Kiko Rivera es noticia, muy a su pesar, desde que anunciara su retirada de la vida pública por una fuerte depresión. Lo cierto es que solo sus más íntimos sabían que estaba mal. De cara a la galería, se le suponía en su mejor momento. Sin embargo, la procesión iba por dentro. Analizamos en profundidad la situación en que se encuentra y otros episodios que han influido negativamente en su vida.
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La depresión de Kiko Rivera ocupa y preocupa a los suyos. Su hermano Fran ha declarado que la vida hay que vivirla porque cuando llegan los malos momentos, se acabó. El diestro hacía referencia al estado en el que se encuentra su hermano. Lo cierto es que el DJ no está bien y para recuperarse necesita apartarse del ojo público. Así lo han considerado los médicos que le tratan.
Los facultativos que atienden a Kiko han previsto que necesitará unos seis meses para volver a ser él. Durante este tiempo, el DJ recibirá tratamiento físico y psicológico para poder salir del pozo en el que se encuentra. De momento, está previsto que el mismo se produzca de forma ambulatoria. En caso de no avanzar como se espera, sería necesario su ingreso. Todo depende del ambiente que respire y de la respuesta a los estímulos que recibirá vía médica.
Kiko cuenta con una gran ventaja, y es que sus seres queridos le apoyan en todo y están ahí para lo que necesite. Isabel Pantoja ha sacado fuerzas de flaqueza para estar con su hijo en tan duros momentos. También Irene Rosales se está volcando para que su marido salga adelante. Sin duda, los cuidados de su madre y de su esposa, junto al revulsivo que significan sus hijos, serán un buen lugar para asirse y retomar el vuelo.
Los Rivera
Kiko sufrió mucho con los envites de los Rivera a su madre. Cuando Paquirri falleció se inició un durísimo cruce de acusaciones que dio al traste con la paz reinante en vida del diestro. Todo empezó con el reparto de la herencia del Maestro. Se habló de una gran fortuna en Sudamérica que Paquirri habría amasado durante sus temporadas al otro lado del charco. Todo esto dio origen a un clima muy enrarecido que separó a ambas familias.
Cuando el patriarca de la saga falleció, Antonio Rivera, Kiko se negó a asistir al entierro alegando que había hecho mucho daño a su madre. Expresó que jamás le consideró su abuelo debido a cómo se había comportado. El distanciamiento se hace extensible a otros miembros de la familia. Con sus tíos, Riverita y Teresa, jamás ha tenido relación. En cuanto al otro hermano de su padre, Antonio, alguna vez se han visto dado que él jamás ha perdido el contacto con la Pantoja. En tiempos se habló de que habían hecho negocios de ganadería. Eran los días en que la tonadillera estaba unida a Julián Muñoz.
La fama cuesta
El DJ ha comprobado en carne propia que la fama cuesta. Personas de las que se fio acabaron traicionándole. En ese grupo están las ex que protagonizaron portadas de Interviú y largaron lo más grande. Es por eso que tanto valora la discreción de su esposa. Cierto que Irene ha realizado una entrevista hablando sobre el momento que atraviesa Kiko pero también es verdad que tiene un vínculo con la publicación y de ahí sus palabras.
En cuanto a los representantes, Kiko también ha tenido problemas. En alguna ocasión, quienes dirigieron su carrera, cuando se rompió la relación, acabaron contando las intimidades compartidas. Su forma de vivir hizo que abandonara a sus auténticos amigos para depositar su confianza en relaciones que nacieron al calor del interés.
Quienes conocen a Kiko Rivera saben que es de carácter confiado. Por más que le han advertido que vigile con quien se junta, se deja llevar por su instinto y acaba cayendo en un pozo sin fondo. De hecho, algunas imágenes donde aparecía muy perjudicado fueron grabadas por personas de su círculo más íntimo.
Su hijo
Kiko lleva muy mal estar separado de su hijo mayor. La lucha por la custodia por Francisco le ha causado un gran desgaste. Durante bastante tiempo, la cuestión estuvo en punto muerto. Mientras que Jéssica Bueno observaba un comportamiento ejemplar no abriendo la boca, el DJ se dejaba llevar por la ira y realizaba declaraciones muy desafortunadas.
Por más que le aconsejaban que mantuviera la calma, Kiko Rivera arremetía duramente contra su ex y el marido de ésta. Y así estuvieron una larga temporada. Menos mal que decidieron firmar la paz viendo que esa situación a quien más perjudicaba era al hijo que tenían en común.
Sorprendió que el pequeño Francisco no asistiera al bautizo de su hermana Carlota. Ya en aquellos momentos el DJ no estaba bien, quizás fuera esa la razón por la que no contaron con él. Todo indica que los sesenta mil euros que una revista pagó por la exclusiva de la celebración irán, en su mayor parte, destinados a cubrir los gastos que el tratamiento médico de Kiko requiera.
Aunque apenas lo conoció, Kiko lleva grabado a fuego el recuerdo padre. Isabel Pantoja se encargó de ponerle vídeos y enseñarle fotos de Paquirri a su hijo para que creciera con su presencia. Y así, en otra dimensión, es como vive el DJ a su progenitor. En relación a su madre, el vínculo es muy estrecho. Kiko Rivera ha demostrado que siente adoración por Isabel Pantoja al acudir en su rescate en diferentes ocasiones, como cuando le cedió su parte de Cantora para que pudiera hacer frente a los problemas económicos que le reportó estar implicada en la pieza separada de la Operación Malaya.
Hoy puede parecer difícil de creer, pero Kiko y su hermana Isa sienten adoración mutua. Cuando Isabel Pantoja decidió adoptar, lo comentó con su hijo y él se mostró feliz con la idea. Para el DJ, su hermana representa una parte imprescindible en su vida. Desde que ella alcanzara la mayoría de edad, las peleas se han sucedido. Y es que Kiko Rivera no ve bien el comportamiento de su hermana en relación a su madre. Considera que debería proceder de otra manera y limar asperezas.