En España, la princesa Leonor ha cumplido 12 flamantes años este pasado martes 31 de octubre y ya empieza a cobrar el protagonismo deseado, al menos, de forma paulatina: Casa Real de Su Majestad el Rey de España ha publicado la primera fotografía oficial de la primera en el trono de sucesión a la Corona: Su Alteza Real, la princesa Leonor de Borbón y Ortiz. Pues la futura reina de España, como jefa del Estado, tendrá el poder de arbitrar y moderar.
Si tuvieramos que referirnos al poder Ejecutivo, y poner la vista en los Estados Unidos de América, hay una mujer que nos recuerda mucho a los pasos que sigue nuestra Princesa de Asturias: Ivanka Trump. Ella es la mujer mejor preparada para ser la futura Primera Dama americana y estas son todas las rezones que lo demuestran.
De ‘princesa’ del estilo a Embajadora de EE.UU.
La llegada a la Casa Blanca el pasado mes de enero de Donald Trump propició, de manera paralela, el salto a la crónica social de su esposa, Melania Trump, y de su hija y mano derecha, Ivanka Trump. Desde el primer día, la prensa del corazón nos hemos encargado de diseccionar con lupa cada una de sus propuestas de estilismo, hasta ahora los máximos de interés por parte de la Primera Dama de USA y de la hijísima del Presidente.
Pero con el paso del tiempo, nos hemos dado cuenta que el peso de Ivanka en el Gobierno de los Estados Unidos cada vez está cobrando mayor protagonismo y fuerza. Su última misión: representar en Japón a los EE.UU. como Embajadora.
La favorita del Presidente de USA
Ivanka Trump es mucho más que la hija predilecta del hombre más poderoso del planeta: introdujo a Donald Trump cuando anunció su candidatura a las presidenciales, le acompañó en todos los actos de campaña y le presentó como el nominado republicano para batirse con Hillary Clinton. Ahora tiene su propio despacho en el Ala Oeste y le representa en reuniones internacionales, como la última del G20. Incluso, ahora viaja sola en representación de la Casa Blanca hasta Japón como Embajadora.
Ivanka se prepara, discretamente, para ser un peso muy pesado dentro de la política americana. Dotes no le faltan.
Su rigurosa formación
Elocuente y calmada, Ivanka da una imagen opuesta a la de su padre. Nació en 1981 en Manhattan, Nueva York, fruto del matrimonio de Trump con la atleta y modelo checa Ivana. Ya desde sus primeros años se movió en círculos elitistas. Primero asistió a la escuela Chaplin, la misma donde estudió Jackie Kennedy y años después se trasladó a Choate Rosemary Hall en Connecticut, donde estudió John F. Kennedy.
Exmodelo y empresaria, Ivanka es responsable de algunos de los acuerdos más importantes de las compañías de su padre y tiene un nivel de autoridad que no ha tenido ninguna de sus esposas o incluso algunos ejecutivos, como afirman en la ‘BBC’.
Heredera de la política Trump o de sus empresas
Algunos medios Norteamericanos como el de la ‘BBC’ se aventuran a pronosticar que «la hija favorita» del magnate Donald Trump tendrá algún cargo en el gobierno de su padre, lo que podría ir contra las leyes antinepotismo. Otra posibilidad es que herede el control de los grandes emporios de su padre: The Trump Organization y Trump Hotels, y eso tampoco está exento de polémica.
La revista ‘Vanity Fair‘ la calificó como «esposa delegada» en un artículo en el que escribía: «La campaña de Trump parece estar más cómoda utilizando a la hija del candidato para difundir su mensaje que a su esposa». De hecho, como ya adelantamos, fue Ivanka y no Melania quien presentó a Donald Trump como candidato republicano para la presidencia de EE.UU. en la Convención Nacional Republicana de Cleveland, Ohio.
A su favor: el voto femenino
El equipo de Trump la utilizó cada vez más como la persona indicada para transmitir el mensaje político del entonces candidato. Como empresaria exitosa y madre de tres hijos, Ivanka apeló especialmente a las votantes femeninas que pudieran estar desencantadas por algunos de los comentarios de Trump sobre las mujeres. De hecho, sus ideas sobre la baja maternal han ido calando hondo en el presidente electo y por ende, en el resto de los ciudadanos de Estados Unidos.
Así lo confirmó el pripio Donald Trump, quien declaró en un mitin en Iowa: «Ivanka es la que ha estado insistiendo en esto duramente: ‘Papá, papá, tenemos que hacer esto. Me dije, mi hija es muy inteligente, tiene razón.»
Puntos en contra: el tufo político de su padre y esa imagen de «niña de papá»
La oficina de la ‘marca Ivanka’ ocupa la planta 23 de la Trump Tower. Ahí se organiza la campaña de promoción en las redes sociales bajo el lema #WomenWhoWork, -mujeres que trabajan-. Pero mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, carga contra las empresas que exportan empleos a países con mano de obra barata, ninguno de sus artículos se producen en EEUU y el negocio de la hija mayor del presidente se beneficia de empleados que trabajan más horas de las permitidas y con salarios ridículos, según señala el diario ‘El País’.
Esta realidad colisiona con una de las premisas del reciente libro publicado por Ivanka Trump, en el que habla de un reparto justo de la prosperidad: “Nadie puede sufrir a expensas de otros”. Un tema que tendrá que preocuparse de defender y argumentar para limpiar su imagen junto al de fama de «niña de papá». Superado esto y con ayuda del paso del tiempo, hay bastantes medios Nortemaricanos que ya la dan por posible sucesora política en el país de los Trump. Pero, ¿qué opinan los americanos al respecto?
Su futuro en la política, según los Trump
Ya en agosto del pasado año, el canal local ‘First Coast News’ le preguntó a Donald Trump qué mujeres pondría en su gabinete si fuera elegido presidente. Contestó: «Tenemos tantas para elegir. Todo el mundo diría, ‘pon a Ivanka, pon a Ivanka'». ‘BBC’ cita en sus páginas que «Ivanka no tiene experiencia política, pero tampoco la tiene Trump, así que es posible que termine en su círculo interno en la Casa Blanca» como así está siendo.
Por parte de Ivanka, en una entrevista concedida a la revista ‘Cosmopolitan’, ante la pregunta de si se presentaría a la presidencia algún día, contestó que «no lo descartaría». Y añadía: «No lo creo, pero en la vida he aprendido que nunca hay que decir que no. Limita mucho».