Como en todos los núcleos familiares, hay tradiciones que vienen desde un lejano tiempo atrás, debido a las que las generaciones predecesoras las han ido manteniendo. Pero a veces, por A o por B, estas acaban mutando o simplemente perdiéndose en el olvido. Como no podía ser de otra manera, la Familia Real no es una excepción.
Desde que Felipe VI de Borbón subiera al deseado trono español estos cambios se han hecho cada vez más visibles. Unas transformaciones que se encuentran en todos los ámbitos posibles, desde temas de religión hasta los deportivos.
La Familia Real cambia de gustos

La Familia Real se encuentra muy vinculada al deporte y, por ello, suelen explotar con presunta facilidad su faceta atlética. Deportes como el esquí, la vela o la caza han estado presentes, desde tiempo inmemorables, en todos los miembros de la realeza en su día a día. Tan sólo tenemos que quedarnos pensando en que cada individuo de la Familia Real tiene asignado, por decirlo de alguna manera, determinadas prácticas deportivas.
Así, como la infanta Elena practicaba la hípica o, el caso más sonado, el monarca Felipe VI que participaba en muchas competiciones, incluso pudimos contar con su presencia en los Juegos Olímpicos de 1992.
Pero, sin duda, uno de los deportes más amados, o al menos antiguamente, por la Familia Real era el esquí. Los miembros de la realeza española esperaban impacientes sus ‘vacaciones privadas’ para poder realizar dicho deporte. Una tradición que, pese haberse perdido, vuelve a empezar a recuperarse estos últimos años.
La Familia Real parece olvidar el esquí

El motivo del supuesto olvido de esta práctica deportiva era que a las pequeñas herederas del trono, Leonor y Sofía, junto a la reina Leticia no parecía gustarle esta actividad. Pues desde el 2005, el año posterior a la fecha de su anuncio de matrimonio, no habían vuelto a esquiar. Cuestiones estéticas alegaron para justificar su no regreso.
La Reina se encontraba embarazada de Leonor y, por tanto, debieron de encontrar peligroso la práctica de este deporte. Sin embargo, a medida que la princesa Leonor fue creciendo, tampoco volvieron a la supuesta amada pista de esquí. Estética o no, de todo el mundo es sabido que a Letizia este deporte no le agrada demasiado. Un gusto que parece que las ha inculcado su madre, puesto que las niñas no han paseado mucho por las pistas de esquí.
Pero como como con la moda, todo vuelve. Y este regreso se ha producido paradojicamente este año. Aunque no en el mismo sitio, la Familia Real cambia su tradicional zona de esquí, por otro, cambiando la de Baqueira por Astún. Se produce, por tanto, una evolución en las antiquísimas tradiciones que don Juan Carlos I inculcó a Felipe VI ¿A que se deberá este cambio? Estamos seguros de que se hacen la misma idea que nosotros.
La Familia Real y sus vacaciones en familia

La Familia Real, debido a su alocada agenda oficial, que se encuentra plagada de presentaciones, eventos y actos, tiene muy poco tiempo libre para poder disfrutar relajadamente en familia. Y es por eso que desde muchos años atrás, la Familia Real aprovecha su periodo de descanso en el Palacio de Marivent, para poder así estar todos juntos. Los medios suelen aprovechar esta ocasión para fotografiar la estampa de toda la Familia Real feliz y unida.
Sin embargo, esta estampa no se produce desde varios años atrás, los casos de corrupción, de destierro, o simplemente todos los escándalos que se encuentran protagonizando en los últimos años los miembros de la Familia Real han sido el detonante de paralizar estos encuentros. Sumados a la delicada salud que tienen algunos de ellos como es el caso del rey emérito, Juan Carlos I, y sus continuas intervenciones quirúrgicas de cadera, han conllevado a que estas pequeñas tradiciones se hayan visto alteradas. ¿Por qué?
La Familia Real cambia su estancia en sus ‘vacaciones privadas’

Así, la que parecía ser una cita obligada para todos los miembros de la Familia Real se ha ido viendo alterada, provocando que desde el año 2011 la realeza no se viera unida en la isla de Palma de Mallorca y bueno, en cualquier lugar de ‘puertas abiertas’.
A su vez, podemos apreciar que estos no son los únicos motivos que han conllevado a este cambio, sólo la reina emérita Sofía continua pasando toda la Semana Santa en el palacio mallorquín, pues los monarcas, junto a las pequeñas Letizia y Sofía, sólo han acudido este año a la Misa de Pascua, pasando sus vacaciones en otro paradero.
Los motivos principales de estos hechos, seguramente, tengan que ver con la mala relación que la reina Letizia parece mantener con su familia política. Recordemos brevemente la famosa bronca que apenas unos días atrás, entre Reinas, revelaron esta falta de empatía. O las miradas al día siguiente, que Letizia destinó a las infantas Cristina y Elena. Y es que, por mucho que se trate de disimular, cuando alguien no te cae bien, se nota.
La Familia Real y la religión

Con la llegada de rey Felipe VI al trono español, muchas cosas empezaron a cambiar y, sin duda, una pequeña ruptura visible se creó entre la Familia Real y la religión. Un facto que, desde tiempos inmemorables, se ha encontrado plenamente ligado con la realeza española. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en la Constitución Española viene reflejado que el territorio del que Felipe es Jefe del Estado es laico, es decir, que no ofrece ningún tipo de apoyo u oposición a las diferentes religiones.
Con este motivo, una de las primeras labores que Felipe VI realizó tras su llegada al trono es abolir la obligación de jurar o prometer con elementos religiosos, como una biblia o un crucifico, en la ceremonia de los diferentes cargos del Gobierno español. Así, por primera vez, desde generaciones anteriores, se cambian estas pequeñas tradiciones que se han encontrado siempre ligadas al trono español.