Jaime Peñafiel ha sido el azote de Casa Real y no le pesa decirlo. Antes de la llegada de Letizia al palacio de la Zarzuela, el veterano periodista era, prácticamente, la voz del rey Juan Carlos I, al que siempre le ha tenido mucha estima y el sentimiento, en apariencia es mutuo.
Su tristeza por la abdicación de Juan Carlos I

Cuando el rey Juan Carlos abdicó la corona en favor de su hijo, Felipe, en junio de 2014, la reacción de Jaime Peñafiel fue como la de la mayoría de los juancarlistas: decepción, tristeza y expectación: «Es un día triste para mí, tengo que reconocer. Es un día que nadie esperaba. Yo tampoco. Mi vida ha estado relacionada con la del Rey desde que era príncipe primero, y luego como príncipe de España», confesó a ‘Exclusiva Digital’.
El experto en Casa Real hablaba de don Felipe como una persona poco experta, bien preparado, sí, pero sin el empaque, el arrojo y sobre todo, la persuasión de su padre no solo con el pueblo español sino con las instituciones internacionales a las que meterse definitivamente en el bolsillo. A este respecto, Peñafiel ha revelado una anécdota hasta ahora desconocida entre Juan Carlos I y él mismo.
Su extraña llegada a Zarzuela en 1975

Cuenta el propio Jaime Peñafiel que el día que don Juan Carlos I se proclama rey de España, el 22 de noviembre de 1975, ese mismo día de 19.00 a 21.00 horas de la noche, fue llamado por parte de Armado, el Secretario General de Casa Real. «Jaime, el rey quiere verte».
Él, que no posee licencia para conducir, tomó un taxi al que le indicó lo siguiente: «A la Zarzuela», con la curiosa equivocación de que el conductor, al desconocer dónde se encontraba el palacio, lo llevó hasta el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Enmendado el error, Peñafiel llegó a las puertas del imponente palacio, en la carretera de El Pardo, con la oscuridad propia de las siete de la tarde de un 22 de noviembre en Madrid. ¿Qué sucedió dentro de los muros de Zarzuela?
La gran sorpresa de Peñafiel

A su llegada a Zarzuela, Peñafiel se encuentra con imagen insólita: el vacío. No había ni un alma custodiando aquello, el hogar del nuevo rey de España. «Todo estaba apagado, solamente los dos ‘farolones’ esos de la Zarzuelas tan horribles y pedí al taxi que me esperase, porque claro, yo tenía que volver…», comenta el comunicador.
En aquel momento, Jaime llama a la puerta con sus propios nudillos como si de su propia casa se tratase. Quien abre es Francisco, el conserje de toda la vida de Zarzuela y con quien él tenía una especial relación. De pronto, lo invitan a pasar a un despacho donde se encuentran tan solo dos personas. ¿Quiénes eran? ¿De quién se trataba? ¿Qué hacían?
La inesperada cita de Jaime Peñafiel

Cuando Jaime Peñafiel es conducido hasta este famoso despacho, allí se encuentra con Juan Carlos I, que llevaba apenas cinco horas siendo el rey de todos los españoles. Él pensaba que habría una pequeña recepción con personas que hubieran colaborador con diferentes profesionales. Pero no.
Se encontró a Juan Carlos I en su despacho, sin papeles ni documentos, con una mesa llena de cámaras de fotos mientras que él mismo limpiaba los objetivos de las mismas, sacándolas una a una de un pequeño baúl. A su derecha, en un pequeño silloncito, se encontraba la reina doña Sofia, su incansable compañera, leyendo telegramas. ¿Qué sucedió allí dentro? ¿Qué conversaron? ¿Por qué se le citó?
Casa Real: Juan Carlos I convoca urgente a Peñafiel

En palabras del propio Jaime Peñafiel, «fueron dos horas entrañables, pasamos revista a todo. A nuestras mutuas vidas, a todo. Pero hubo una cosa en la que yo me sorprendí mientras hablábamos: ni una vez sonó el teléfono ni nadie llamó a esa puerta».
Lo lógico en aquel momento, teniendo en cuenta la situación del país y lo cortesano del mismo, lo habitual habría sido recibir un aluvión de llamadas e intentos de contactar con el actual rey de España, don Juan Carlos I, que se había proclamado titular apenas unas horas antes. Jaime seguía ahogado por la extrañeza, pero llegó a una brillante conclusión. Peñafiel logró averiguar el porqué de aquella inaudita cita a petición de la Casa Real.
La conclusión de Peñafiel

¿Por qué nadie llamaba a Juan Carlos I para felicitarlo? ¿Por qué aquella tranquilidad y aquella soledad palaciega? Según el propio Peñafiel, aquel 22 de noviembre de 1975 fue clave en la ciudad de Madrid. Por una parte «la derecha», se encontraba en la cola del Teatro Real de Madrid para ver el cuerpo sin vida, y así despedirlo, del dictador Francisco Franco.
Por su parte, «la izquierda» estaba celebrando la muerte del dictador descorchando botellas de champagne e incluso también en la famosa cola del Teatro Real para comprobar con sus ojos que Franco se había ido para siempre. La Familia Real estaba con don Juan, el gran perdedor de todo aquello. Por lo tanto, don Juan Carlos I se encontraba solo, con la compañía infatigable de su esposa y con la presencia convocada de este periodista que admite que esta anécdota es «lo más grande que me ha pasado en estos 50 años de profesión». Pese a los buenos años de relación, Peñafiel se muestra cada día más crítico con la Monarquía, no le tiembla el pulso a la hora de contar lo que él considera una verdad tras otra. En palabras del propio Jaime: «Para mí el último rey de España fue Juan Carlos, Felipe es solo el Jefe del Estado y Letizia, la consorte«.