinarias es muy grande, siendo una de las versiones más populares en muchas culturas el asado a la barbacoa. Aunque son populares los marinados (generalmente en adobos), ahumadas. Y lo mejor, y permitido por las normas de educación, es comerlas con los dedos sin necesidad de cubiertos.