La noche de este miércoles, aunque fuera festivo, ha servido para poder ver una nueva entreda de «Mi casa es la tuya». Esta vez, en el sofá de Bertín Osborne se sentaba nada más y nada menos que María Teresa Campos. Aunque mejor dicho, sería al revés, porque la presentadora hacía las veces de anfitriona. La veterana de la televisión ha revelado todo acerca de su enfermedad y su situación con Telecinco, junto a los conflictos que la sacaron de la cadena, y ha desvelado si pronto habrá o no boda con Edmundo Arrocet.
Bertín, Terelu y los huevos rellenos
Junto a la madre se encontraban las dos hijas del clan Campos: Terelu y Carmen. Ambas se ocuparían de preparar en la cocina de la periodista la comida para los cuatro. Carmen apostó por hacer unas albóndigas de rape, mientras que Terelu prefirió preparar sus huevos rellenos.
Ella apostó siempre por la receta de su madre, pero anoche descubrimos que en el proceso de preparación se decantó por una apuesta que había aprendido en casa de Bertín Osborne hace años. A partir de ahí se levantaron las sospechas de lo que ellos mismos prácticamente confirmaron en el programa: fueron novios.
«Tuvimos un par de citas. Íbamos a cenar, ¿verdad?», decía Terelu entre risas a Bertín. Ambos reconocen que eso fue hace muchos años, en un momento de su vida «muy divertido». «Una vez me quedé a dormir en la finca de Bertín…» reconocía Terelu ante su madre, que le preguntó que qué hacía ella allí, y a lo que Terelu evitó contestar. Quién sabe si aquello dejó alguna que otra ceniza a medio apagar entre los dos.
El adiós a ‘¡Qué tiempo tan feliz!’
El programa que presentó María Teresa Campos en Telecinco durante los últimos 8 años llegó a su fin la pasada primavera, poco antes de que Teresa sufriera el ictus que ha retrasado su incorporación a la cadena. Teresa recuerda ese momento con mucho dolor.
«Me afectó decir adiós, sobre todo al ánimo. Yo pienso que cometí el error de no decir las cosas antes de que ocurriera eso. No hice lo que tenía que hacer en su momento. Soy muy cobarde, cosa que la gente no sabe. Yo esto no se lo he podido contar a Paolo Vasile», decía Teresa
De hecho, ella reconoce que, de no haber sido por las variaciones que sufrió el programa, este seguiría en antena. «Disfruté de ‘¡Qué tiempo tan feliz!’ durante la inmensa mayor parte del tiempo. Después lo sufrí al final. Entiendo que se acabara, pero sé que si no hubieran pasado ciertas cosas no se hubiera acabado», recordaba la presentadora.
En busca de un nuevo proyecto
A pesar de que todo hacía presagiar de que el regreso de la decimonónica presentadora y periodista estaba a la vuelta de la esquina, la realidad parece ser bien distinta. De momento, ni la cadena ni la presentadora han encontrado el hueco ni el formato que le podría venir como anillo al dedo a Teresa. Unas negociaciones intensas, pero que todavía no ha llegado a buen puerto.
«Para cuando me recuperé el verano había terminado y la parrila estaba cerrada», dice la Campos. A pesar de todo, ella ha manifestado que desea que pronto la volvamos a ver en un plató y que la gente pueda disfrutar de nuevo de ella en pantalla. De hecho, ahora mismo es su prioridad en lo que estaría centrada.
Todo sobre su enfermedad
Teresa recordó y desveló todo lo que le había pasado en los meses anteriores. Recuerda que ella misma se autodiagnosticó lo que le iba a suceder. «Yo casi me había diagnosticado lo que me pasó. No con la palabra ictus, si no ‘me va a dar algo en la cabeza'». De hecho, antes del ictus que la dejó ingresada en el hospital sufrió varios amagos previos: uno mientras hacía su programa, y otro en una entrega de premios.
De hecho, fue gracias a Gustavo, su chófer, por quién se encuentra tan bien. Él fue el primero en darse cuenta de que lo que le estaba sucediendo a María Teresa era un ictus. «Si llega a pasar media hora más, yo estaría en este sofá, pero no hablando contigo. Soy una privilegiada de la vida», decía Teresa.
Los problemas con Vasile
Ella estaba presentando ‘Día a día’ en Telecinco y en 2006, sin nadie esperándolo, decidió dar el salto a Antena 3, porque, según ella, no se sentía querida. Pero lo cierto es que detrás de todo eso había alguna especie de mal rollo entre los dos. De hecho, mientas ella estaba en Atresmedia, llamó «gilipollas» en directo a su exjefe y Terelu denunció incluso a ‘Aquí hay tomate’.
Tras esto, Teresa regresó a Telecinco de la mano de ‘La mirada crítica’ y posteriormente el recientemente enterrado ‘¡Qué tiempo tan feliz!’. Entonces todo cambió, y ahora la relación entre el jefe y la empleada es idílica. «Paolo es un tipazo. A mí me lo ha demostrado. Luego nos dirán que somos unos pelotas pero es que es verdad. Yo no lo olvidaré, sentado allí en la cama de mi habitación, en el hospital, diciéndome que me veía muy guapa. Nos reíamos mucho, con la que se montó con toda la gente en la puerta del hospital», decía Teresa, muy agradecida.
Teresa y Edmundo, sin boda en el horizonte
Sería uno de los enlaces más esperados por todos, si se confirmara, que Edmundo ‘Bigote’ Arrocet y María Teresa Campos se casaran. Pero ella ha mismo ha dicho que en su casa no suenan, ni de lejos, campanas de boda.
«A mi edad me parece ridículo casarme», decía Teresa. Además, dejaba claro que Arrocet no le había pedido matrimonio. «Me parece muy bien que una pareja que quiera tener hijos se case para formalizar la pareja. Para mí, la mujer de la vida de Edmundo Arrocet se llamaba Rocio Corral. De todas formas, no me lo ha pedido nadie». Así que tendremos que esperar para ver si, ahora que Teresa ha tirado la piedra, Edmundo reacciona y decide pedirle matrimonio a Teresa Campos.